Gratitud y bienestar emocional

Ante el pensamiento del filósofo chino Lao Tsé “el agradecimiento es la memoria del corazón”, nos evoca una vez más la importancia de las emociones en cualquier acción humana. Otro grande de la historia, aunque mucho más contemporáneo, Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), poeta, novelista y dramaturgo alemán, afirmaba que “si nos encontramos a alguien que nos debe agradecimiento, enseguida lo recordamos. ¡Cuántas veces nos encontramos a alguien al que debemos agradecimiento y no pensamos en ello!”.

En la China antigua y en la Europa de los siglos XVIII y XIX ya había pensadores y autores que de alguna u otra manera se referían a la importancia del agradecimiento en las relaciones humanas. La gratitud es algo espontáneo, en que por lo general algunas personas humildes, lo único que piden es que se les agradezca lo que han hecho por otros. Sea un gesto independiente de los que se hacen en los ámbitos laborales, o un favor estrictamente profesional.

Pero hay que tener en cuenta que son muchas las personas, que no tienen este sentimiento a flor de piel, pesa más su orgullo y con frecuencia olvidan las ayudas y favores de otros.

Expresar gratitud como una forma de conducirnos en la vida, o sea hacerlo de manera regular, no sólo es bueno para las personas que la practican, sino para todas aquellas que forman parte de ese grupo humano en los lugares de trabajo. Pero no podemos encasillar la gratitud de una sola forma, porque se puede expresar de muchas maneras diferentes, teniendo que ver con la personalidad de quién lo expresa y las circunstancias que concurren.

¡Qué persona no quiere tener una vida feliz! Desde ya que a cualquiera que se le pregunte que significa tener una vida feliz, responderá que es estar rodeado de una familia, buenos amigos, que los seres queridos gocen de buena salud y que una parte sustancial de esa felicidad pasa por tener trabajo, un futuro de éxito en lo que hace y un buen respaldo financiero. Aunque en realidad es difícil de encajar todas estas piezas, porque hay obstáculos que sortear y no todo lo dicho puede darse simultáneamente, aunque se persiga alcanzarlo como sea.

Pero la pregunta que debemos hacernos es con qué frecuencia dedicamos un minuto a agradecer por lo que ya tenemos en este mismo instante.

La psicología positiva es una parte destacada de la psicología que tiene en su haber gran cantidad de investigaciones que sugieren que la práctica de expresar gratitud evidencia efectos sorprendentes y muy positivos en el medio y largo plazo en la vida de una persona. A tal punto es importante haber conceptualizado este hábito, que incluso ha resultado de gran efectividad para gestionar y controlar enfermedades de la salud mental derivadas de la depresión y ansiedad.

Normalmente nos referimos a la gratitud como una emoción que se produce después de que una o más personas reciban algún tipo de favor o ayuda, pero también está dirigida a apreciar las acciones útiles de otras personas o incluso la apreciación de sus habilidades, o de un clima en el que el trabajo sereno es posible.

Lo que sí es cierto es que producen beneficios para nuestro bienestar emocional y físico que puede traducirse en:

– Un ambiente de trabajo más relajado y positivo. Lo que hemos referido en ocasiones anteriores como el well-being.

– Los empleados tienen una mayor satisfacción por estar trabajando en la empresa con sus compañeros varias horas todos los días, generándoles una felicidad razonable en compartir emociones, logros y asumir en conjunto un compromiso con la organización.

– Se incrementa la eficacia personal y la mejora en el trabajo de equipo.

– Se mejora la cultura corporativa, incorporando lo que es el valor de la utilidad en las acciones individuales y de grupo, siendo la gratitud un instrumento muy poderoso para la cohesión de los diferentes grupos y mejora de la comunicación personal.

Las investigaciones más recientes focalizan un modelo de gratitud desde una óptica mucho más amplia, porque no sólo se estudia aquella gratitud que surge como consecuencia de nuestra actitud de ayuda hacia otras personas, sino que también centra el enfoque en apreciar los aspectos positivos de la vida.

