El reto del Liderazgo Integrador

Aunque suspendieras Matemáticas de Bachillerato porque te fueran mal las integrales, ¡esto si te va a interesar! Porque cuando hablamos de Liderazgo Integrador hablamos de retos diarios que se nos ponen en el camino.

Cuando recurrimos al término integración, significa claramente que es un proceso que asume diversas morfologías -depende en qué campo del conocimiento nos movamos-; pero que busca la unión, la coherencia, la igualdad de trato, una visión de conjunto y un largo etcétera.

Para que el liderazgo se efectivo hay que verlo desde el ángulo de la integración, lo que llamamos liderazgo integrador. Y para que a su vez se convierta en excepcional, los pensamientos, palabras y acciones deben estar sincronizados y armonizados. Esta coherencia y lucidez es típica de los grandes líderes empresariales y de los lamentablemente pocos líderes políticos que poseen –digámoslo así- ese privilegio (o mejor dicho don).

Las acciones del líder efectivo deben basarse necesariamente en palabras justas, adecuadas y oportunas, pero que representen sin ningún género de dudas su pensamiento, su filosofía corporativa y muy especialmente, que sean percibidas como sensibles, sinceras y directas.

De esta manera, cuando el líder no está disponible, porque está de viaje, su núcleo duro de directores que forman parte de ese equipo de primera, pueden perfectamente continuar su línea de liderazgo porque no es única, sino es integradora.

Es una manera predecible de hacer las cosas, sin sorpresas, generando tal confianza en todo el personal, que se produce una amalgama entre las directrices del líder, de su equipo y el resto de la plantilla, porque hay un espíritu corporativo totalmente integrador.

Esto también tiene otra explicación, que corresponde a la categoría de las decisiones y acciones que se toman e implementan respectivamente en una organización. Nos referimos a que deben basarse en la misma moral, valores y ética que se establecieron originalmente para asegurar la excelencia y consistencia de la organización. Lo que hemos explicado en algunas aportaciones anteriores desde esta tribuna en cuanto a la visión del líder efectivo y cómo la transmite a su personal.

Especialmente importante es la formación de personas y equipos en esa visión. Por tanto, comunicación directa y clara que es necesaria para comprender y compartir dicha visión.

Identificar los valores

La moral, los valores y la ética son los factores de continuidad en el liderazgo y el espíritu empresarial, la base sobre la que se construyen las grandes organizaciones. De ahí que unas buenas preguntas que usted puede hacerse, por ejemplo, si tiene una responsabilidad de mando intermedio, es ¿si se ha identificado la moral, los valores y la ética para garantizar que el liderazgo esté integrado? También otra pregunta puede ser referida a si ¿se han incorporado a las políticas, procesos y procedimientos para orientar las decisiones y acciones en la organización? Y no menos importante es preguntarse si ¿han sido acogidas dichas políticas y procedimientos por todo el personal de manera positiva y al mismo tiempo proactiva?

En los tiempos tumultuosos que corren, amén de esta etapa post Covid-19 que estamos atravesando, todas las organizaciones más importantes del mundo se han preocupado por capacitar y entrenar a los nuevos líderes a fin de que sepan cómo permanecer relativos y competitivos en estos tiempos turbulentos, para lo cual la moral, valores y ética si está bien enquistada en la cultura corporativa terminará siendo parte indivisa de la otra estructura, la de las operaciones diarias que se realizan. Esto es liderazgo integrador.

Hay que tener en cuenta también, que un descuido puede terminar resultando muy costoso, casos sobrados hemos visto de multas en la Unión Europea a empresas de telefonía o incluso a la misma Banca, por llevar a cabo procedimientos que iban contra las normas éticas y especialmente atentaban contra el consumidor.

