Liderar con intención + propósito

Cuando te conviertes en un líder intencional, no solo es que vas a encontrar más satisfacción en tu trabajo; sino que puede facilitarte toda esa ayuda que das a las personas de tu organización para inspirarlos. Pero es que, además, te va a impulsar en tu posición de liderazgo para potenciar el desarrollo de tu carrera profesional, independientemente de que también signifique un crecimiento personal.

De todas las virtudes que tienes y que vas adoptando cada día en las diferentes acciones que realizas, básicamente podemos hablar de pensamiento estratégico y de visión, así como de la implementación de las acciones en línea con cómo piensas y cómo ves, no se logran en un día. Llevan mucho tiempo y esfuerzo, pero este aprendizaje que surge de una sucesión encadenada en el tiempo de decisiones, correcciones, reconocimiento de errores, anticipación, etc., si se hace de manera efectiva, sin duda puede afectar tanto tu vida personal como profesional.

Por ello, cuando un mando intermedio que actualmente está dirigiendo un grupo numeroso de personas en su departamento, será el primer interesado en comprender más acerca de los hábitos de los líderes decididos que quiere emular y por supuesto, incorporar prácticas saludables en su propio estilo de liderazgo.

Hoy más que nunca, los líderes deben ser intencionales, actuar de una forma más humana y con diferentes estrategias de trabajo y acercamiento con los colaboradores, pensando más allá del dinero y el poder.

Definamos qué es la intencionalidad

Como líder exitoso hay que definir el camino al éxito o inexorablemente terminarás creando frustración. Nunca debes olvidar que puedes obtener más del equipo si a éste lo entiendes, de la misma manera que los integrantes comprenden y se alinean en la visión del líder porque se dan cuenta que es el camino de cómo llegar al éxito. Por lo que no debe resultar extraño que el líder debe ser claro y definir el éxito, de manera de crear confianza y tener claridad de lo que se busca a pesar de que el camino no lo esté mostrando en ese momento.

¿Qué es un líder intencional?

Podemos ahora introducir una definición más clara de liderazgo intencional, como que es el liderazgo que se alimenta de acciones constantes para alcanzar sus objetivos.

¿Qué significa liderar con propósito?

Si combinamos ambos términos (intencionalidad y propósito), nos encontramos con que liderar con un propósito significa que estás incorporando tus valores fundamentales junto a un elemento esencial que es tener ese mayor sentido de intención en tu ejercicio de liderazgo.

También aquí debemos incorporar el concepto de visión, ya que cuando se ejerce un liderazgo de propósito, forma parte de su ADN que no solo tenga esa visión que se le supone tiene que tener un líder efectivo, sino que la transmita a todos los miembros de su núcleo duro, que, a su vez, la transmitirán a sus respectivos subordinados. Al comunicar esa visión a los demás, sea que el líder lo haga por separado en una reunión interdepartamental, o que se apoye en la visión que sus mandos intermedios comunican al resto de personal, es un instrumento muy potente porque puede alentar a personas y equipos a participar en un nivel más profundo y encontrar una mayor realización personal en sus respectivos trabajos.

Las razones de por qué es importante la intención y el propósito

1º) Favorece un nivel de motivación

El líder que hace notar su efectividad en las decisiones y acciones que toma, en ningún momento olvida ni el propósito ni la intención de lo que está haciendo y/o de lo que está ordenando. Esta actitud le ayuda a estar permanentemente motivado, a pesar de las dificultades, que, por ejemplo, puedan estar presentándose en un determinado proyecto que viene demorándose por cuestiones técnicas, o simplemente, hacer unos ajustes presupuestarios que un determinado departamento requería, etc.

Liderar con un propósito, es que siempre existe en la mente del líder una razón subyacente para hacer lo que hace. Y este es el impulsor de la motivación del propio líder y de nivel de motivación que insta al resto de personal. Quiere que el valor que él como líder encuentra en su trabajo y en las relaciones interpersonales que mantiene, también todas las personas en cualquier nivel de la organización, encuentren el mismo valor en sus respectivas funciones. Es la forma de compartir meta y visión. Es fortificar la cuota parte de propósito e intención que cada persona termina agregando al proceso que bien direccionado lleva al éxito de la gestión.

