No es fácil ser líder en los tiempos actuales. Además, están siendo jaqueados los principios básicos del liderazgo desde el intrusismo y el liderazgo que se proyectan desde el ámbito político. Es verdad que hay otros liderazgos: cultural, científico, organizacional o también el militar. Y también hay que tener mucho cuidado con los cambios sociales derivados de la innovación tecnológica, que aparentemente dejen obsoletos las formas de liderar instituciones, organizaciones y países.
Los autores creemos y sostenemos que son muchas las formas en las que el liderazgo se manifiesta, pero especialmente somos muy sensibles a las formas de liderar en las que prevalece la sensibilidad por las personas para que todos los ámbitos referidos sean cada día espacios de conocimiento y acción más humanizados. Y no es una exageración decirlo así, a tenor de la exponencial curva de innovación tecnológica que nos exige diariamente estar muy atentos a los permanentes cambios de escenarios.
Hoy damos réplica a dos expertos en liderazgo que nos permiten abordar dos temáticas muy interesantes y de actualidad en la doctrina, así como en la implementación práctica en las organizaciones. Podríamos sintetizar ambos planteamientos como dos propuestas de liderazgo a primera vista.
1º) Liderar desde el primer encuentro
En este mundo real de líderes efectivos que tienen siempre una gran dosis de intuición, nos detenemos en Jack Curtis, que es comandante a cargo de la US Navy EA-18G Growler (Escuadrón de la Marina EA-18G Growler), graduado de la Universidad de Florida y de la Naval War College (Escuela Naval de Guerra) y miembro de La Asociación Tailhook, que es una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos que apoya los intereses de la aviación militar con énfasis en los portaaviones.
Su capacidad de liderazgo es sorprendente y la manera sencilla en que lo ejerce. Porque cada vez que llegan los integrantes de las nuevas incorporaciones a su equipo, se sienta con ellos para mantener una primera conversación.
El primer detalle que tiene para lograr un acercamiento es que saquen un alfiler de un frasco y lo coloquen en el mapa en el que se vean con claridad todos los Estados que componen Estados Unidos. Les pide que lo pongan en su ciudad natal (o tan cerca como puedan).
Afirma que “les señalo que venimos de diferentes culturas, diferentes valores, diferentes educaciones, diferentes dinámicas familiares, diferentes tradiciones espirituales o de fe, y muchos de nosotros tenemos diferentes motivaciones para servir“.
O sea que señala que ser diferentes es con lo que se van a encontrar a diario.
Pero esto es perfectamente válido para cualquier tipo de organización. ¿Qué pasa cuando llega en su primer día de trabajo un nuevo empleado que tendrá personal a cargo de una importante sección de un departamento? Se suceden saludos y presentaciones, pero no es el momento en el que se le debe marear, mostrándole un exceso de documentos, procedimientos y carpetas con informes históricos para que se ponga al tanto del trabajo que significa asumir su nueva responsabilidad.
No es conveniente, pero no porque se tema a que se agobie. ¡No! Es obvio que una persona que se le ficha con un bagaje de experiencia y formación para ese puesto, está acostumbrado a un buen ritmo de trabajo y a las tensiones propias del puesto. Pero de lo que se trata en este primer día es de que tenga una clara impresión de cuál es la cultura imperante en la organización.
Cuando hemos hablado en artículos anteriores sobre las primeras impresiones en un encuentro entre dos o más personas, también es válido para este tipo de situaciones en las cuales ese poder que tienen las sensaciones del primer encuentro y el momento en que la atención está en su apogeo es el adecuado para resaltar la labor de equipo y el espíritu de colaboracionismo que anida en todos los rincones de la empresa.
La primera conversación
Es el momento idóneo para presentar los valores que destacan en la cultura corporativa, especialmente si hay una preocupación sincera por la diversidad, la igualdad de género y la inclusión.
Los líderes efectivos no es que tengan una agenda con anotaciones de cómo abrir una reunión formal o informal según sean las circunstancias. No la necesitan porque está en su cabeza. Siempre saben qué palabra o comentario realizar para entrar en materia y con seguridad, que irá orientada hacia esa palmadita en la espalda de bienvenida al equipo. Que se perciba por el integrante recién llegado, que de verdad va a sentirse como en su nueva familia.
Conversaciones vs. Reglas
Esto nos lleva a considerar cierta opinión que subyace en la doctrina actual de liderazgo, sobre si los grandes líderes tienen o no tienen reglas para conducirse en el día a día. Y existe cierto consenso en que no hay que exagerar en cuanto a la parte normativa en detrimento del diálogo. No hay que excluir nunca la conversación humana más allá de todos los instrumentos digitales que se tengan al alcance.
Esta misma doctrina es la que sostiene que las reglas impuestas por otros, en lugar de ser creadas conjuntamente, reducen el compromiso. Y esto sí que es un problema a medio plazo.
Cuando este líder militar recibe a su nuevo miembro, es él mismo el que inicia la conversación haciéndola sobre él o los recién llegados. Porque cuando les pide que “saque un alfiler de este frasco y colóquelo en su ciudad natal…“ para a continuación seguir con una conversación sobre las diferencias, se está haciendo esto en un entorno con alta seguridad psicológica.
