Liderazgo con Conocimiento… ¿podría ser de otra manera? Veamos… porque seguramente te habrás preguntado en más de una ocasión a qué se debe la importancia que se le atribuye al liderazgo en la gestión del conocimiento, y sobran razones para dársela.
Cuando observamos la lucha sin cuartel que en materia de investigación científica e innovación tecnológica libran a diario las potencias estadounidense y china, podemos definir tal enfrentamiento con una sola palabra: conocimiento. Porque de cómo se gestiona el conocimiento científico y tecnológico, desde la creación hasta la aplicación, todo el proceso requiere de una asignación tremenda de recursos humanos y materiales. Pero sin duda, tienen que ser encauzados dichos conocimientos desde un liderazgo claro y de gran proyección gracias a la intervención de la prospectiva económica y política.
¿Qué es la prospectiva económica?
Es la que permite identificar hacia donde se dirige la empresa, en cuanto a circunstancias del mercado, a la competencia, y a la aceptación del consumidor. Por medio de la prospectiva estratégica se diseñan escenarios, determinando lo que la empresa será en un futuro.
Y si te preguntas ¿qué es la prospectiva política?
Puede considerarse uno de los pilares de la gestión del conocimiento. El análisis prospectivo identifica los escenarios posibles, tomando en cuenta condicionantes del pasado, tendencias estructurales y juegos de intereses de los actores.
Entonces, como la esencia de las sociedades modernas se basa en el juego armónico de las organizaciones, instituciones y personas que son las que le dan la estructura básica, puede decirse que la prospectiva de país puede entenderse también como el mecanismo transformador del presente. O sea, que, en esta lucha por la preeminencia tecnológica entre Estados Unidos y China, la prospectiva termina siendo la visión que se tenga de cómo crear futuro, cómo enfrentarlo y gestionarlo, cómo transformar el futuro que ha quedado obsoleto en uno que sea aún revelador de nuevas opciones de creación de riqueza y grandeza de países, como también de instituciones y organizaciones.
Siempre las iniciativas de prospectiva están rodeadas de conceptos estratégicos, que, puede traducirse en un desarrollo meramente testimonial o por contrario, convertirse en un motor para la transformación social y económica. En todo caso, los intereses de la prospectiva se fundamentan en la visión del medio y largo plazo, pero para ello, hay que contar con el conocimiento en el presente. Ese liderazgo en la gestión del conocimiento que tengan organizaciones y países, es lo que les pone o no en las primeras posiciones.
Por ello, cuando en un país se habla de las “foresight units” (unidades de previsión) en sí mismo no representa nada nuevo, aunque de la forma en cómo operen sí podrá sacarse un valor diferencial. En el caso de un país, es importantísimo la propia definición y concepto de realidad que ese país tiene de sí mismo, ya que, para construir un futuro deseado, necesariamente hay que partir de un buen diagnóstico del presente, de manera de echar luz sobre cuál es el mínimo aceptable desde el que hay que partir como sociedad para que la prospectiva pueda ayudar a lograr beneficios plausibles.
¿Cuál es el objetivo principal de la prospectiva?
En los estados más desarrollados han llegado a movilizarse de manera eficiente todas las capacidades sociales en los planos científicos, tecnológicos, cognitivos y también institucionales, para poder construir visiones compartidas del porvenir, identificar sus determinantes claves, así como los posibles elementos y factores, tanto los que operan de manera negativa (las rupturas que se producen en todo proceso socio político y económico) o por contario, la permanencia de determinados elementos que en dicha sociedad garantizan la continuidad. Para ello, el liderazgo en la gestión del conocimiento es la llave de poder seguir direccionando los pasos hacia esos estadios de futuro prometedor pero alcanzables.
En la actividad privada
La gestión del conocimiento es un recurso vital para las empresas. Pero, para poder desarrollar un plan con esfuerzos y buenos resultados de gestión del conocimiento, hay que tener en cuenta que es solo una parte del panorama general. Es igualmente importante contar con las personas adecuadas en cada uno de los puestos de trabajo, por lo que la formación y experiencia son elementos que conformarán un tejido de información, datos, experiencia, resultados, etc., que los líderes del conocimiento pueden hacer influir en la dirección hacia los objetivos que se persiguen. Porque del buen uso de los conocimientos, habilidades y recursos acumulados para crear resultados positivos para todos los involucrados, dependerá (realmente condiciona) la cadena de valor de la organización y su capacidad de proyección hacia el futuro.