Cuando esto sucede, ayuda a que, tanto desde la dirección como en cualquier sector de la compañía, exista una perspectiva realista sobre la manera en que la organización se está comportando, que siempre es saludable al estar moviéndose las empresas en mercados complejos y altamente competitivos, que requieren monitorear y compulsar de manera constante, para no llevarse sorpresas que obliguen a tomas de decisiones inoportunas e inadecuadas. En definitiva, con esta filosofía de actuación, se contribuye a que puedan alcanzarse en línea con lo planificado (sin sobresaltos) los objetivos finales.

2º) Qué el equipo esté más dispuesto en seguir al líder

Esta manera de inspirar al personal es la resultante de que tu intencionalidad y propósito, transmitido de manera que sea un elemento motivador, termina siendo un multiplicador de eficacia personal y mejora en las relaciones interpersonales. Porque con frecuencia, las personas están más dispuestas a seguir a los líderes con una dirección y un objetivo claros. Y una cuestión que delata cuando se tiene delante a un líder efectivo: que gracias a actuar con propósito e intención se ha convertido también en una personalidad de liderazgo predecible y confiable. Que a ninguna persona pueda perturbarle cómo va a reaccionar frente a un problema o una crisis, ya que saben en qué meridianos se mueve, buscando siempre el consenso, la armonía, el entendimiento, la cohesión de equipos y que exista una comunicación abierta. Que las barreras de divisiones y boxes de las oficinas no sean más que físicas, pero absolutamente franqueables.

3º) La focalización no debe perderse

Es natural que la cantidad de acciones que a diario se toman en una organización, pueda hacer que, en determinados momentos, tanto alguien del personal como de la dirección, puedan perder el enfoque de lo que se está haciendo, por ejemplo, que hace 24 horas no más se haya hecho una reunión de todas las áreas de la empresa con fines de explicar las nuevas relaciones comerciales con un viejo competidor, y hoy, la vorágine haya hecho perder ese exacto punto que hay que cuidar que se cumpla, desde los pequeños detalles a las grandes decisiones.

Porque cuando se trabaja hacia una meta más grande, caso de esta alianza estratégica, mantener una focalización clara es básica, por lo que cuando el propósito también es claro para todos, se pueden considerar en profundidad parte o todas las acciones que derivan de esta alianza, para que en ningún momento perturben la visión final que siempre se tiene que tener y hacia dónde se va.

Si hay elementos perturbadores es tarea del líder salir inmediatamente a la captura y transmisión de la imagen que debe tener presente cada integrante (no olvidar el propósito y la intención que motivó la alianza) y tomar las decisiones que puedan ayudar a que en ninguna acción se aleje de ese concepto y visión que aquella intención perseguía. Esto hará mantener enfocado al personal y confiados en que van a poder cumplir su misión.

Ejercer un liderazgo de alto vuelo con propósito

Si el líder desarrolla un propósito basado en los valores fundamentales como persona, le va a ayudar a su vez a desarrollar intenciones que sean fuertes y verdaderas. Ser fiel a sí mismo y a aquellos valores que están muy arraigados en su consciencia.

Cuando se suceden esos momentos en los que hay que tomar una decisión difícil, especialmente por la cantidad de personas que dependen de ella, elegir una opción que haga sentir al líder bien consigo mismo y su consciencia, es también un impulsor de nuevos propósitos en acciones futuras. Especialmente si las decisiones tomadas han tenido buenos resultados y lo que podría haber sido un problema para muchas personas de la organización, finalmente no lo ha sido.

De esta manera, cuando nos aferramos a los valores y principios se está articulando una visión para las nuevas acciones que se tomen en el futuro. Del mismo modo, hay que considerar especialmente los factores externos, que tampoco pueden por más negativos que sean, comprometer el propósito. Una parte importante de ser un líder intencional es considerar el bienestar de los demás en su visión.

