Las diferentes investigaciones y estudios sobre la mejora de la actividad cerebral y cómo afecta en las relaciones interpersonales tienen un importante efecto en el management y el liderazgo. Son ya muchas e importantes las conclusiones que nos han ido enriqueciendo en los últimos años, especialmente en las relaciones interpersonales de cualquier mando intermedio con responsabilidad de personal a cargo.
Las horas de la jornada laboral demandan una descarga de tensión que, nos guste o no, se acumula y la manera de desahogarse (a través del ejercicio físico, relajación mental, hobbies, etc.) además de evitar que se produzca un malentendido entre dos personas (incluso que se provoque un conflicto), también puede nutrir el cerebro y ayudar a que tengamos más memoria, capacidad reflexiva, etc.
Las investigaciones han demostrado que las actividades medianamente creativas pueden en realidad aumentar el rendimiento en el trabajo. Pero lo que se ha descubierto hace poco, es que las actividades que se realizan fuera de horario de trabajo y que son un pasatiempo, en realidad nos ayudan a ser un poco más inteligentes.
Hobbies que mejoran el rendimiento personal
Un estudio publicado en el ‘Journal of Occupational and Organizational Psychology’ llevado a cabo por Kevin Eschleman, profesor de la Universidad Estatal de San Francisco, estableció un vínculo directo entre las actividades creativas y el rendimiento en el trabajo. Esto se debe a que las horas que se dediquen a otras actividades después de haber terminado la jornada laboral, no sólo mantendrá sano mentalmente la actividad cerebral, sino que también aumentará el rendimiento en el puesto de trabajo.
Muchas veces las personas que tienen estos hobbies terminan frustrándose, porque creen que ya son muchas las horas que trabajan como para dedicar más. Se sienten física y mentalmente cansados, pero en realidad las consecuencias de hacer un esfuerzo que no lo sentirán porque es parte de su pasión personal, son altamente motivadoras ya que liberan tensión acumulada, preparando la actividad mental (el cerebro se libera porque cambia de rutina) que necesitarán para el nuevo día de trabajo.
La investigación de la Universidad Estatal de San Francisco observó que actividades creativas como tejer, cocinar, pintar, fotografía, jardinería, etc., son generadoras de mejor rendimiento en el trabajo.
El equipo de psicólogos del estudio preguntó a 341 profesionales acerca de sus pasatiempos y también les pidió que evaluasen tanto su nivel de creatividad en el trabajo, como el nivel de apoyo y colaboración con sus compañeros de equipo.
El análisis mostró que las personas que desarrollan un hobby creativo llegan a mejorar entre un 15 a 30% su rendimiento laboral. Según los investigadores, tomarse tiempo para disfrutar de su búsqueda creativa favorita podría ayudar a recargar las pilas antes de volver al trabajo, o también podría ser un medio para aprender más acerca de sus fortalezas y debilidades, conocimientos que le beneficiarán profesionalmente también.
Los que tenían un hobby reportaron una mayor sensación de control y dominio. Esto nos lleva también a otra cuestión de vital importancia en el liderazgo actual: cuáles deben ser las formas en las que se persiga en una organización mejorar el rendimiento. Desde ya que no lo serán las conductas coercitivas de los mandos intermedios, porque es una mala idea proceder de esta manera. Se consiguen los efectos contrarios a la búsqueda de más eficacia personal. La coerción no es una estrategia de motivación. Eschelman afirma que “la motivación intrínseca es parte de esa experiencia única que deriva de la actividad creativa”, en referencia a tener la libertad de consciencia de que ayudará a la actividad mental y al rendimiento.
Organizaciones como Zappos Inc, hacen que los empleados puedan participar en la decoración de sus oficinas u otras actividades similares, como cocina, participación en reuniones educativas multidisciplinarias o un simple baile de disfraces cuando se organiza una fiesta de la empresa. Liberar la creatividad es dar rienda suelta al talento, sin cortapisas ni preocupaciones por cómo le va a sentar al jefe.