¿Qué es el líder del conocimiento?
Los líderes del conocimiento son las personas de una organización que tienen la capacidad y experiencia para identificar nuevas oportunidades y personas que potencialmente podrían ayudar con proyectos, resultados o desafíos dentro de la organización. Podría decirse que son los impulsores de toda nueva iniciativa, ya que, a lo largo del tiempo en su actividad, ya sea como CEO’s o asesorando a la dirección, han ido construyendo un fuerte repertorio de información y puesto a disposición de las personas que requieren tales datos, información, etc. en sus respectivas funciones, o sea, son los que habilitan y facilitan la disposición y creación del conocimiento.
También en su gestión están fuertemente comprometidos con la visión y toman las medidas necesarias para integrar lo que saben. Es como tener una base de datos permanente que puede hacer que la magia suceda en el negocio.
Son altamente capaces de identificar activos de información que pueden ser beneficiosos, al mismo tiempo que pueden hacer la más precisa asignación de recursos de manera que dichos activos puedan ser compartidos por más personas en la estructura organizativa. Lo ideal, es que llegue a todos los cuadros.
La variedad de recursos que emplean puede ser diversa, desde activos internos fundamentales como desarrollar su conocimiento de las políticas y procedimientos actuales dentro de la empresa, hasta la de activos externos donde pueden hacer networking o tomar clases para conocer soluciones alternativas fuera de la empresa. El conocimiento fluye por todos lados, la cuestión es evitar que no se nos vaya como el agua de las manos, porque generalmente no se saben aprovechar en las organizaciones estos procesos de identificación de oportunidades y personas, de manera de reunirlos (una integración) con datos e información para que facilite a los responsables la toma de decisiones.
Además de lo que aprenden de su diligencia debida, los líderes del conocimiento son comunicadores activos y claros. No solo comunican lo que saben, sino que se esfuerzan en crear los marcos para lograr resultados organizacionales, ya que este tipo de líderes entienden que lo que tienen entre manos no es un equipo de un solo hombre, más bien de cómo se asignen los recursos se ayudará más eficazmente a todos en la organización. Esta categoría de líderes cuenta con una especial habilidad que es la de cultivar una cultura de intercambio de conocimientos y esfuerzos prácticos para lograr los resultados deseados para todos los involucrados, independientemente de su posición o título.
¿Cómo marcan la pauta los líderes del conocimiento?
Los grandes líderes del conocimiento no tienen miedo de marcar tendencias, además de tener una gran capacidad para capturar los detalles y ejecutar las acciones adecuadas para tomar decisiones e implementar las acciones oportunamente. Ello hace que estén implicados en una naturaleza social de todas las acciones en las que intervienen, ya que son excelentes para formar equipos y cultivar relaciones con personas que pueden tener conocimientos o información que aún no han entrado a formar parte del proceso de gestión del conocimiento. Lo que técnicamente se conoce como información capturada o no capturada.
Es importante destacar que su nivel de compromiso puede ser contagioso en los esfuerzos por alcanzar los objetivos de un sistema de gestión del conocimiento, ya que marcan la pauta creando una cultura de cohesión y de intercambio que permite a todos los miembros del equipo traer sus soluciones a la mesa. Ayudan y promueven el intercambio de los conocimientos. Esto permite identificar una variedad de activos y puede crear conciencia sobre nuevas oportunidades y soluciones. Estos esfuerzos pueden ser invalorables al alinear a los miembros del equipo con las prioridades estratégicas.
Identificación de los líderes de conocimiento
Los líderes de conocimiento no siempre son de gestión, y la mejor manera de identificarlos es comprender cómo utilizan sus recursos y observar sus interacciones dentro de la organización. Cuál es su compromiso con las personas en todos los niveles de la organización y con la ejecución de los objetivos de negocio. Observar esto dice mucho sobre el tipo de líder que es. No hay que olvidar, que su liderazgo puede extenderse por toda la organización creando y efectuando cambios en múltiples niveles y es importante para evaluar adecuadamente los activos de conocimiento y elegir a los nuevos valores profesionales que están haciendo carrera, al mismo tiempo que prometen pasar a ocupar puestos de responsabilidad convirtiéndose en líderes.
