Siempre hay preguntas que nos formulamos que no solo dificultan la respuesta, sino que nos hacen reflexionar. Y una de ellas, es ¿puedes crear tu propia suerte?
Pero vamos a ir a más: si te haces la pregunta ¿me siento afortunado con lo que tengo y lo que estoy haciendo… o es que quiero más?, en realidad te estamos haciendo una pregunta con trampa, ya que parece que son dos en una. Bueno… en realidad es así. Veamos: en cuanto a si te sientes afortunado con lo que tienes y lo que haces, debes poner en valor lo que realmente es importante. Por ejemplo, lo que disfrutas de tu vida junto a tu familia y no lo que desearías en un futuro no muy lejano, porque tienes ideas de hacer cambios, sea de casa o un plan de vacaciones realmente diferente, etc.
Por eso, la segunda parte de la pregunta, referida a si quieres más… tienes que ser más cauto/a y ver el hoy, el presente que te olvidas de disfrutar porque estás abrumado por ese caos que vives a diario derivado de la velocidad a la que vives y, no menos significativo, todas esas preocupaciones que te agobian, sean por cuestiones laborales, familiares, etc.
Pero si reflexionas un poco y valoras en su justo término lo que tienes y lo que haces, es el primer paso para poner un cierto orden, y que esta “suerte de la que estás disfrutando” no se debe a una casualidad de tu vida, sino a tu empeño y esfuerzo en hacer las cosas bien, a tu nivel de responsabilidad hacia los tuyos y la empresa en la que trabajas.
Algunos consejos sobre cómo tener buena suerte
Cuando nos referimos a la suerte, lo primero que nos viene a la cabeza, por ejemplo, cuando la asociamos a determinada persona, a la que señalamos como “que es un tipo con suerte”, le estamos dando un valor de aleatoriedad. O sea, suerte como concepto es algo aleatorio, que depende del azar o que no sigue una pauta definida. Y esto se traduce en pensamientos de personas normales como tú, querido lector/a en que en determinados momentos crees que algunos días las cosas simplemente no te han funcionado, pudiendo atribuirse a que te has quedado atrapado en ciertas rutinas temporales; otras veces, puedes estar convencido/a que dada la cantidad cosas que tienes pendientes, tanto en casa como en el trabajo, te has convencido que no tendrás un respiro para parar cinco minutos. En todo caso, crees que sigues estando expuesto a ese condicionante de tu vida que es la aleatoriedad. Craso error.
La circunstancia que hoy te sea más favorable no es simplemente una cuestión de azar. Si por fortuna crees que porque tienes un amuleto que te regalaron hace un tiempo, justamente para que te diera suerte, las cosas te van a ir mejor, lo aconsejable es que lo dejes en tu estantería. Si bien no te obstaculizará una hoja de trébol de cuatro hojas como la que guardas en un libro, para que te ayude en tu camino hacia el éxito que buscas y te mereces, debes creer que la razón de que puedas aproximarte a ese éxito y sentir que estás en la dirección correcta, no depende de aleatoriedad ni de amuletos.
¿De quién entonces? ¡Solo de ti mismo! Y esto a pesar de que con frecuencia te resulte difícil identificar, lo que te está ocurriendo y que forma parte de esa fortuna por la que luchas. Es algo que ya tienes en la mano y a veces no te das cuenta.
Claro que no es algo que materializas en un cuadro, o en determinada figura, sino en la consecución de un logro, que sí se materializa en tu vida algo por lo que estabas luchando. Y para que esto te haya sido posible alcanzarlo, no es que te has dedicado a tirar los dados, sino a trabajar y actuar de manera responsable, con una planificación muy ajustada a tus necesidades y tratando que la tendencia natural que todos tenemos al desorden, no te altere, sino que la dejas en el cajón.
¿Qué es la suerte, de todos modos?
Piensa en un resultado, no por el azar, sino como consecuencia de una preparación dura en el entrenamiento de un deportista de élite que ha batido su propio récord, o si después de una planificación bien hecha en la empresa en la que trabajas, se ha logrado retener el talento (o sea, buenos resultados en la gestión de RRHH) y te afecta directa y positivamente.
