Autoconocimiento y gestión del arrepentimiento

Para nada es casual que cuando estamos formando y capacitando a directivos y profesionales en las llamadas ‘soft skills’, se aborden temáticas como el autoconocimiento y una emoción que siempre es negativa hasta que logramos dominarla, caso del arrepentimiento. Pero cada tipo de personalidad tiene una manera diferente de gestionar el arrepentimiento, de la misma manera que ve desde diferentes ángulos el autoconocimiento.

Vamos por parte: en el caso de que algunas personas encuentran que el arrepentimiento es una emoción paralizante, otras parecen ser capaces de superarlo. Desde las que pueden experimentar mucho arrepentimiento en sus vidas, lo que puede ser un poco abrumador para ellas, hasta las que no sienten remordimiento alguno. Es más, hacen lo posible por olvidarlo, también por esconder las emociones y, por supuesto, todo tipo de prueba, por más inmaterial que sea, para que no se descubran cuáles fueron de verdad sus auténticas intenciones.

Cuando se sienten culpables por muchas cosas que han hecho, especialmente cuando han afectado a otra persona, se da el caso que generalmente son personas profundamente afectuosas, que a menudo se presionan demasiado para hacer lo correcto. Y a medida que maduran en sus vidas, pueden aprender a superar estos sentimientos de arrepentimiento y aceptar cuánto han aprendido de sus errores y cuánto bien han hecho realmente por los demás.

¿Cuándo se pueden experimentar este tipo de sentimientos?

Especialmente cuando se trata de cosas que no se han logrado, estando sus agendas de actividades y responsabilidades muy ocupadas y hacen un duro trabajo en todo lo que acometen.

El grado de arrepentimiento en los errores también tiene directa relación por aquellos esfuerzos que han hecho (sienten que todo lo que estaba a su alcance) para atender las necesidades de los demás, y son personas muy generosas. Esto les hace obligarse con muchas tareas diferentes para realizar en un corto período de tiempo, y pueden hacer todo tipo de encaje de bolillos para cumplir con lo que tienen en su agenda. Si bien pueden ser hábiles para gestionar todos estos objetivos, a veces pueden sentirse un poco abrumados, aflorándoles con frecuencia un sentimiento que les dice que no están a la altura de su potencial, razón por la que les invade un sentimiento de culpa.

Las elecciones morales

Una personalidad que lucha internamente con el arrepentimiento, especialmente cuando se trata de sus elecciones morales, cree que han hecho cosas que no han estado muy bien en el pasado (con frecuencia exagera en su posición negativa) y probablemente termina siendo el pero fiscal acusador contra sí mismo. Van a llevar a cabo sus acciones (en su mente) una y otra vez hasta que descubran exactamente qué salió mal. Pero se detendrán (a veces casi como una tortura personal) a analizar sus pensamientos y sentimientos, mucho más de lo que la mayoría de las personas suele hacer. Rechazan ese sentimiento de arrepentirse y quieren trabajar para encontrar una manera de seguir adelante. Sin embargo, se enfrentan al arrepentimiento y sienten la necesidad de poder superar sus sentimientos para seguir adelante.

Mirar para otro lado y seguir adelante

También están las personalidades que intentan vivir sus vidas siempre avanzando y realmente odian sentirse arrepentidos. Sin embargo, no pueden estar exentos de experimentan estos sentimientos, por lo que se esforzarán en encontrar el camino (la manera) de poder superarlos. ¿Qué es lo que les mueve? Vivir sus vidas explorando las muchas posibilidades que los rodean y no quieren sentirse restringidos. Pero la diferencia con las otras personalidades que estamos describiendo, en este caso la posición que asumen respecto al arrepentimiento es que sienten que deben luchar para vencerlo siempre que consideren que han perdido una oportunidad. Su deseo por la experimentación al máximo (experiencias vitales) les pone una piel de cocodrilo especial para evita lo que no les gusta, que es perderse lo que consideran valioso. Sin embargo, se esfuerzan por superar esto y se dan cuenta de que la vida es lo que tú haces y que no pueden vivir cada momento arrepentidos.

El futuro sobre el pasado

Este tipo de personalidades que anteponen el futuro sobre el pasado, es cuando las personas son metódicas e inteligentes, que prefieren pensar muy detalladamente todo, especialmente antes de pasar a la acción, porque prefieren tener la mayor cantidad de información posible. Esto puede hacer que experimente menos arrepentimiento en sus vidas, simplemente porque saben que hicieron todo lo posible para tomar las decisiones correctas. No solo están dispuestas, sino que tienen una especial voluntad para sacar provecho de cada experiencia de la vida, incluso de las que no salen como se esperaba. No quieren vivir sus vidas lamentando constantemente el pasado, sino que prefieren centrarse en mejorar el futuro.