Si hubiéramos tenido un liderazgo integrado en línea con lo que estamos diciendo, nunca hubiera llegado a producirse la Crisis Financiera Internacional de 2008-2009. Nos referimos a que la explosión de la misma se debió a una falta de escrúpulos en ciertas instituciones financieras que negociaron hipotecas subprime en mercados secundarios creando una gran bola de fuego absolutamente ficticia y que hemos terminado pagando todos. No decimos ni somos tan ingenuos de pensar que la Crisis Financiera Internacional no se hubiera producido. Lo que decimos es que probablemente hubiera tenido mucho menor impacto, especialmente en la ciudadanía más vulnerable.

Por tanto, en el tramo final que estamos recorriendo de este 2021, debemos insistir en la necesaria integración en la mecánica de liderar, para que permita a todo tipo de organización garantizar que las decisiones y acciones tomadas dentro de esa organización se basan en los mismos valores que las personas que trabajan en ella y que consideran honorables al mismo tiempo que la mejor garantía para un crecimiento rentable.

¿Qué es el liderazgo integrador?

El liderazgo integrador es la capacidad de influir en una organización con códigos morales estrictos en la medida en que las decisiones y acciones se rigen por un conjunto de valores y estándares éticos inflexibles.

Por supuesto que las personas que hacen que la empresa lleve a cabo todas sus rutinas diarias, están facultadas para pensar, hablar y actuar basándose en el mismo sistema de valores. De ninguna manera, el liderazgo integrador les coarta la libertad de opinión ni de implementar acciones. Es más, un buen liderazgo integrador, facilita el empowerment, porque habrá más autonomía y mejor rentabilidad operativa en la medida que se comparten aquellos valores.

En las organizaciones en la que sus directivos han trabajado conjuntamente con el líder en la aplicación de un modelo de liderazgo integrador, se han apoyado sus respectivas visiones porque cada uno de ellos es un líder también en su sección. Lo hemos dicho desde esta tribuna en varias ocasiones: el liderazgo efectivo es cuando existen líderes en todos los niveles de la organización.

Y cuando la integración en el liderazgo se ha hecho de manera eficiente, las respectivas visiones apoyan con sus particularidades la visión global y cultura corporativa que el líder ha impuesto, pero que ahora no lo ejerce como posición jerárquica, sino como ejercicio convergente de todas las autoridades que a cada autonomía funcional (puestos de trabajo en los que se toman decisiones) están apoyando aquellos valores y conductas éticas que se han impuesto.

Todas y cada una de las personas en la organización terminan compartiendo los principios sobre lo que es correcto, justo, oportuno y honorable. Este es el poder del liderazgo integrador.

La duda siempre abraza a alguien

Es inevitable que en todo grupo humano haya pensamientos diversos (es nuestra propia naturaleza) y bien que debe ser así. La cuestión es, qué parte de dichos pensamientos, principios, normas de actuación pertenecen al plano estrictamente individual y cuáles son patrimonio de un equipo, de un departamento, o mejor aún, de toda la plantilla.

Siempre nos vamos a encontrar con personas que desafían lo estipulado (lo normativo) y que dudan de sus beneficios para la empresa y sus trabajadores. Esto es habitual y nos lo hemos encontrado siempre a lo largo de la vida profesional en las organizaciones.

Pero el líder efectivo al enfrentarse a los que (puede ser uno solo) desafían los principios e ignoran las opiniones de la dirección, están siendo un gran riesgo para esa armonía que pretende otorgar al liderazgo este concepto de integración. Porque esa o esas personas no apreciarán la visión del líder ni comprenderán su propósito. Pero más aún: se enfrentarán a quiénes (la gran mayoría) esté por la inclusión de dichos valores y comportamientos en la operativa diaria hacia terceros, con clientes, o en las mismas relaciones interpersonales internas, entre equipos y personas.

Además de deportistas de alta competición son deportistas entrenados en la concepción de trabajo en equipo totalmente integrado.

Justamente es en estos momentos que el líder efectivo es quien debe aclarar a este tipo de personalidades disidentes qué es lo que estamos haciendo, por qué se está implementando, hacia dónde se pretende ir como compañía, cuáles son las metas que se han fijado y los procedimientos acordes con esos valores éticos e integradores.