Martin Ford, es psicólogo educativo y experto en motivación de la Universidad George Mason en Virginia. Su investigación se centra en la motivación y el desarrollo de competencias, con énfasis en el papel que desempeñan las metas personales, las emociones y las creencias para facilitar el funcionamiento óptimo y el significado de la vida. Afirma que “esencialmente, la suerte es una fuerza que se utiliza para explicar éxitos y fracasos inesperados cuando las explicaciones habituales no parecen suficientes”.
¿Puedes ser capaz de crear tu propia suerte?
Los estudios e investigaciones más serios en el campo de la psicología te dan una respuesta afirmativa. Desde ya que este tipo de situaciones que se te pueden presentar (que tienes que influir para que así sea), dependerá de tu capacidad para hacer los cambios que necesites hacer en tu actual escenario en el que te mueves. Eso que con frecuencia tomamos decisiones para sentir que estamos en una posición más ventajosa.
Que damos un paso adelante, que nos informamos sobre un problema que tenemos en el trabajo y que también preocupa a todo el equipo, y que finalmente entre todos acortamos tiempo y distancia, porque hemos dado un impulso a que las cosas se hagan de otra manera. ¿Qué ha sido… suerte? Desde ya que sí… pero la hemos impulsado nosotros, no los dados.
Según afirma Barbara Becker Holstein, psicóloga positiva y autora de “The Enchanted Self: A Positive Therapy” (El yo encantado: una terapia positiva), “el éxito surge de una serie de factores”. Y ella junto a otros expertos en este ámbito del conocimiento, creen que hay algo que te facilitará obtener y disfrutar de una buena fortuna: “Vive una vida que te permita avanzar”. Es una referencia clara a que tú y yo… y todos… somos responsables de empedrar el camino de tierra en el que con frecuencia nos hundimos.
Martin Ford está convencido que la expresión que utilizamos habitualmente sobre que “algunas personas nacen con suerte” no es para nada verdad. Afirma que “la suerte no es una superpotencia misteriosa, ya que las personas nacen con diferentes potenciales de desarrollo y vulnerabilidades con respecto a lo que las motiva naturalmente, qué tipos de habilidades son más fáciles o más difíciles de desarrollar, los tipos de entornos en los que viven y aprenden y sus fortalezas y debilidades biológicas”.
¿Puede ser crear tu propia suerte más fácil para unas personas que para otras?
Desde ya que sí. Como todo en la vida. Algunas personas tienen unas habilidades natas, por ejemplo, cuando nos referimos a ellas de manera coloquial diciendo “es un manitas” y no solo repara todo lo que se rompe en su casa, sino que es capaz de hacer un mueble entero de salón.
También es cierto que el éxito implica cuatro elementos entrelazados:
– Contar con la motivación.
– Tener los conocimientos y habilidades necesarias.
– Que podamos disponer de un entorno receptivo.
– Tener un funcionamiento biológico sólido.
Queridos lectores/as ¿a que estáis creyendo un poco más en vuestra capacidad para influenciar en la suerte?
Deberías al menos, reflexionar al respecto. Por ello, nos parece de interés lo que un profesor de psicología explica en cinco pensamientos por qué la gente tiene suerte. Se trata de Richard Wiseman, licenciado en psicología de la University College London y doctorado de la Universidad de Edimburgo.
Siempre es de interés investigar continuamente en todo lo que haga al bienestar de las personas, que les haga más fácil la vida diaria, que les ayude a sentirse más felices. También es conveniente abrir la mente a nuevos ángulos de miras, ya que a veces ocurre, que cosas que leemos nos ayudan a comprender cosas que vivimos, cosas que incluso tenemos que resolver.
La posición del profesor Richard Wiseman, que a continuación destacamos y explicamos los 5 pensamientos que nos ayudan a centrar el tema que hoy debatimos:
1º) Las personas afortunadas pueden ver oportunidades escondidas a plena vista
“La gente afortunada no espera a que sucedan cosas. Siempre están atentos. Tienen una visión o una meta que les ayuda a limitar su enfoque para que su cerebro pueda ver las oportunidades adecuadas”
La importancia de tener plena consciencia del presente, estando atentos a por dónde vemos que se están produciendo los cambios en la sociedad, lo que antes o después terminará afectándonos.