Una vez que la visión fue comprendida y compartida por dirección y personal, hay que mantener una comunicación abierta y directa, para que las personas a las que dirige el líder, sepan cuál es el propósito de la compañía y cuáles son las metas, a fin de que todas y cada una de las personas puedan ayudar y apoyar en los esfuerzos del líder para cumplir un propósito que se ha convertido en colectivo. Esto ayuda al líder a mantenerse responsable, porque significa que otros están observando para asegurarse de que haga lo que dice.

Revisar continuamente tu capacidad para cumplir tu propósito

Es importante alinear las acciones con el propósito. Además, hay que priorizar el propósito en todo lo que hagamos. Al actuar de una manera que respalde nuestros valores y visión, se está generando la confianza necesaria en el resto del personal sobre la capacidad de cada persona para cumplir con su función y responsabilidad. El compromiso con la visión a veces puede ser un desafío, pero la acción habla más que la intención. Ser un líder que cumple promesas es muy importante para motivar a otros a hacer lo mismo.

La auto-reflexión

Puede ser extremadamente importante la capacidad de auto-reflexión del líder, lo que le tiene que llevar a hacer un auto-análisis sobre si todas las acciones que acomete están alineadas con su propósito. También es importante que no hay que desanimarse a la primera, por ejemplo, cuando se da cuenta que ha habido un cierto desvío de lo que eran las intenciones originales. Generalmente habrá una razón para ello, especialmente si hay cosas que son externas al líder y fuera de su control, por lo que no tiene la capacidad para controlar o influir en ellas. Si se ha percatado que esto ha sucedido, debe saber que nunca es demasiado tarde para comenzar de nuevo.

Beneficios de ser un negocio con propósito

Liderar con un propósito es admitir que las empresas deben verse como lugares donde las personas esperan ir a trabajar. Pero deben tener un propósito más allá del mero beneficio, convirtiéndose en un lugar en el que haya a su vez miles de personas que quieran comprar y que conecten emocionalmente tanto con los clientes como con el personal.

Las investigaciones recientes muestran claramente que una organización que está impulsada por un propósito que va más allá de las ganancias, motiva e involucra a su personal y este tipo de empresas superaron a las de mercados financieros en un 42%. También es cierto que las personas siempre prefieren la elección de lo seguro en vez de arriesgarse, ya que no les apetece hacer algo a menos que sean muchas las personas lo hayan hecho antes.

Y esto también genera un problema: negocios transaccionales vs. los que están orientados a propósito, ya que, si las circunstancias impiden que las personas no salgan del enfoque meramente transaccional del pasado, tendrán un factor limitante que en lugar de hacer negocios relacionales y orientados al propósito que son el camino hacia el futuro, seguirán con los modelos de negocio del pasado.

Beneficios comerciales orientados a un propósito:

– El personal está más motivado.

Cuando todo el personal se conecta con su propósito, y cuando su propósito y el de la organización son los mismos, se sentirán más comprometidos y más involucrados en el lugar de trabajo. Esto aumenta la motivación del personal en toda la empresa, hasta el punto en que sus clientes notarán su motivación.

– Los clientes están más contentos

Cuando los clientes sientan que son parte de un panorama más amplio, serán más leales al negocio. Esto significa que gastarán más dinero en los productos y/o servicios, además que es más probable que recomienden la marca a otros y que perdonen los errores si la empresa tiene la mala suerte de cometerlos.

– Rendimiento comercial mejorado

Cuando todos están alineados y apuntando en la misma dirección, es más probable que trabajen mejor juntos y encuentren formas de resolver problemas más rápidamente.

– Una cultura empresarial mejorada

En los años 60 y 70 del siglo pasado se afirmaba que la información en las organizaciones era el flujo sanguíneo y que el pensamiento estratégico era el sistema nervioso central. En la actualidad no es que dejen de ser válidas tales afirmaciones, pero el contexto en el que se mueven negocios, empresas, líderes y personas, sí que ha cambiado sustancialmente. La cultura corporativa ya hace varios años que viene a ser la fibra central de ese sistema global de una corporación, ya que mantiene unido la razón de ser de ese negocio. Hará del mismo un lugar al que las personas tengan prisa en llegar por las mañanas o conectarse de manera remota, así como no sientan ganas de irse por las tardes o de liquidar la jornada cuanta antes, porque todo el mundo tendrá una mayor sensación de reconocimiento y recompensa.

