2021, el año del Sandbox

Llega tarde, pero ¿a tiempo? El 14 de noviembre del 2020 entró en vigor la Ley que regula el Sandbox en España, un entorno controlado para que el sector financiero pueda llevar a cabo pruebas que alumbren nuevas realidades. Aunque quizás haya pasado desapercibido para la sociedad en general, es de gran importancia.

Tras su paso por el Congreso y el Senado, el Boletín Oficial del Estado publicó el 13 de noviembre la Ley 7/2020, de 13 de noviembre, para la transformación digital del sistema financiero, que entró en vigor el 14 de noviembre. Desde ese día, el sector financiero de España tendrá un antes y un después: el paso de un modelo tradicional y poco proclive a la evolución, a uno que integra la disrupción como parte de su esencia. Pero ¿qué es el Sandbox?

El propio texto legislativo lo define como “un entorno controlado de pruebas que permita llevar a la práctica proyectos tecnológicos de innovación en el sistema financiero con pleno acomodo en el marco legal y supervisor, respetando en todo caso el principio de no discriminación”. Dicho de otro modo: es un marco jurídico que permitirá a las entidades financieras -y a las FinTech, InsurTech, compañías tecnológicas, startups, etc.- poner a prueba sus creaciones, avances y desarrollos sin comprometer ni la seguridad de los datos ni la de los usuarios encargados de testarlas. Como explican desde BBVA, “un Sandbox regulatorio es un campo de pruebas para la experimentación con modelos de negocio novedosos que aún no cuentan con un marco regulatorio claro”.

Por qué es necesario el Sandbox

La creación de un Sandbox se justifica en varias razones. La primera, porque el sector financiero está extremadamente regulado, por lo que el lanzamiento de una disrupción casi siempre irá contra las normas establecidas, y por tanto será ‘ilegal’ o, como poco, alegal. Con el Sandbox, las entidades que desarrollen estas novedades podrán probarlas en un entorno seguro que está fuera del mercado como tal -por lo que no se infringe ninguna normativa- y que, además, protege la Innovación.

Como explica Víctor Rodríguez Quejido, director general de Política Estratégica y Asuntos Internacionales de la CNMV a Foro ECOFIN, “el Sandbox resulta adecuado para conseguir dos objetivos fundamentales: permitir a las entidades probar sus productos innovadores y al supervisor financiero estar adecuadamente informado de las implicaciones de estas novedades. De esta forma se logra proteger en mayor medida al cliente financiero y promover la aplicación de las innovaciones tecnológicas en la provisión de servicios financieros”.

Otra razón de peso es la que esgrime el legislador a la hora de aprobar la Ley: explica en su Preámbulo que “la política financiera tiene que garantizar que la innovación aplicada al ámbito financiero es segura y beneficia al conjunto de la sociedad”, por lo que se busca “facilitar el acceso a la financiación como motor de la economía, asegurando que la transformación digital no afecte en modo alguno al nivel de protección al consumidor de servicios financieros, a la estabilidad financiera y a la integridad en los mercados, ni permita la utilización del sistema financiero para el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo”.

Existe una tercera razón, y es que el fomento de la transformación digital apuntala al sector financiero y lo sitúa a la vanguardia. Como recuerda el Preámbulo de la Ley, “en el sector financiero, las nuevas tecnologías producen eficiencias al proveedor y a los usuarios de servicios financieros. Asimismo, crece el número y la calidad de los servicios prestados, adaptándose la oferta a la presión de la demanda, que busca flexibilidad, agilidad, eficiencia, y servicios a la carta en cualquier soporte, con una fuerte preferencia por los dispositivos móviles. Las nuevas tecnologías pueden facilitar la reducción de las asimetrías de información y contribuir a mejorar la asignación de riesgos en la economía, también mediante la automatización y la mejora en la supervisión del sector financiero”. “Todo esto puede hacer que el mercado español disponga de una mayor y mejor oferta y que sea más atractivo de cara al exterior”, apunta Quejido.