Cultura y conocimiento colectivo
Durante años, al conocimiento colectivo se le ha llamado cultura, y aún hoy este término nos aparece frecuentemente al referirnos, por ejemplo, al choque de culturas en una fusión por absorción
Pero el conocimiento colectivo actual a partir de la irrupción en nuestras vidas de las más modernas tecnologías, la innovación permanente que hace tan sólo diez años nos parecía ciencia ficción, se ha convertido en una herramienta de competencia, en un valor añadido para ejercer el dominio en un mercado por parte de una empresa
Uno de los objetivos más buscados actualmente por las organizaciones líderes mundiales, es contar con ese conocimiento colectivo como parte integrante e indivisible de la estructura organizativa, independientemente del tipo de tecnología y KNOW-HOW con el que cuente cada una. Muchos pueden decir, que eso es lo que durante años llamábamos cultura empresarial, la cultura Coca-Cola, la de General Motors, pero no necesariamente es la misma. Porque tanto Coca Cola como General Motors convirtieron sus culturas en conocimiento colectivo por convertir la experiencia en conocimiento, cuestión que no se da si las organizaciones no hubieran establecido (las líderes) los vehículos y medios necesarios para no desaprovechar las experiencias propias y ajenas, la investigación, los desarrollos y aplicaciones de modelos también propios y ajenos, en suma: todo dato e información que ha venido fluyendo por dichas organizaciones, debidamente clasificado, archivado, distribuido y puesto a disposición de todos los cuadros.
Esto se convierte en un determinado hábito que se basa en una norma interna de una compañía, en una serie de normas y estándares que es necesario cumplir adecuadamente para que los objetivos de la organización en mercados cada vez más competitivos, puedan cumplirse.
La cultura organizacional se ha transformado en conocimiento, y el conocimiento hay que gestionarlo adecuadamente para mantener esas ventajas competitivas adquiridas, para seguir ejerciendo el liderazgo
Otros conceptos que conocemos como la buena gobernanza y el sentido de responsabilidad (sense-making) aparecen también en este cuerpo de doctrina como resultado de los últimos años de experiencias y avances en el campo del Mangement y específicamente en los RRHH. Otros, como el colaboracionismo tecnológico (llamado muchas veces groupware), el PKM (Personal Knowledge Management) que significa gestión del conocimiento personal y los diferentes métodos para cuantificar y medir siempre han estado ahí, pero su dimensión y el tipo de soluciones han cambiado significativamente gracias a la nueva comprensión de los procesos organizacionales, nuevos métodos y obviamente nuevas tecnologías.
Personal Knowledge Management
La última vez que encontraste algo interesante o útil cuando estabas navegando buscando determinada información, te topaste con otra que te interesó, pero finalmente no hiciste nada con ella. Es decir, no lo guardaste en tus favoritos, ni te lo enviaste por correo electrónico o lo compartiste en las redes sociales. Pero no te preocupes, porque esto le sucede a todo el mundo y varias veces al día, porque las personas están centradas en las prioridades y no pueden distraerse en búsquedas, llamémosles, colaterales. Pero lo que sucede, es que hay mucha información que termina siendo valiosa y que cuando nos damos cuenta de ello, ahí sí vamos a perder tiempo en buscarla cuando no la habíamos salvado.
Por ello hay una mejor manera de administrar nuestro conocimiento personal, o sea que un sistema de administración de conocimiento personal (PKM) es una herramienta que nos ayuda a recopilar, organizar y acceder a toda esa esfera de conocimiento personal que necesitamos. Esto puede ser cualquier cosa, desde artículos que has leído, sitios web que visitas con frecuencia o ideas que deseas recordar para más adelante.