– Menos estrés

En cuanto a los niveles de satisfacción de los empleados se ha hecho mucho en los últimos años, buscando que las personas estén menos estresadas desde que llegan hasta que se van. Y todas las organizaciones hacen todo lo posible para mantener el estrés al mínimo y, por eso, ganan más dinero y son lugares mejores preparados y ambientados para que haya un ambiente de trabajo libre de tensiones y de estrés negativo. Será más satisfactorio el trabajo para cada empleado y ayudará a evitar problemas de absentismo laboral atribuidos al estrés. Es una ayuda a la salud mental de los empleados.

– Mayor retención de empleados y menores tasas de rotación

Hemos explicado desde esta tribuna en varias ocasiones, el impacto negativo que tiene que el personal de una organización decida hacer un cambio de trabajo, y especialmente es complicado para esos puestos en los que el empleado tiene cierta autonomía, ya que el servicio que se esté dando, al menos temporalmente, pueda verse interrumpido. Uno de los factores negativos a introducir en la ecuación de ese cambio, es el coste de reemplazar al personal, por ejemplo, formación y capacitación, además del coste mismo de las interrupciones, que sigue siendo muy alto en las economías desarrolladas.

Ser una empresa impulsada por un propósito puede impulsar la retención de empleados y ayudar a combatir esto.

– Crea valor con relaciones mejoradas

Desarrollar un negocio con propósito es inseparable de lo que significa agregar valor y mejorar las relaciones de ese negocio con los clientes. Cuando existe un propósito, el valor se crea más fácilmente y se invierte en relaciones duraderas.

– Crea confianza con mejores relaciones

No es solo agregar valor lo que importa, sino convertir al negocio que regenteamos en algo mucho más relacional, lo que también generará una mayor confianza. Cuando las personas sienten una conexión contigo, tu marca y tu propósito, también quieren comprar tus productos y/o servicios, ya que es más probable que confíen en ti.

– No se mercantiliza tan fácilmente ni se necesita luchar por el precio

Si todo el nivel de competencia del mercado queda limitado a competir por precio, porque el producto o servicio no tiene nada que lo distinga de los de sus competidores, lo que sucede es que no está teniendo ningún propósito especial. Esto se ve inmediatamente en un mundo excesivamente bombardeado por información sobre empresas, productos y servicios. Y el problema, es que, si no se cuida, cuesta mucho recuperar ese terreno perdido. Hay clientes que jamás volverán. En cambio, cuando tu organización desarrolla un propósito, tus productos se convierten en algo más que cosas y tus servicios se convierten en experiencias. Y cuando todo esto ocurre, los clientes estarán más proclives a pagar una prima, que luego, este diferencial se puede reinvertir para satisfacer mejor las necesidades de los compradores y mejorar la oferta que se está haciendo actualmente.

– Menos sensible a las condiciones del mercado

Cada vez que una organización está bien orientada hacia un propósito es menos sensible a las condiciones del mercado. En cambio, si el propósito es débil, sus relaciones también lo serán. Y esto tiene consecuencias, ya que a medida que el mercado comience a cambiar y que los competidores comiencen a innovar más rápidamente, esta organización encontrará una clara desventaja: sus ventas disminuirán, ya que, con una menor lealtad y necesidad, sus productos serán más fáciles de olvidar.

– Menos vulnerable a los ciclos de ventas de auge y caída

Si ya en los ciclos normales exentos de crisis las ventas se van consolidando a poco en cualquier tipo de negocio, cuando llegan las vacas flacas, el tener altibajos de meses buenos y malos puede evidenciar la clara vulnerabilidad de un negocio, por eso hay que dedicar más tiempo a impulsar las actividades de marketing con la finalidad de dar un impulso de ventas renovado.

– Mayor innovación

La innovación no tiene por qué significar encontrar la piedra filosofal. Pero sí debe servirnos, por ejemplo, en el caso de que se tenga una forma novedosa de recibir pagos que sea más fácil y segura, y que también sea igualmente efectiva. En este tipo de situaciones, lo que debe de hacer el líder es que ese propósito esté arraigado en toda la empresa, lo que significa que las personas se sentirán más capacitadas para actuar de manera creativa y tomar riesgos medidos.