España, país pionero

Por lo que a Foro ECOFIN y el clúster Madrid Capital FinTech (MAD FinTech) respecta, la Ley menciona claramente que industrias como “fintech, insurtech o regtech” son vehículo de estos cambios en el sector financiero y palancas que “reflejan los avances que están produciendo cambios sustantivos en los procesos de producción, en la relación con los clientes, en los modelos de negocio y en la propia estructura del sector, debido a la aparición de nuevos actores”.

Ahora bien, el Sandbox es positivo para el sector financiero y estas compañías de base tecnológica, pero ¿qué supone para España? En primer lugar, colocar al país entre los pioneros: apenas una treintena de Estados cuentan con un Sandbox, casi todos en Asia, donde cuentan con uno Singapur, Malasia o Hong Kong. En Europa, apenas seis países tienen Sandbox, entre ellos Reino Unido, Dinamarca y Países Bajos. Otros cuatro países lo tienen en América, así como dos países en África y Australia en Oceanía, según destaca un estudio de Funcas y Finnovating,

“Su lanzamiento en España es muy relevante  para colocar a nuestro país en una situación promitente para fomentar la innovación financiera, atraer talento y empresas de otras jurisdicciones y conseguir que nuestro regulador y supervisores participen en primera línea en el desarrollo de los nuevos modelos de negocio y últimas tecnologías para logar ser un país de referencia en este ámbito”, explica Úrsula García, presidenta del Grupo de Trabajo del Sandbox del clúster MAD FinTech.

No será lo único: se espera que el Sandbox lleve aparejada la creación de hasta 5.000 puestos de trabajo en dos años y solo en el sector FinTech, del que España será potencia global.

MAD FinTech, a la vanguardia

Uno de los ejes que ayudarán a articular los beneficios derivados del Sandbox es el clúster MAD FinTech, que cuenta con el citado Grupo de Trabajo especial sobre esta materia para “evaluar los retos que presenta el marco normativo”, así como para “identificar ámbitos que requieran de un desarrollo reglamentario adicional para garantizar o asegurar que el marco normativo es suficientemente seguro y flexible para cumplir con uno de los objetivos del Sandbox: fomentar la innovación y la competitividad en el sector financiero”, explican desde la propia Comisión.

“Desde la Comisión se ha realizado un trabajo de análisis exhaustivo de la normativa con el objetivo de identificar posibles áreas de desarrollo reglamentario o directrices vinculantes por los supervisores para que el Sandbox pueda cumplir con sus finalidades y sea atractivo para las entidades”, explica Úrsula García. “En este sentido, se ha contrastado y analizado con las entidades las ventajas de participar en el Sandbox, así como las cuestiones que consideran críticas en la Ley de Transformación Digital y en su futuro desarrollo para que les merezca la pena presentar su solicitud de acceso al Sandbox y poder maximizar sus beneficios”, añade.

Se estima que en España existen unas 400 FinTech, y MAD FinTech cuenta con más de un centenar de empresas adheridas. De ahí que se convierta, por méritos propios, en el punto de encuentro de un sector que ha dado un paso delante de gigante en los últimos días (después de años de camino recorrido) para encarar 2021 preparados para reinventar las finanzas.

 

Cómo utilizar el Sandbox

Las empresas que quieran utilizar el Sandbox deebrá solicitarlo a la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional, que cada seis meses establecerá una fecha para la recepción de solicitudes. Esta Administración podrá solicitar aquellos informes que estime pertinentes para comprobar el alineamiento de la petición con las posibilidades del Sandbox, explica Cinco Días.

“La reciente normativa publicada invita a participar al Sandbox a cualquier persona física o jurídica que, individual o conjuntamente con otras, solicite la iniciación de un proyecto piloto, incluidas empresas tecnológicas, entidades financieras, administradores de crédito, asociaciones representativas de intereses, centros públicos o privados de investigación y cualquier otro interesado”, señala Úrsula García, presidenta del Grupo de Trabajo del Sandbox de MAD FinTech.

Después, y una vez aprobada la solicitud, se establecerán unas cláusulas de uso que contemplarán, entre otras cuestiones, la cantidad de usuarios admitidos en la prueba y su marco temporal, la forma en que se hará seguimiento a los trabajos, la información que deberá trasladarse a las Autoridades, un sistema de garantías e indemnizaciones y cláusulas de confidencialidad.

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