El profesor Richard Wiseman afirma que “la gente afortunada tiene la mente abierta. Están felices de probar cosas nuevas y no son románticos con el resultado”. Es evidente que cuando nuestra mente está abierta y es sensible al entorno (a lo que sucede), nos aparecen delante las oportunidades, que sabemos que existen en todas partes si estás dispuesto a prestar mucha atención y eliminar el desagradable filtro del escepticismo y del pensamiento negativo.
2º) Negar el destino
También sostiene con convicción que es muy malo creer en el destino, porque se convierten en ideas peligrosas que limitan nuestra identidad, nos coartan la libertad.
Estamos acostumbrados a escuchar expresiones como “nacemos de esta manera” o “no puedo cambiar” o “son mis genes”, todos estas son excusas, porque es evidente y está científicamente comprobado, que el destino no está fijado para ninguna persona en concreto. Es la habilidad de cada persona y su circunstancia particular, la que favorezca más o menos cambiar la trayectoria (la dirección que está llevando su vida), para lo cual tiene que tomar una decisión de cambio, tener coraje y ser coherente.
3º) A las personas desafortunadas les resulta difícil recuperarse
Cuando se está sufriendo la tristeza de haber fracaso, por ejemplo, en un nuevo emprendimiento empresarial en el cual se había puesto toda la ilusión, esa sensación hace que se estén consumiendo sus energías positivas que aún les quedan, o sea, la reserva natural de esa suerte que se han ido construyendo. Pero las personas que son afortunadas son resistentes, y cuando caen son las que tienen la capacidad y también la imaginación (creatividad) para levantarse y volver a direccionar su camino.
4º) Las personas afortunadas se respaldan a sí mismas
La investigación de Richard Wiseman encontró que el 90% de las personas afortunadas confiaban en su intuición. Siguieron su instinto. Se respaldaron a sí mismas.
¿Cuál es el mecanismo que ha operado en nuestro cerebro? Nuestra mente subconsciente está registrando la realidad que vivimos a diario en segundo plano, al mismo tiempo que va estableciendo patrones y luego deja que la mente consciente se dé cuenta de ellos. Este proceso crea nuestra intuición.
5º) Están predispuestas al optimismo
La investigación encontró que el optimismo contribuía significativamente a la suerte que tenían las personas. En la experimentación que llevó a cabo, les dio a los maestros una lista inventada de estudiantes que eran tardíos y que aprenderían lentamente. Los profesores trataron a los estudiantes de manera diferente debido a estos datos. Como resultado, a los estudiantes les fue mal en la escuela.
El optimismo levanta el velo de la realidad. Nos ayuda a ver dónde no estábamos viendo. Nos permite imaginar resultados que aún desconocemos, pero que sabemos vamos en línea para que existan (que se produzcan por nuestro trabajo).
Una persona optimista levanta las vallas que ponemos delante y que nos impiden sacar a luz la creatividad, de manera de enterrar el pesimismo y por su puesto la expresión “que mala suerte tengo… esto siempre me ocurre a mí”.
Finalmente, ante la pregunta “¿creas tu propia suerte? ya tienes unos buenos elementos de juicio como para que te ayuden a desterrar esos prejuicios que nos ponemos nosotros mismos como “que no soy capaz de hacerme responsable de este proyecto”, o “¿por qué siempre esto me sucede a mí?”.
La llamada “Diosa Fortuna” si bien se asoció en la mitología romana a la suerte, fuera esta buena o mala, siempre se tendió a asociarla con la buena. Y es lo que debes sacar provecho a la lectura de hoy: para nada es aleatoria, sino que tú puedes crearla.
Y no te olvides que esa suerte también depende de varios factores y que para que ellos te sean favorables, tienes que vivir una vida en la que te permita avanzar. Cuando vayas verificando este avance (en términos objetivos, no especulativos), habrás abierto un buen camino para que independientemente de la casualidad (en la que no creemos) te aflore la causalidad (en la que sí creemos) y hayas construido sólidas bases para tus acciones futuras.
Artículo coordinado por José Luis Zunni, presidente y CEO del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL), director de ecofin.es, vicepresidente de Foro ECOFIN y autor del libro recién publicado ‘El Cubo del Líder’ (Ed. Kolima; disponible a la venta pinchando aquí), en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN y presidente honorario del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL) y también autor del libro ‘El Cubo del Líder’.