– Mayor productividad del personal

Cuando se cuenta con una dotación de personal que está más motivado, no hay duda que también estará más comprometido. Esto tiene consecuencias en el día a día de los empleados en sus respectivas funciones: estarán mejor organizados, así como más enfocados, lo que llevará a la empresa a niveles más altos de productividad. Esto puede reducir costes y aumentar la rentabilidad, convirtiéndose en última instancia en una ventaja competitiva, además de que el personal más productivo también se sentirá más realizado al final del día.

– Marca más fuerte

No hay que considerar una obsesión la necesidad focalizar adecuadamente, sino que es parte del desarrollo y también evidencia que existe un propósito corporativo. Es el que está creando experiencias memorables y facilita también el crecimiento, madurez y desarrollo de una marca mucho más fuerte. El ejemplo claro al respecto es el de Red Bull, que habiendo hecho el esfuerzo de crear experiencias y demostrar su propósito (empoderar a los deportistas y especialmente los llamados deportistas extremos) le ha permitido construir la marca global que tienen hoy.

– Crea más críticas positivas

A quién no le gusta ayudar a personas que primero te han ayudado. Cuando se ha creado un negocio con propósito que pretende ayudar a sus clientes a vivir sus mejores vidas, por ejemplo, productos naturales para una dieta más saludable, es más probable que la clientela tenga una percepción de que comprar este producto y apoyar esta marca es algo positivo. Ven el sentido de contribución a la sociedad, porque se preocupa por una dieta saludable. Algo que parece que la empresa les está transmitiendo. Esto significa que será más probable que se ganen muchos seguidores, lo que lleva a un incremento de críticas positivas y la puerta abierta a la obtención de nuevos negocios a través de referencias.

Beneficios clave de conocer el propósito de su empresa

El mundo es un lugar de cambio permanente, el físico en el que vivimos como el que se superpone por la construcción humana a todo lo que nos viene heredado como planeta. Pero las personas y las organizaciones que tiene una claridad de propósito están cambiando ese mundo que conocemos.

Cuando esto lo comprende los CEO’s, los mandos intermedios, así como los expertos en diferentes ámbitos de la empresa, serán conscientes de la medida en la que están contribuyendo a los cambios positivos de mañana.

Basta recordar la “tecnología humanizadora” de un líder como Apple, o la contribución que un coloso tecnológico como Google ha hecho a la información (búsqueda inmediata y acceso automático a millones de posibilidades de inputs en todos los ámbitos del conocimiento).

En ambas empresas, no es una cuestión de una propaganda sostenida en un eslogan más, sino que forman parte de su cultura, porque son sistemas de valores profundamente arraigados, junto a una dirección, alienación y energía que viene dada desde dentro gracias al impulso que estas compañías han dado al liderazgo del propósito y la intención.

Cuando podemos reducir el propósito y expresarlo en muy pocas palabras, forma parte de ese núcleo invisible de la transformación positiva.

Empresas con un propósito claro superan al mercado en una proporción de 9 a 1

Generar ganancias más saludables tiene una dependencia clara del propósito fijado. Ya que, según ciertas investigaciones, las empresas con un propósito claro superan al mercado en una proporción de 9 a 1 si se toma en consideración un período de diez años. O sea que, cuando las organizaciones están significativamente impulsadas por un propósito más alto, impulsan a su vez las ganancias a niveles mayores. Está probado que las marcas con un propósito superan al mercado de valores en un 133%, ganan un 46% más de participación en la cartera y logran resultados que duplican los de las marcas con calificaciones más bajas. Lo mismo se aplica a los beneficios intangibles, como la lealtad de los clientes y empleados.

Obtener una ventaja competitiva

Siempre hemos defendido desde esta tribuna que la aceleración y profundidad en la velocidad del cambio en las organizaciones, exige que un liderazgo efectivo haga una transformación, por ejemplo, en los procesos de digitalización, guiada por el propósito. Sabiendo que ese buen liderazgo hace un ejercicio responsable y anticipativo, sensible al cambio y especialmente escrupuloso con la buena focalización, visión y propósito, tiene impacto en nuestras vidas mucho más rápido de lo que pensamos, y en ese entorno, la ventaja competitiva es la ejecución y la velocidad.

