Descansar, madrugar y liderar

Anticiparse es madrugarle a los acontecimientos. Llegar primero es tener ventaja. Jugar a blancas en el ajedrez o estar al saque en el tenis presupone llevar la iniciativa y vencer. Y eso es lo que significa madrugar.

El refranero español plantea sus dudas. Y a la sentencia de que “al que madruga Dios le ayuda”, inmediatamente le replica con otro: “No por madrugar se amanece más temprano”.

Antes de resolver este enigma dicotómico hay que analizar los datos:

  • ¿Sabía usted que la mayor parte de los grandes líderes de la historia fueron madrugadores?
  • Las más temibles batallas e invasiones se produjeron de madrugada, por aquello de pillar al enemigo dormido.
  • ¿Sabe cuántas horas dormían las grandes figuras de la historia?

Napoleón era tajante en su respuesta: “Seis horas para un hombre, siete para una mujer, ocho para un tonto”. Pero más allá del machismo propio de la época y del personaje, esa ha sido la regla general en la Historia; con escepciones de las 3 horas de Berlusconi o las 4 horas de Benjamin Franklin o Margaret Tatcher o las 5 horas de Mozart (si son creíbles sus biografías).

Bien es verdad que los más dormilones replican que Albert Einstein dormía 10 horas al día y que Leonardo Da Vinci aunque dormía poco, no perdonaba una siesta diaria de 20 minutos.

Tiempo real vs. tiempo virtual

Estamos en el siglo de las comunicaciones y las redes sociales; o sea, vivimos en un tiempo real y virtual de manera simultánea.

Por eso, cuando echamos nuevamente la mirada atrás en la historia, vemos que aquellos líderes que tenían grandes responsabilidades, sentían la necesidad de aprovechar el tiempo al máximo, no sólo el de las batallas.

Ya puestos en el presente, también estamos librando otro tipo de batallas diariamente, pero batallas al fin. Y sabemos que el mejor desempeño de las personas es por las mañanas temprano, pero no se crea que simplemente con cambiar su “reloj mental” está todo solucionado. No es tan sencillo.

Los jóvenes profesionales, trabajen en una organización o sean autónomos, así como los emprendedores, siempre se dejan por costumbre una cantidad de tareas para hacer por la noche.

Son de esas personas, que instalan su portátil en la mesa del salón, encienden la televisión aunque no saben lo que están viendo porque sólo les apetece escuchar “un poco de ruido” e inician la ardua tarea de revisar mails pendientes, ver proyectos en curso que requieren una profunda revisión, etc., etc.

Ellos llenan sus horarios durante el día y todavía tienen que cumplir con los plazos duros por la noche, así que hay una tendencia a trabajar cada vez más tarde. Lo peligroso (si es que vale la expresión) es que se convierte, más que en un hábito, en una clarísima adicción.

Pero lo que en realidad sucede es que las noches parecen que tienen un sinfín de posibilidades, siendo lo único que tiene que tener usted a mano es bastante café para poder continuar hasta altas horas de la madrugada.

La cuestión es que realizando esta rutina noche tras noche, aunque pueda intercalarse una salida social algún día, va agotando el cuerpo y la mente.

Al principio de una nueva actividad, por ejemplo, en el lanzamiento de una nueva promoción en la empresa, la sensación es que está fuerte y que podrá continuar casi indefinidamente. Craso error de cálculo que pasará factura mucho más rápido de lo que Ud. puede imaginar.

Pero ahora usted probablemente sabe, que las noches también están sobrevalorados, porque en realidad cuál será la calidad de cada uno de los días que sigan a esas noches.

Muchos de los que practican este mal hábito, aunque logran subsistir a la mañana siguiente y cada una de las madrugadas que siguen en las que se preparan para ir a la oficina, se enfrentan a un problema silencioso, que casi pasa desapercibido.

Nos referimos al estado de su mente que acusará la fatiga. Estará  automáticamente “fuera de sí” (una especie de piloto automático) durante la jornada, además del consabido cansancio, ojos rojizos, dolores de espalda, falta de ganas de comer, etc.

Lo normal es que si en una determinada semana ha abusado de sus fuerzas dos noches, por ejemplo, serán más de dos los días que tarde en recuperarse.

