Cómo identificar a los falsos líderes

¿Eres de Messi o de Ronaldo? Sus modelos de liderazgo son radicalmente distintos y distantes. ¿Pero son líderes verdaderos? Un famoso proverbio chino dice: “Gobierne un reino como si estuvieras cocinando un pescado pequeño; no se exceda”. ¿Quieren saber cuál es esta receta? Siga leyendo…

Probablemente en el deporte de equipo se puedan encontrar las grandes lecciones de liderazgo que requiere una sociedad.

Es el caso de la historia de una entrenadora de un equipo de baloncesto femenino, que describía a su jugadora más importante como una “líder falsa”. ¿A qué se refería? ¿Por qué la llamaba así?

Liderar no es meter más canastas

Porque esta jugadora, que para cualquier entrenador era la líder natural dentro del equipo por su personalidad carismática, comportamiento extrovertido y confianza para hablar tanto dentro como fuera de la cancha, tenía más interés en sí mismo que en el equipo.

Pero lo que la entrenadora quería significar era que su mejor recurso competitivo era ser una líder de su círculo, más que una líder de equipo.

En lugar de ayudar a unir al equipo hacia un objetivo común como esperaban, alejó a otros de la visión del equipo. Peor aún, ella era la que provocaba la división ya que su poderosa personalidad atraía seguidores leales entre algunos miembros del equipo mientras dejaba a otros en la periferia.

Finalmente, cuando con el liderazgo efectivo de la entrenadora logró que sus intereses se alinearan con los del equipo, todo funcionó.

La pupila de la líder entrenadora había comprendido que su misión no era la de ser la estrella, sino que el equipo lo fuera. Que cuanto más se preocupara por ella sola y su selecto entorno, antes se vería perjudicada cuando otras compañeras se dieran cuenta de su egoísmo y centralismo personal. O sea, su engaño.

El trabajo de coaching realizado por la entrenadora dio sus frutos.

La cuestión de nuestro interés es entonces por qué en la vida diaria, tanto empresarial como política, la excelencia en el liderazgo pasa por la verdad y lejos del engaño.

¿Dónde se han ido los líderes?

Si hiciéramos la pregunta ¿dónde están los líderes?, o también ¿dónde se han ido?, probablemente se vería acompañada por una tercera: ¿Cuándo ha comenzado la sequía de líderes efectivos y por qué se ha producido?

En realidad, aunque tuviésemos una lupa de proporciones gigantescas, parece ser que por más que estemos revisando y evaluando constantemente a quién podemos recurrir en busca de liderazgo, no es un valor que abunda en el mercado.

Ni hablar cuando este proceso de revisión y evaluación lo hacemos en el ámbito político.

Lo que siempre hemos defendido desde este Foro, es antes que nada la verdad, e inmediatamente después, el valor académico de la doctrina.

¿Qué es lo que ha ocurrido?

Por casualidad, ¿hemos bajado el listón de la exigencia? ¿Es que nos da igual o quizás nos hemos vistos obligados a bajarlo?

Lo que sí queremos advertir a nuestros lectores/as es que, en las circunstancias actuales en las que nos encontramos, tratando de salir de la tercera ola de la pandemia y que por fin hacia el verano haya gran cantidad de ciudadanos vacunados, nos vamos a seguir enfrentando a escenarios con gran dosis de incertidumbre, tanto en lo sanitario como en lo económico.

Y cuando estas son las coordenadas, lo aconsejable es ir corrigiendo el rumbo de navegación sobre la marcha, como lo hacen los buenos timoneles.

Tenemos instrumentos de precisión que nos permiten hacer predicciones; por ejemplo, en el vuelo de una aeronave comercial, anticipándose varias millas a un frente de tormenta eléctrica que ha detectado el radar, y le permite al comandante de ese vuelo, cambiar el rumbo y comunicarlo, al mismo tiempo que por precaución, hace una ascensión rápida pasando de 8.000 a 10.000 metros de altitud, porque técnicamente el aparato está perfectamente capacitado para ello.

Este tipo de decisiones no están impregnadas de ideología, sino de datos objetivos que minutos antes de la decisión tomada, fueron puestos a disposición de la tripulación y se procede según indican los protocolos, pero además de todo y muy importante, la pericia, que es cuestión que emana claramente de la experiencia.

Y un comandante de vuelo transatlántico que cuenta en su haber con 5.000 horas de vuelo, cuenta con ambos atributos.

Bajando a tierra, en las organizaciones y en los ámbitos institucionales también se cuenta hoy día con continuos adelantos tecnológicos, especialmente en materia de comunicaciones, como para que todos estemos en condiciones de anticiparnos a una gran mayoría de situaciones.

En el ámbito de los mercados, los cambios continuos en la tecnología, amén de situaciones excepcionales como las que ha provocado el Covid-19, hace que se esté perfectamente preparado, especialmente las organizaciones punteras, para ir adaptándose a nuevas realidades que van tomando forma y en las cuales las empresas son jugadoras que para seguir manteniendo una ventaja en el juego, tienen que dotarse de las mejores cabezas (pagar por el talento) e incorporar y/o formar líderes efectivos para mantener tanto las ventajas como los buenos resultados que venían obteniendo en el pasado.

Lamentablemente, esta búsqueda del talento y de líderes verdaderos no ocurre en la política. Ni están los mejores (este es un dato de la realidad) ni tampoco se caracterizan salvo muy raras excepciones, por esforzarse en ser líderes verdaderos.