Habilitadores del conocimiento
Si no se implementan los llamados habilitadores del conocimiento, nos encontramos con ciertos impedimentos.
a) Buena gobernanza y ética
De ahí que la buena gobernanza y la ética es la que hace asumir la responsabilidad de los activos de conocimiento y no hacer un mal uso de ellos en detrimento de los demás. No se puede excluir personas de los equipos y/o departamentos en el acceso al conocimiento y especialmente al aprendizaje del mismo.
b) Integración estratégica
Es la que corresponde a un fuerte vínculo entre la gestión del conocimiento y el valor comercial, lo que se traduce en valor de marca.
c) KM (Gestión del conocimiento) a todos los procesos y decisiones claves
El líder del conocimiento es el que sabe aplicar una lente de gestión del conocimiento a todos los procesos y decisiones clave (p. ej., calidad, satisfacción del cliente, gestión de riesgos, innovación), lo que determina que se logre una cultura de “enriquecimiento del conocimiento”, que fomenta el intercambio de conocimientos con apertura y confianza, la creación y el desarrollo continuos del conocimiento, el aprendizaje continuo y la innovación.
Las palancas del conocimiento
Las que se definen como palancas del conocimiento, son factores que trabajan juntos en sinergia para maximizar los resultados:
– Procesos sistemáticos de gestión de contenidos – identificación, clasificación, titularidad, uso, explotación, protección, etc.
– Apoyo a las comunidades: nutrir, pero no administrar en exceso, redes de competencia.
– Incorporar la gestión del conocimiento en el trabajo de conocimiento, para que la captura de conocimiento ocurra fácilmente y esté allí cuando sea necesario
– Know-who: herramientas y técnicas para identificar e interactuar con expertos.
– Aprovechar el conocimiento tácito, antes de que se vaya o se pierda por no haberlo identificado y sistematizado.
– Medidas significativas: prestar tanta atención al capital intelectual como a los recursos físicos y financieros.
– Espacios de trabajo que funcionan: más allá de los espacios comunes hay que promover y crear lugares de trabajo estimulantes.
– Comercialización: si el conocimiento es un activo valioso, ¿por qué no empaquetarlo y venderlo?
El proceso estratégico en el liderazgo del conocimiento
En un orden de prioridades que es necesario respetar:
- Acertar en la estrategia.
- Hacer transparente los procesos.
- Cultivar las comunidades.
- Conocer nuestro propio Know-How.
- Etiquetar y clasificas nuestro conocimiento tácito.
- Desarrollar el PKM.
- Segmentar (estructurar) las soluciones.
- Desarrollar y crear ambientes de colaboración.
- Control y medición de los logros y resultados.
- Convertir el éxito en un proceso sostenible.
Gestión explícita y sistemática de conocimiento vital
El conocimiento vital es el que se considera básico y fundamental, además de todos sus procesos asociados de creación, organización, difusión, uso y explotación.
¿Por qué elegimos esta definición?
Si bien son diversas las definiciones de gestión del conocimiento, preferimos elegir esta desde el momento que identifica algunos aspectos críticos de cualquier programa razonablemente exitoso que se quiera implementar en una organización. Veamos sus componentes que seguro te aclararán el significado y el alcance:
– Explícito: codificando y clasificando aquello que se conoce y rastreando y tomando como dados determinados datos que circulan en el ambiente vinculados a nuestra actividad y negocio.
– Sistemático: dejando las cosas al libre albedrío no nos permitirá sacar beneficios de la aplicación de la gestión del conocimiento.
– Conocimiento vital: es necesario focalizar lo importante, los recursos no son ilimitados.
– Procesos: la gestión del conocimiento es un conjunto de actividades que tienen sus propias herramientas y técnicas.
Es importante advertir que el conocimiento implica tanto el tácito (el que está en la cabeza del personal) como el explícito (codificado) y expresado como información en bases de datos, documentos, etc.), por lo que todo buen programa de gestión del conocimiento, fijará e implementará un proceso de desarrollo de conocimiento y su difusión organizada de ambos tipos de conocimiento.
Artículo coordinado por José Luis Zunni, presidente y CEO del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL), director de ecofin.es, vicepresidente de Foro ECOFIN y autor del libro recién publicado ‘El Cubo del Líder’ (Ed. Kolima; disponible a la venta pinchando aquí), en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN y presidente honorario del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL) y también autor del libro ‘El Cubo del Líder’, y Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y vicepresidente segundo de EUPHE (European Union of Private Higher Education).