Luces de mañana

La mayor lucidez suele llegar tras el sueño reparador. Por tanto, qué le parece si empieza a pensar con mentalidad mañanera. A ser una persona de las mañanas, arrancando temprano con sus actividades, mejor dicho, las pre-actividades antes de salir para su trabajo o a las reuniones que tenga.

No es casual que los estudios e investigaciones que se han realizado hasta la fecha, sobre los hábitos de trabajo nocturnos y la importancia de cambiarlos por las mañanas, tengan los ejecutivos y profesionales las más diversas responsabilidades, los que sí comprenden bien es la importancia de llevar a cabo el cambio de hábito.

Es más, a pesar de hacer el esfuerzo por cambiar la mala costumbre, afirman seguir odiando las mañanas. Es que el cuerpo “tiene memoria”.

La conclusión que se obtienen de declaraciones de personas que han logrado cambiar el hábito nocturno por el diurno bien temprano de madrugada, finalmente son los valedores de lo importante y saludable que es realizar los trabajos temprano habiendo descansado como es debido.

Pero no sólo es la energía que notan, sino incluso esa buena predisposición, ese humor que le da ganas de conversar con sus empleados (el líder) o compartir un café agradable (un miembro del equipo con sus compañeros).

Cuando cualquiera de estas personas, esté en el nivel que esté de la organización, verifica el cambio que se ha dado en su cuerpo y mente, que empieza por no tener cansancio físico durante las largas jornadas de trabajo porque han podido relajarse y descansar regularmente, descubren lo que al principio no creían en ello: los beneficios para la salud física y mental.

Aunque las personas no se dan cuenta de ello, porque diariamente con las responsabilidades que asumimos no concienciamos el posible desgaste físico ni fatiga mental. Pero de hecho se produce.

En definitiva, implica para cualquier persona en su trabajo no tener que hacer demasiados esfuerzos ni físicos ni intelectuales porque está cargado de energía, la que ha renovado descansando como es debido.

Dónde puede encontrarse esa energía

Ésta se encuentra en el punto más alto entre las 6 y 8 de la mañana, pero a medida que transcurre el día, como es normal, irá decayendo, pero a un ritmo lento, no como decaería de haberse quedado trasnochando enviando mails y sintiendo esa sensación de sueño durante el día.

Otra conclusión importante que siempre han revelado los estudios que se han realizado en materia de cambio de hábitos de trabajo nocturno por diurno, es que el establecimiento de una rutina puede transformar toda su jornada laboral.

En primer lugar, crear una rutina de dormir mejor. Los estudios demuestran que las personas que reciben siete horas de sueño (casi exactamente, ni más ni menos) son mucho más saludables y menos propensos a enfermarse.

Con el fin de estar en la cama lo suficientemente temprano para conseguir dormir siete horas, lo que tiene que hacer es algunos cambios en su rutina.

Muchas personas afirman que no se cansan con tiempo suficiente para ir a la cama temprano.

Otro error, porque a lo mejor no están haciendo ninguna tarea, sólo mirando una película por televisión; incluso cabecean de vez en cuando, pero se siguen quedando porque están como predispuestos a aguantar el tipo e irse a la cama muy cansados pensando que en caso de hacerlo antes de determinada hora, no podrán dormirse.

Por eso, es conveniente durante la última hora del día, desconectarse de la tecnología y leer un libro.

Acomodar las luces sólo para la lectura, vestir ya con ropa cómoda de estar en casa, porque la comodidad es en sí misma relajante. Digamos que está preparando su cuerpo y mente para el sueño.

¿Existen algunas reglas para facilitar este tránsito nocturno a diurno?

1º) Deporte y meditación

Esto es como el deporte, algunas personas les gusta ir a la piscina y hacer unos cuantos largos, otras prefieren un partido de tenis, mientras que otros salen a practicar marcha durante hora y media.

Veamos por caso, la gente que practica footing al menos entre 40 minutos y una hora temprano por las mañanas. ¿Pueden enviar un mail? Obviamente no. Pero sí pueden ordenar sus ideas mientras están practicando su deporte favorito.

Hemos comentado en artículos anteriores, la importancia que tiene la meditación, especialmente cuando se aprende a ejercitar la respiración profunda de los típicos ejercicios de yoga.