Porque, además, el propósito proporciona la alineación y la claridad en toda la organización para poder actuar de la siguiente manera:

– Mantenerse ágil.

– Reaccionar rápido.

– Moverse como un todo orgánico, de manera que se eliminen los pasos burocráticos corporativos, mientras se mantiene a todo el personal enfocado en los mismos objetivos.

Aumente la lealtad de los empleados y clientes

Si ponemos de ejemplo una de las marcas más reconocidas del mundo del motor, como es la moto Harley-Davidson, por ejemplo, podríamos formularnos la pregunta de si Harley fabrica las mejores motos. Pero parece que no es todo lo que importa, ya que el seguidor (con frecuencia fanático) compra la marca, pero teniendo en cuenta que le motiva mucho más que la racionalidad de ir de un lugar a otro, cumplir los sueños de libertad personal lo que tiene consecuencias directas: impulsa un sentido de alineación interna y externa, aumenta los márgenes, aumenta la retención y asegura que el logotipo de Harley siga siendo el segundo símbolo más tatuado en cualquier cuerpo humano en muchos años.

Atraer al Mejor Talento

Si todos los parámetros son iguales (pago, beneficios complementarios, etc.), el poder del propósito puede marcar la diferencia para atraer a los mejores talentos. Esto se ve en la elección que hacen la Generación Z sobre en qué empresas vale la pena trabajar. No es lo mismo estar en una entidad financiera tradicional que hacerlo en un gigante tecnológico o quizás, en una startup de nueva creación que persigue un propósito absolutamente revolucionario en cuanto al tratamiento, por ejemplo, del agua potable, haciendo llegar ésta a regiones remotas en las que se carece de ella.

La respuesta que da cualquier candidato a un puesto de cierta responsabilidad no deja de ser tanto sorprendente como profunda: “me interesa contribuir a romper la brecha de la desigualdad a escala global, y esta empresa está en línea con ello”. Estamos experimentando en las organizaciones a nivel mundial, una generación que ingresa a la fuerza laboral valorando por encima de todo un propósito, más aún que la pura racionalidad de la compensación monetaria y los buenos beneficios.

Crear una cultura de excelencia y comprender el corazón del propósito

No hay que olvidar que para tener claridad de propósito requiere una combinación cuidadosamente elaborada de personas, comportamiento y visión. Entonces, cuando se implanta una cultura corporativa de excelencia, nos está poniendo al descubierto ese sitio en la que todos y cada uno de los rasgos excelentes se encuentran en el corazón del propósito, porque se está irradiando su fuerza desde dentro hacia fuera. Como nuestros valores en nuestro inconsciente, pero que afloran hacia fuera para cuando tenemos que tomar una decisión y nos aferramos a ello.

Cuando se opera con la cultura de la excelencia, basada en valores y ambición, que a su vez está, por supuesto, intrínsecamente vinculada a la razón por la que existe esa organización que la está ejerciendo, se ha acortado el esfuerzo del camino hacia el éxito en más de un 50%.

En caso que una empresa no puede definir en pocas palabras la razón de su existencia, sin duda, los socios y la dirección deberían pensar seriamente su futuro. Tener una razón muy clara de por qué existe y saber cómo integrarlo en la cultura corporativa es más que algo bueno. Y aunque parezca un galimatías, todo ese saber hacer del día de mañana ya no es suficiente para el éxito, menos para la búsqueda de la excelencia del negocio. Saber por qué (la razón de ser), es el nuevo saber hacer.

Artículo coordinado por José Luis Zunni, presidente y CEO del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL), director de ecofin.es, vicepresidente de Foro ECOFIN y autor del libro recién publicado ‘El Cubo del Líder’ (Ed. Kolima; disponible a la venta pinchando aquí), en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN y presidente honorario del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL) y también autor del libro ‘El Cubo del Líder’, y Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y vicepresidente segundo de EUPHE (European Union of Private Higher Education).

, , , ,

Pin It on Pinterest

Share This