Para que esta forma de abarcar el fenómeno sea útil, se analizan las diferencias individuales que percibe cada persona tanto en agradecimiento como en bienestar. Se da importancia a las relaciones interpersonales y también a las de salud. De esta manera, las investigaciones priorizan el funcionamiento humanísticamente orientado.

Gratitud y bienestar

Lo que sí está fuera de toda duda, que la gratitud está fuertemente relacionada con el bienestar, lo que incluye afectos positivos y principios de ampliación y construcción de los mismos. Un ambiente cargado de tensión no es propicio para construir afectos y agradecimientos.

De nuestros análisis de cuál es el estado actual de las investigaciones en este campo de la psicología clínica, que es perfectamente aplicable –de ahí nuestro interés- al ámbito de las organizaciones, nos interesa en particular el nivel de emociones y sentimientos compartidos. Especialmente las relaciones entre los miembros de los diferentes equipos y/o departamentos, así como entre personal y directivos.

Las diferentes investigaciones se caracterizan por tener aún hoy una falta de acuerdo a nivel de la psicología clínica, en cuanto a la naturaleza de la gratitud, aunque sí en la psicología organizacional se considera una emoción que se produce después de que las personas reciban ayuda que se percibe como costosa, valiosa y altruista. La afirmación es de los autores Alex M Wood, John Maltby, Neil Stewart, P Alex Linley y Stephen Joseph en 2008. Sobre esta base, varios investigadores han conceptualizado la gratitud como una emoción que siempre está encaminada a apreciar las acciones útiles de otras personas, concepto que suscribieron en 2001 autores como McCullough, Kilpatrick, Emmons y Larson.

Esta concepción, sin embargo, no capta completamente los aspectos de la vida que las personas denuncian como sus fuentes de gratitud. La gratitud puede surgir de fuentes tales como, la apreciación de las capacidades de una persona, o de un clima en el cual determinado trabajo y la manera de llevarlo a cabo es la acertada.

Esto nos lleva también, a otras aproximaciones que las investigaciones clínicas han llevado a cabo y que son perfectamente aplicables a las relaciones interpersonales en las organizaciones. Tales circunstancias se manifiestan por el sacrificio que hacen personas agradecidas hacia otras en aras de un bien mayor. O sea, por el equipo, la empresa, el proyecto, etc.

En un estudio publicado en 2010 por la “American Psychological Association Journal Emotion” los investigadores descubrieron que “la gratitud funciona para mejorar el comportamiento económico cooperativo y no egoísta”. En el ámbito de las empresas lo traducimos como colaboracionismo profesional, cohesión de equipo, intereses compartidos, etc.

También sorprende en estos estudios determinadas situaciones que se daban, incluso cuando se trataba con extraños y no había perspectiva clara de reciprocidad, pero que igualmente los individuos agradecidos tomaron sus decisiones basadas en lo que era bueno para el grupo, a pesar de que estaban en contra de sus intereses individuales.

La gratitud, según sostuvieron los investigadores, tuvo una influencia directa y positiva en el juicio que las diferentes personas hacían, lo que indicaba la formación clara de un criterio sobre determinado tema.

Las personas agradecidas son menos agresivas

En la Universidad de Kentucky, algunos estudiantes que formaron parte de una investigación, recibieron elogios por su escritura, cuando a otros se les hizo una evaluación cuyo resultado daba como regular. Esto generó una situación en la que los estudiantes jugaron un juego con la persona que había hecho la evaluación, en la que podrían hacer ruido cuando algo no les sentaba bien.

En general, los escritores evaluados como regulares, eran los que reaccionaban más violentamente generando el ruido. Aunque en el grupo de los evaluados como regulares, había algunos que fueron previamente instruidos para escribir ensayos sobre cosas por las que estaban agradecidos. Entonces, a pesar de haber sido calificados como regulares, los estudiantes que habían escrito sobre su gratitud eran menos propensos a hacer ese ruido fuerte en contra de su evaluador y críticos. Nathan Devall, que dirigió el estudio afirma que “la gratitud es algo más que sentirse bien, porque ayuda a las personas a ser menos agresivas mejorando su empatía”.