No olvidar las fortalezas
En la experiencia del líder militar al iniciar la conversación sobre diversidad, ¿cuál fue la finalidad que perseguía con ello? Desde ya, que su mente de líder le llevó a señalar de manera que se le prestara la debida atención, a cuál es la perspectiva desde la cual hay que mirar. Es obvio que lo que le valía en su comando es válido para cualquier tipo de organización en la que debe prevalecer la diversidad y la inclusión, sumándole, por supuesto, la igualdad de género. Todos ellos son atributos que sostienen la fortaleza.
Cuando este líder destaca que no se trata sólo ser éticos sino justos, está describiendo la esencia que debe guiar a una cultura corporativa cuya finalidad es que todos los miembros de los equipos y/o departamentos en cualquier empresa tengan un propósito compartido.
Que la diversidad por ser diferentes las distintas personas integrantes es un auténtico activo. Que ni siquiera hay que planteárselo o que esté rondando en la mente de los integrantes de cualquier equipo, eso de que “si este es mejor que yo” o si “creo que se siente superior” o “no me gusta compartir con este tipo de personas”. Porque todas estas frases que se autoconstruyen en la mente humana son tópicos y no responden a la realidad. Por ello, esa primera conversación es fundamental, porque se fija la filosofía de equipo (que no es un dogma) y sobre la cual deben apoyarse los esfuerzos para cumplir objetivos y metas.
2º) La atención plena
Nate Klemp, doctorado por la Universidad de Princeton, es cofundador de Life Cross Training (Life XT), un programa de participación de los empleados que utiliza la atención plena y el bienestar para mejorar el rendimiento laboral. Junto con Eric Langshur, es coautor del bestseller del New York Times. Start Here: Master the Lifelong Habit of Wellbeing (Empieza aquí: Domina el hábito de bienestar de toda la vida).
Son varias las investigaciones que en los últimos años se han centrado en los factores que llevan a sentir miedo y ansiedad. Es obvio que cuando hemos experimentado experiencias traumáticas y negativas, el miedo sigue residiendo en la memoria. De ahí que se ha avanzado un poco más aún en la teoría de la atención plena a la cual nos hemos referido en más de una ocasión. Pero los nuevos enfoques están en línea con la finalidad de hacer que estos recuerdos de miedo y ansiedad se extingan.
Cuando nos presentamos frene a un auditorio en el que tenemos que hacer una presentación o enfrentarnos a un equipo para dar explicaciones sobre los cambios del proyecto que están llevando a cabo y las consecuencias derivadas por las cuales ha sobrevenido un conflicto, ambas son situaciones que nos hacen estar muy tensos y nos generar una ansiedad por cómo vamos a encarar el discurso, así como el estrés que vamos acumulando por no saber muy bien cómo será la respuesta de parte de las personas a las que nos vamos a dirigir.
No vamos a hablar ni de ansiedad ni de respiración agitada por el momento de alta tensión, sino del papel que nos jugará la memoria en este tipo de situaciones.
Nate Klemp hace referencia a un estudio publicado recientemente, dirigido por la neurocientífica de Harvard Sarah Lazar, por el cual los investigadores revelaron una forma prometedora de alterar nuestra experiencia del miedo al alterar los recuerdos que lo desencadenan. Es la utilización de la herramienta de la atención plena, pero desde un nuevo enfoque: el proceso llamado aprendizaje de extinción.
Sabemos que el objetivo de la atención plena es redirigir la atención al momento presente, a imágenes, sonidos y sensaciones que están sucediendo ahora.
O sea, que interrumpiendo esos viejos recuerdos que inducen miedo, se crean en nuestra mente nuevas asociaciones menos amenazantes para poder bajar esa dosis de ansiedad y miedo.
¿Podemos eliminar radicalmente el miedo?
Nate Klemp afirma que la clave está en desarrollar la habilidad de enfrentar la ansiedad, prestando especial atención al momento presente.
Lo interesante de este método es que se puede practicar de forma que sirva de entrenamiento para situaciones realmente difíciles, gestionando imágenes y recuerdos de manera sutil, sin utilizar los peores recuerdos y miedos, sino quizás con ciertos traumas y temores más manejables. Pero en todo caso, al probarlo con las formas de ansiedad más comunes y cotidianas que ocurren a medida que avanza el día, lo que hemos hecho es cambiar nuestra atención al momento presente.
Nate Klemp dice que “cuando observamos las sensaciones, la textura de la inhalación, la temperatura de la exhalación, la suave vibración en la nariz, tienes la garantía de estar en el momento presente. Y eso significa que ya no estás dejando que los recuerdos predeterminados en tu mente ejecuten el programa”.
Saber observarnos y conocernos
La ansiedad y el miedo generalmente provocan una poderosa respuesta mental de evitación y aversión.
Al dar la bienvenida al presente, nos inhibe de que sigan flotando en la mente los recuerdos y miedos del pasado. Todo este mecanismo desde la atención plena, nos hace que simplemente nos tomemos un respiro para ser conscientes de que estamos cortando nuestros impulsos más profundamente conectados que nos llevan a una reacción excesiva con malos gestos y palabras inadecuadas.
De esta manera, estamos abriendo la llave para desenredar los recuerdos que mantienen el miedo. En su lugar, nos aproximaremos al proceso de aprendizaje de extinción, pudiendo enfrentarnos con naturalidad y una buena dosis de seguridad a los retos, problemas y conflictos.
Artículo coordinado por José Luis Zunni, director de ecofin.es y vicepresidente de Foro ECOFIN, en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN, y Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education).