Cuando se explica en profundidad, incluso en una charla informal, estas personas terminan por rendirse ante la evidencia: que es que terminen siendo conscientes que no cuentan con unos valores y principios que les permita cuestionar la autenticidad y honorabilidad de los que el líder y la cultura corporativa integradora están implementando. Seguramente van a cambiar respecto a la moral que creían hasta ayer como que era la correcta, por ejemplo, en considerar lo que está bien o está mal, porque terminan por concienciar que hay un necesario ajuste que hacer a esos principios y adecuarlos a los que están alimentando ahora las tomas de decisiones e implementación de acciones.

Aquellos que ha explicado el líder, que ha transformado la cultura corporativa de la organización y por los que se tiene un propósito conjunto de emprender un camino de éxito garantizado por una línea de actuación ética y de amplio espectro hacia la igualdad, justica y receptividad en un tipo de organización que acepte y respete la opinión de todo el mundo.

La ética no es una entelequia, sino son reglas de cómo se deben hacer las cosas de acuerdo con la moral y los valores. Y esto facilita que se pueda liderar mejor, de manera más eficaz, integradora y justa.

Un liderazgo multidimensional

Cuando analizamos qué es el liderazgo integrador, se acepta ampliamente que este término se utiliza para representar una combinación de varias ideas sobre liderazgo.

Esto crea un enfoque multidimensional del liderazgo, lo que le impide convertirse en un líder unidimensional que está atascado en sus caminos convencionales.

Si bien son muchos los modelos de liderazgo que se vienen aplicando en las últimas tres décadas, debemos centrarnos en cuáles son aquellas habilidades que siguen siendo cruciales para un liderazgo eficaz.

Por ejemplo, la determinación y el compromiso se consideran elementos claves para un liderazgo integrador.

Existen tres elementos claves para un liderazgo exitoso:

  1. Determinación para cumplir.
  2. Compromiso con las personas.
  3. Compromiso con otros equipos.

En cuanto a la determinación para cumplir, significa tener una visión clara de cuál es su objetivo y hacia dónde está dirigiendo a las personas. Además, los grandes líderes siempre se han centrado en lograr este objetivo y están dispuestos a hacer lo que sea necesario para alcanzarlo.

No son pocos los estudios e investigaciones en liderazgo que se han referido a los contagios que se producen por personas conflictivas y lo que repercute en la productividad de un equipo o un departamento.

Cuando los líderes son decididos y apasionados, son sus seguidores los que tienden a mostrar aquellos valores con mayor intensidad, por lo que termina siendo siempre que la ética instaurada en esa cultura corporativa de esa organización, termina neutralizando o eliminando a aquellas personas que se han opuesto a los mismos.

En cuanto al compromiso con las personas, el líder efectivo garantiza que otras personas reciban el compromiso que necesitan para rendir al máximo y brindar el mayor valor a su equipo.

Por supuesto, diferentes personas requerirán diferentes tipos de participación. Quizás eso sea apoyo adicional, capacitación adicional, nuevas herramientas para completar mejor el trabajo. Cuando el liderazgo integrador ofrece ese compromiso único que valoran las personas específicas, se están creando seguidores más inteligentes, seguros de sí mismos, útiles y comprometidos.

Pero además del personal de la organización que corresponde a su equipo más cercano, el líder efectivo está haciendo un esfuerzo integrar a las personas de la empresa en su totalidad.

En cuanto al compromiso con otros equipos, los líderes efectivos están felices de liderar fuera de su equipo oficial. La capacidad de romper las barreras entre los equipos organizacionales para crear una mentalidad de un solo equipo es algo muy valorado en el liderazgo integrador, porque los mejores líderes pueden inspirar y guiar a personas fuera de su círculo de responsabilidad oficial.

Artículo coordinado por José Luis Zunni, director de ecofin.es, vicepresidente de Foro ECOFIN y autor del libro recién publicado ‘El Cubo del Líder’ (Ed. Kolima; disponible a la venta pinchando aquí), en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN, y Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education).

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