¿Cuál es la moraleja para el liderazgo efectivo y qué deben de tener en cuenta los líderes eficaces?

Sin duda existen diferentes personalidades de líderes, pero una cosa es cierta: la manera en que tratan a las personas que están bajo su mando, es enseñándoles el valor que significa la gratitud y el agradecimiento.

¡Cuántas carreras profesionales y personales se habrán malogrado por culpa de un mal jefe! En el presente, el liderazgo efectivo es uno de los campos del conocimiento en la “Teoría de las organizaciones” que más se ha desarrollado en los últimos diez años. La razón para que el buen liderazgo esté en vanguardia con los últimos conocimientos e investigaciones, es porque la clave de su ejercicio pasa más por lo humano que por lo técnico.

No despreciamos ni herramientas de dirección ni modelos de negocio. Pero sí debemos instar a todos los directivos, empresarios y profesionales que trabajan dentro y fuera de las organizaciones, pero que su esfuerzo es para y por éstas, a mejorar cada día los aspectos emocionales, que corresponden a un ámbito que tiene tremendo impacto en la cultura corporativa, en la motivación del personal y en el compromiso con la misión y objetivos. Pero por encima de todo, en haber logrado un ambiente libre de tensiones, en el que las personas estén satisfechas, tengan un nivel de felicidad razonable y vislumbren un futuro en sus vidas. Que vean que las cosas que se hacen en la empresa, es con un fin de mejora continua, que se vive bien en compañía de los diferentes compañeros/as y que existe una preocupación real por la vida de cada uno de ellos. Que forma parte de la cultura y filosofía de la dirección.

Es evidente que cuando el líder toma la iniciativa y da una sorpresa eligiendo un momento que nadie se lo espera, por ejemplo, un encuentro informal en el que su equipo está haciendo un descanso y tomando un desayuno, y expresa el reconocimiento indisolublemente adherido a un agradecimiento explícito, es una muestra de su sentido muy humano y próximo con las personas que colaboran con él en el día a día.

Es como quererles decir, que a lo largo del año seguro que van a darse otros momentos en los que las personas puedan neutralizar la propia presión de su trabajo y responsabilidad al sentirse valorados los 365 días.

Una forma eficaz de hacerlo es demostrar que está teniendo un detalle personal con cada uno de ellos, aunque repartido durante diferentes semanas y meses, porque cada persona que es a su vez miembro de un equipo y/o departamento, tiene sus propias necesidades, aspiraciones, ilusiones, etc.

Además, el líder efectivo sabe perfectamente cuál es la manera en que cada uno de ellos reacciona ante determinados retos, o muy especialmente cómo lo hacen cuando se enfrentan a un problema. En estas situaciones no cabe planificar mucho el agradecimiento, sino acentuar de parte del jefe que todos ellos junto a él, han asumido un compromiso con la organización y están para resolver no sólo lo que se les ha presentado, sino estar siempre un paso por delante para que ese equipo siga siendo de alto rendimiento.

Pero cuando se pide que una persona o equipo rindan, necesitan inputs de confianza y percibir que de ellos se está haciendo una justa valoración de sus esfuerzos. Si bien cada empleado tiene diferentes necesidades de apreciación, estas necesidades personales le pueden servir muy bien al líder como punto de partida en ir administrando el reconocimiento.

Artículo coordinado por José Luis Zunni, presidente y CEO del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL), director de ecofin.es, vicepresidente de Foro ECOFIN y autor del libro recién publicado ‘El Cubo del Líder’ (Ed. Kolima; disponible a la venta pinchando aquí), en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN y presidente honorario del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL) y también autor del libro ‘El Cubo del Líder’.

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