De igual modo, aquella persona que está practicando marcha, no es que tenga que pasársela meditando durante la hora en que realiza sus ejercicios. No es este el fin.

Lo que sí es conveniente, antes de iniciar la marcha, aconsejado por entrenadores personales, hacer estiramientos complementados por gimnasia respiratoria.

Es en este momento de la respiración bien calma, que se sienten los pulmones cómo se van llenado de oxígeno y la sensación de cómo también los vamos vaciando.

La mente está en blanco y sólo nos parece escuchar el sonido de la respiración y ningún otro movimiento porque estamos prácticamente concentrados en el ejercicio respiratorio.

Una vez que lleva dos o tres minutos practicando estos ejercicios, puede ser oportuno antes de lanzarse a correr, ordenar las ideas y agenda del día.

Seguramente al tener “vacía” la mente y toda le energía disponible para practicar ejercicio, le facilitará ver las cosas con claridad.

Es más, en algunos entrenamientos personales, los coaches han escuchado confesiones de sus pupilos de que lo que veían como un mundo la noche anterior cuando pensaban en las reuniones que tenían que enfrentar, lo ven con toda naturalidad y sin obstáculos, porque la mente de las mañanas amanece con el día y está en actitud on, o sea positiva.

2º) Escribir y tomar notas

Hay expertos que aconsejan la práctica de escribir una o dos páginas por las mañanas, que no sólo sirve para acomodar ideas, agenda y cuestiones que se tienen pendientes, sino que ayuda a despejar la mente.

Algunas personas llevan sus anotaciones más con carácter de diario personal, en el que anotan todos los hechos que consideran relevantes que le han ocurrido el día anterior, que a posteriori es como una auténtica narración de su vida laboral, personal e incluso, las actividades deportivas que realiza por las mañanas.

Los que tenemos el hábito de escribir varios artículos semanales, también construimos nuestros propios esquemas, recordando conversaciones con colegas, tomando notas de información en la prensa internacional o en las revistas especializadas de Management y Economía, que nos ponen al tanto de lo que se “cuece” en los países más punteros en materia de management y liderazgo.

O sea, que siempre hay en dónde mirarse, a quién seguir y modestamente contribuir, como estamos haciendo hace tantos años desde esta tribuna.

Pero admitimos que también nosotros debemos energizarnos con las experiencias y conocimientos de otros colegas, que más próximos o más lejanos (hoy día esto es una manera de expresarse porque todo está conectado) nos insuflan doctrina práctica, la que está funcionando en otras sociedades y como lo están llevando también otras organizaciones.

Seguramente los que se obliguen a este hábito de tomar notas, no sólo podrán despejar la mente por las mañanas, sino que estarán en condiciones de contribuir con sus conocimientos y experiencias, a formar parte de algo mayor que una anotación, como es por ejemplo, forman parte de una sesión de coaching con el personal dentro de un programa llevado a cabo por formadores externos.

3º) Costumbres orientales o un batido occidental

Cuando se descubre la pasión que significa prepararse un té por las mañanas, el momento de espera a que la infusión se haga y después con calma disfrutar de su sabor, nos explica la razón profunda de por qué los chinos fueron los grandes adeptos y también difusores de esta bebida, que tiene muchísimas propiedades todas ellas excelentes para cuerpo y mente.

Quizás el batido de frutas o incluso otros complementos alimentarios le produzcan más satisfacción (tostadas, churros, etc.), pero el hábito del té ayuda a la pausa antes de iniciar la jornada y durante los momentos en los que tiene que estar pensando una solución a un tema importante.

El té es en sí mismo una ceremonia, no en vano, en oriente, así se la conoce en muchos países como “la ceremonia del té”.

La diferencia de filosofía de vida y de gestión del tiempo, hace de los ciudadanos orientales personas más propensas a la meditación y la reflexión. 

Occidente pareciera que nos quita esta capacidad innata de reflexionar y meditar, porque no hay tiempo y porque este vale oro.

No es bueno seguir la filosofía de “Fast & Furious” que ha puesto tan de moda una película de coches estadounidense, sino justamente es mejor lo contario, por ejemplo, “es tiempo de tomarnos un té”.

Artículo coordinado por José Luis Zunni, director de ecofin.es y vicepresidente de Foro ECOFIN, en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN; y Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education).

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