Pero cuidado de no dar con un líder engañoso

Vivimos en un mundo donde la inmensidad y variedad que contiene, de posibilidades infinitas, aunque siempre cambiantes y en constante evolución, están disponibles y nos permiten elegir, en la medida que sepamos priorizar, pensar estratégicamente, tomar decisiones oportunas y justas.

Y, para ello, no encajan los líderes engañosos. Los que falsean datos y situaciones. Los que hacen prevalecer su interés personal por sobre el general, y sabemos que de este tipo de liderazgo tanto en lo empresarial como en lo político, permítasenos la expresión “los hay a montones”.

Por eso es importante la sabia elección por parte de las organizaciones de quiénes están en condiciones de ejercer un liderazgo verdadero.

No menos importante, en la ciudadanía reside el poder de cambiar a aquellos líderes que no estuvieron a la altura, cuando no, los que fueron manifiestamente incumplidores de su programa, o peor aún, cuyas intenciones no fueron santas.

La intencionalidad es un elemento importantísimo en la calificación de una conducta. En el derecho penal, es el elemento fundamental, que junto al dolo (la intención de provocar un daño) determinan la tipificación de un determinado delito.

Pero esto no es así en el liderazgo. La doctrina habla de liderazgo verdadero o falso, pero no condena ni tipifica delito alguno.

Porque lo que se ocupa de señalar son características y perfiles de personalidad que pueden conducir a un liderazgo que se considere falso, o por el contario, que lo apruebe por su valía y efectividad.

Algunas señales a tener en cuenta del liderazgo verdadero

1º) El líder efectivo no pretende tener razón, sino transmitir con claridad tanto lo que dice como lo que quiere que se haga.

2º) No quiere estar en primera fila ni tener la última palabra, sino que prefiere el trabajo en equipo y dar autonomía a su personal, para que con el empoderamiento aflore más eficacia personal, colaboracionismo y especialmente mayor compromiso y nivel de satisfacción del personal.

3º) Es empático, se preocupa por los demás, por lo que le ocurre a las personas, cuáles son sus objetivos individuales y cómo están desarrollando su carrera en la empresa.

5º) No promete lo que no puede cumplir y ante cualquier crisis está en primera línea de batalla.

6º) Ni engaña ni tampoco echa balones fuera tratando de inculpar a los demás por cosas que no han salido bien.

7º) Se interesa por formar y capacitar a otros líderes en potencia.

8º) Es una persona auténtica que admite los errores y manifiesta preocupación ante una crisis, aunque no la rehúye, sino que la enfrenta.

Algunas señales del liderazgo falso

1º) Les gusta el control por el control per se, porque creen que las personas necesitan ser controladas. Y esto con frecuencia, no en pocos casos, puede destruir a una persona.

2º) Siempre se quieren llevar todo el mérito. No les importa el crédito que genuinamente se ganaron los demás, porque en el fondo no les reconoce.

3º) Renuncia con facilidad a lo que se había obligado a cumplir. Para este tipo de líderes, una palabra dada no vale nada.

4º) Pone excusas y justifica lo injustificable.

El día de mañana debe ser hoy

No podemos finalizar nuestra contribución de hoy sin referirnos al liderazgo digital. Porque también hay liderazgo verdadero y falso.

En primer lugar, entre las características que le definen y que deben integrarse dentro del liderazgo efectivo, es reconocer que lo digital no siempre se trata de la escala de proyectos llamativos, sino de transformar a las personas y las formas de trabajar.

No hacerlo así es incurrir en un error gravísimo, que si además se quiere camuflar diciendo que es lo que en realidad no es, tenemos su materialización como liderazgo falso.

En segundo lugar, potenciar y desarrollar habilidades digitales en toda la organización, no solo dentro de un departamento separado, porque en lugar de una estrategia digital, se deben integrar procesos y tecnologías digitales para servir y dar forma a las estrategias globales del negocio.

Si esto es lo que debe ocurrir necesariamente en las organizaciones, también debe producirse esta transformación en la sociedad, especialmente en sus instituciones, y muy en particular, en el ámbito político.

La transformación digital va más allá de una cuestión tecnológica, porque estamos hablando de una sociedad digital y una economía también digital.

Para ello, la integración del factor humano como parte esencial del gran proceso transformador que está ocurriendo día a día a velocidad de vértigo, no sólo es imprescindible, sino que carecería de valor cualquier transformación social que no tenga en cuenta en la justa medida la dimensión humana.

Para que ello ocurra con eficacia, requerimos de líderes verdaderos, no falsos. No necesitamos más jugadoras líderes falsas como la de nuestra historia. Necesitamos más líderes como la entrenadora de baloncesto femenino que finalmente logró su cometido.

Las necesitamos en los ámbitos empresariales y políticos, porque ese liderazgo de círculo que tan bien definió la entrenadora, sí que se produce a diario en todos los ámbitos, desoyéndose el mérito, las condiciones, el talento y la integridad de las personas.

De ahí que, la clase dirigente, en particular la política, debe preocuparse porque esos atributos referidos sean los que les distinga como líderes verdaderos.

Artículo coordinado por José Luis Zunni, director de ecofin.es, vicepresidente de Foro ECOFIN y autor del libro recién publicado ‘El Cubo del Líder’ (Ed. Kolima; disponible a la venta pinchando aquí), en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN, y Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education).

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