La Talentocracia

Llega la hora de la Talentocracia. Muchas multinacionales viven realmente obsesionadas por la captación y retención del talento como una tabla de salvación a la sostenibilidad de sus modelos de negocio. Directivos de todo el mundo leen con taquicardia cada nuevo ránking de las mejores empresas para trabajar, de las marcas más valoradas y de las organizaciones con mejor reputación entre sus empleados.

Consultoras como ‘Great Place to Work’ viven entre algodones y mimos como si fueran jurados que conceden estrellas Michelin o soles de Repsol entre los más selectos restaurantes del mundo. Y muchos medios económicos de todo el mundo encontraron su piedra filosofal para nutrir de ingresos sus barbilampiñas haciendas, gracias a sus monográficos sobre ránkings de los mejores lugares para trabajar.

El presente no importa y el futuro está por diseñar. Es el nuevo axioma del management coetáneo. Sillicon Valley y las GAFA (Google, Appel, Facebook, Amazon) han generado tendencia respecto a que la innovación y la gestión del cambio dependen de las capacidades de sus equipos a la hora de diseñar nuevos servicios, nuevos productos y nuevos modelos de monetización. El inter-emprendimiento es otro de esos mantras repetidos una y otra vez dentro de las tecnológicas. Y todo ello va linealmente correlacionado con el talento humano de sus equipos.

El hallazgo de la persona como diamante en bruto de la competitividad en las organizaciones ha dinamitado los modelos jerárquicos, mecanicistas y autocráticos de liderazgo

Muchas multinacionales viven realmente obsesionadas por la captación y retención del talento.

El hallazgo de la persona como diamante en bruto de la competitividad en las organizaciones ha dinamitado los modelos jerárquicos, mecanicistas y autocráticos de liderazgo. Las empresas son transversales en su sociocracia de gestión interna. Y la talentocracia aflora como la cumbre de los sistemas de promoción interna.

El talento no tiene tamaño. La atomización de los medios de comunicación. La pérdida de valor de los productos en un mundo de servicios. La disrupción del open source y plataformas low cost de programación y almacenamiento en la nube… muchos son los avances que apuntan a que el talento puede vivir libre y autónomo en el ecosistema digital sin necesidad de alinearse a empresa u organización mercantil alguna.

El talento se impone y una nueva formulación del management de la Talentocracia está echando raíces. Las pistas están en mi reciente libro ‘Talentocracia, el Poder de la Colaboración en la Era Digital’ (Editorial Kolima).

Y es que mucho está por venir, pero el talento llegó para quedarse en el corazón mismo de los Recursos Humanos y del liderazgo de la post verdad. Así sea. Sic transit!

Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN y autor del libro ‘Talentocracia’ (Artículo publicado en el diario ‘La Razón’).

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