Patear al perro
Un estudio realizado en España: ‘Relaciones Entre Actividad Física y Salud Mental en la Población Adulta de Madrid’, a cargo de Gabriel Rodríguez Romo, Maribel Barriopedro, Pedro J. Alonso Salazar, María Garrido-Muñoz, tenía por objetivo analizar las relaciones entre la actividad física, los niveles de salud mental y la vulnerabilidad a los trastornos mentales.
Participaron 1.422 personas residentes en la Comunidad de Madrid (edad: 15-74 años), evaluándose sus niveles de actividad física y salud mental mediante los cuestionarios GPAQv2 (Global Physical Activity Questionnaire Version 2) y GHQ-12 (General Health Questionnaire), respectivamente. Los resultados evidencian que los sujetos con niveles altos o moderados de actividad física total y en el tiempo libre presentaron niveles de salud mental superiores a aquellos que realizaban un nivel bajo de actividad física. Además, el nivel de la actividad física realizada en el tiempo libre mostró una relación inversa con la vulnerabilidad a los trastornos mentales.
En comparación con la inactividad, incluso niveles “moderados” de actividad física están vinculados a un incremento del 50% de la salud mental. Cuanta más gente practique ejercicio, más protegidos estarán de los trastornos mentales.
Otro estudio realizado por James Burton, profesor en el Departamento de Administración de la NIU (Northern Illinois Univerity) College of Business, afirma que aquellos jefes que no practican ejercicio o muy poco, tienen más probabilidades de ser desagradables e incluso tener actitudes abusivas con sus empleados, porque desahogan su presión sobre los miembros de su equipo en lugar de hacerlo en el gimnasio o mientras practica footing.
No se puede afirmar que haya una relación directa entre el mal comportamiento y la falta de ejercicio. Lo que sí sucede, es que la tensión acumulada y la falta de una salida de toda esa sobrecarga de tensión, puede llevar a actitudes de mal comportamiento.
Muchos son los directores y mandos intermedios que quedan atrapados en las preocupaciones y tensiones del día a día, por lo que terminan descargando todo su estrés con los empleados. Esto es lo que se conoce como el “the kick-the-dog syndrome” (síndrome de patear al perro), o sea, tomársela con el eslabón más débil, que es el personal que no tiene más remedio que aguantar el mal humor de su jefe. De haber tenido su carga emocional negativa una salida a través del ejercicio, incluso hubiesen tomado café juntos y los problemas (discusiones, enfrentamientos, etc.) no se habrían producido. Pero como todo en la vida, no hay que exagerar: las investigaciones han demostrado que sorprendentemente con sólo un poco de ejercicio es suficiente para reducir al mínimo la supervisión abusiva y las desavenencias personales.
Un dato de interés que surge de todos los análisis que se vienen llevando en este campo: pensar en las metas que uno se impone en el ejercicio que practica, por ejemplo, “hoy voy a hacer marcha de tres kilómetros”, de la misma manera que existe una preparación mental para acometer el reto, facilita que la actividad mental pueda mejorar en la planificación estratégica que esta persona lleva a cabo en su organización. Porque le abre su mente a nuevas oportunidades y especialmente al establecimiento de prioridades.
En el clima económico actual, no es raro encontrarse con supervisores que estén un poco alterados y que afecte su comportamiento. Pero esto no significa que tienen que transferir sus frustraciones sobre las personas que supervisan. Por lo que la tarea de los líderes efectivos, es que no se provoquen corto circuitos por motivos de que alguno de sus mandos intermedios sea una batería de acumulación de tensión y tenga que descargarse de vez en cuanto con el personal.
Ciertas actividades como organizar partidos de fútbol de la empresa o competiciones de hockey femenino para las empleadas, así como apoyar a la organización a mejorar el wellbeing, son instrumentos de poderosa ayuda para que haya una preocupación más allá de la responsabilidad del cargo en el puesto de trabajo. Que se compartan actividades extra laborales, que terminarán beneficiando la salud mental de todos.
Artículo coordinado por José Luis Zunni, director de ecofin.es, en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN, Javier Espina Hellín, miembro de ECOFIN Business Schools Group, y Ximo Salas, miembro del ECOFIN Management & Leadership de ECOFIN.