Oportunidad para crecer

A estas personalidades no les gusta sentirse arrepentidos y quieren ver todo como una oportunidad para crecer y aprender. Sin embargo, no les gusta cometer errores y pueden volverse bastante duros consigo mismos. El sentimiento de arrepentimiento en la medida que les hace sentir que han fallado en algo, lo detestan y es muy posible que analicen en exceso cualquier error que cometan y traten de encontrar formas de mejorar en el futuro.

Autoconocimiento

¿Por qué no nos conocemos a nosotros mismos como nos ven desde nuestros círculos más cercano? Por más que pueda parecer un aspecto muy sabido, en realidad poco conocemos al respecto. Que nuestros amigos y familiares, así como aquellas personas que tenemos más próximas en el día a día, terminan sabiendo más de nosotros que la propia percepción y conocimiento que cada uno tenemos de nuestras emociones, preferencias, fortalezas, debilidades, etc., tiene también una explicación científica.

El Dr. Ronald E. Riggio, es el “Henry R. Kravis Professor of Leadership and Organizational Psychology”en el Claremont McKenna College y al referirse a esta cuestión del conocimiento de uno mismo, nos pregunta cosas como: “¿Por qué tus amigos pueden conocerte mejor que tú?”. Inmediatamente afirma que “se trata tanto de lo que extrañas como de lo que ven”. ¿A qué se refiere? Sin duda tememos carecer de aquellas cualidades que reconocemos en los demás y que nos gustaría ser los primeros en que nos reconozcan. Evidentemente lo que ven los demás no necesariamente es lo que creemos que tenemos o también que nos falta. Pero en todo caso, evidencia una cierta dosis de desconocimiento sobre lo que los demás observan, miran y conocen de nosotros.

Es simple, pero al mismo tiempo muy aguda la percepción de Ronald Riggio sobre cómo nos perciben los demás: “¿Algunas veces parece (no da por sentado que se produzca siempre) que tus amigos más cercanos te conocen y comprenden mejor tus patrones de comportamiento que tú mismo?”. Se refiere fundamentalmente a hábitos y errores, aunque desde ya que no descarta atributos positivos de la personalidad.

Para Riggio se debe principalmente a factores claves relacionados con la percepción social que pueden explicar este fenómeno, tal es el caso de lo que él llama autoengaño y sesgos autoprotectores.

Sucede que es casi una conducta habitual que seamos bastante protectores de esa imagen, que sabemos estamos proyectando a las personas de nuestro entorno, más o menos próximas. ¡A quién no le gusta creerse que es una persona inteligente, amable y con carisma! Pero que además de aquellas cualidades que sí estamos seguros poseemos y que también sabemos que en parte nos reconocen, sentimos un especial alivio cuando presentimos que somos a su vez poseedores de una variedad de cualidades positivas, que iremos aplicando cuando las circunstancias nos obliguen.

Riggio afirma, y con razón, que utilizamos sesgos de autoprotección para ayudar a proteger nuestros egos, que a menudo son frágiles, con la finalidad de mantener una visión positiva de nosotros mismos. Y es este el momento en el que se produce la diferencia de percepciones, entre la nuestra y la de los demás.

Es evidente que nuestro círculo de familiares, amistades y nuestros compañeros de trabajo, en realidad todas aquellas personas que realmente son cercanas en nuestra vida, de ninguna manera están tan comprometidos con nuestra imagen, con esa a la cual contribuimos a distorsionar. Es por eso, que pueden ser más objetivos y pueden llamar a las cosas tal como las ven. Dicho coloquialmente “a las cosas por su nombre”.

Sin subterfugios ni engaños. Que en lo referente a la visión que tengamos de nosotros mismos, lamentablemente tendemos a ese autoengaño pusilánime que termina haciéndonos daño por creer cosas que en realidad no sonPor tanto, decepción a las puertas.

Riggio dice y con razón que esto no significa que los amigos no sean también parciales con nosotros, pero lo que sucede es que hemos invertido más tiempo y esfuerzo en proteger nuestra imagen que lo que ellos se han esforzado y dedicado.

José Luis Zunni, vicepresidente de FORO Ecofin.

 

Director de ECOFIN Business School y coordinador de ECOFIN Management & Leadership. Director del Centro de Liderazgo de la EEN (Escuela Europea de Negocios) y coordinador académico de la Red e Latam del grupo media-tics.com. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Conferenciante. Ponente de Seminarios de Liderazgo y Management de la EEN y coordinador del FORO DE MANAGEMENT Y NUEVA ECONOMÍA DE LA EEN. Autor de ‘Inteligencia Emocional para la Gestión. Un nuevo liderazgo empresarial’, coautor de ‘Liderar es sencillo. Management & Liderazgo’ y coautor con Ximo Salas de ‘Leader’s time (Tiempo del líder)’.

, , , , , ,

Pin It on Pinterest

Share This