Cámbiese ya a Empresa 5.0

¡Están locos estos romanos de Podemos! Han levantado toda una polvareda pre-electoral entorno al mecenazgo sanitario de Amancio Ortega, una de las tres mayores fortunas de España y, con diferencia, el mejor empresario que ha dado nuestro país en su historia por criterios de empleo, generación de riqueza, aportación a las arcas públicas, expansión internacional, reputación de la marca España y miles de cosas más.

Empresa 5.0

El alma de las empresas

¿Tan raro se hace que un empresario done 320 millones de euros para dotar de equipos de última generación a hospitales públicos a fin de luchar contra el cáncer, esa epidemia heredada del siglo XX? El altruismo estamos acostumbrados a leerlo en inglés hablando de Bill Gates, Warren Buffett o Jeff Bezos.

Pero, ¿hay todavía algún ilustre ignorante que en el siglo XXI sea capaz de confundir el compromiso social de la empresa y el empresario con la beneficencia patriarcal de otros tiempos?

La indignación ha asaltado estos días las redes sociales desde Twitter a Whatsapp y todos los medios de comunicación con Bertín Osborne a la cabeza en su soflama anti-ninis y podemitas en El Hormiguero de Pablo Motos. Y es que nadie duda ya de que la Empresa 5.0 tiene que liderar el compromiso ético y social, la defensa de los valores a través del marketing social y el voluntariado, del dividendo social hacia los ciudadanos y la sostenibilidad del mundo a través de la economía circular, el reciclaje, la reutilización y la eliminación de materiales contaminantes. Porque la Sociedad Digital se sustenta en la Empresa 5.0, sí o sí.

Todo este mensaje ético es sustancial de la nueva metamorfosis a la que se está sometiendo el mundo mercantil mundial. La igualdad, la diversidad, la discapacidad, la brecha de edad, los excluidos sociales, el medio ambiente y otros muchos compromisos sociales están en el ADN de las sociedades mercantiles.

Sin embargo, esto sólo es el alma de las empresas. La transformación real se está construyendo mediante tecnologías y se está reinventando desde las personas.

El siglo de las Personas

El movimiento feminista dice que el siglo XXI es el siglo de las mujeres. Y tienen razón: empoderamiento profesional, igualdad de derechos, paridad en muchos sectores políticos y económicos, equiparación en formación (STEM), erradicación del feminicidio y el machismo, etc.

Sin embargo, más poderoso que el foco en la mujer es el foco en las personas: profesionales, iguales, democráticos, creativos, etc. Porque estamos construyendo una sociedad basada en empresas que han descubierto que lo más valioso son sus personas (no trabajadores, no Recursos Humanos). Y desde las personas están redescubriendo el intro-emprendimiento, la creatividad, el compromiso, la innovación, la sostenibilidad, la gestión del cambio, la adaptación, la flexibilidad laboral, la corresponsabilidad, etc., etc.

Los tres pilares de esta nueva metamorfosis empresarial hacia organizaciones alineadas a los valores de la sociedad del siglo XXI radica en lo que ya escribí y publicamos bajo el nombre de: Aprendizajes en la metamorfosis a Empresa 5.0.

Como allí se explica: “Esto va de Personas que construyen Comunidades y Territorios en empresas plataformas con estructuras horizontales y enlaces colaborativos con el entorno, desde sociedad civil a competidores”. Y ahí es donde surgen modelos de gestión no aurtoritarios como la sociocracia, o modelos de innovación como las metodologías colaborativas ‘agile’ y ‘scrum’.

Lecciones del ECOFIN 2019

Si vamos un poco más allá de los tres pilares, encontraremos algunos asuntos sobre los que tratará el XII Congreso ECOFIN del 12 de junio en la sede de la Comisión Europea en Madrid (Castellana, 46):

  1. El nuevo esclavismo (robótica). Los Recursos Humanos ya no tienen que ser las Personas, que están llamadas a destinos superiores en ideación, innovación y desarrollo. La Fuerza del Trabajo (término más correcto) en el siglo XXI estará soportada por un nuevo esclavismo; después de todo, el término Robot procede del checo y significa ‘esclavo’. Nos referimos a una amplia familia de empleados; ya sean robots humanoides, brazos articulados, chatbots, bots, machine learning o inteligencia artificial en cualquier otra acepción de uso soft o hard.

    2.- La delgadez empresarial como icono. Atrás quedan los modelos decimonónicos de las grandes corporaciones industriales y extractivas que centraban su importancia en el aumento de sus activos inmovilizados y su patrimonio empresarial, de su número de oficinas y de empleados.

    Hoy en día: menos es más. Es decir, todo lo que pueda hacer otro, ¿para qué hacerlo nosotros? Por ello han surgido modelos descentralizados de acceso a innovación, tecnología y fuerza de trabajo como es el crowdsourcing; pero también sofisticados especialistas de outsourcing y BPO; en paralelo a tecnologías que facilitan el open source, open innovation, computación en la nube, eCloud para almacenamiento de datos, apis colaborativas abiertas, etc., etc.

    Y todo ello sin olvidar la legión que conforman los knowmadas, una nueva profesión en auge de tecnólogos y especialistas freelance que deambulan por el mundo ofreciendo sus servicios por obra, proyecto o desarrollo. Son un activo temporal importante para cualquier compañía que evita su sobrepeso en momentos de menos intensidad de trabajo en sus áreas de conocimiento.

    3.- La Economía Pirata está conformando nuevos escenarios. Y es que la extensión de amplios océanos de datos, redes sociales, la internet oscura y otras realidades paralelas ha despertado el nacimiento de poderosas flotas piratas y corsarias. Las primeras responden a intereses espurios de ciberataques, secuestros de datos o de cuentas, ramsonware, phishing, spyware, adware, gusanos, arañas, rastreadores…

    Lo segundo supone una intencionalidad de poder, más que económica. Los ciberataques ofensivos tienen que ver con la geostrategia y los centros de inteligencia. Estados Unidos señala con su dedo acusador a Rusia en unos casos, y en otros a China y a Huawei. Venezuela acusa, en cambio, a los Estados Unidos. Lo cierto es que 33 estados incluyen la guerra cibernética en sus doctrinas militares y 22 países cuenta con unidades militares de ciber-ejércitos. Entre 2002 y 2019 se han registrado más de 30 operaciones cibernéticas ofensivas (OCO) en el mundo.

    Todo ello ha provocado una doble respuesta. La prevención regulatoria llegó mediante medidas de Compliance (cumplimiento normativo); a la par que la respuesta tecnológica llega de la mano del Blockchain, más allá de las tecnologías de ciberseguridad, anti-espionaje y contra el software malicioso.

    4.- La Colaboración y la Economía de las Plataformas. El poder de la colaboración une a competidores en retos compartidos tecnológicos. Quizá el ejemplo cercano más importante es el consorcio español Alastria, que une a más de 300 entidades públicas y privadas en un proyecto de desarrollo de la tecnología Blockchain española. Y ahí están ‘copitiendo’ (acrónimo conformado por los términos cooperación y competición) toda la banca, todas las tecnológicas, todos los bufetes, todas las energéticas…

    Respecto a la economía de las plataformas, el ejemplo más expansivo es el fenómeno crowd en la industria FinTech. Unos pueden invertir colectivamente en compra inmobiliaria, concesión de crédito o de capital, por ejemplo; mientras que del otro lado, particulares y empresas pueden acceder a crédito no bancario, financiación alternativa, socios capitalistas, inversores, etc. En fin, parte del llamado shadow banking o banca en la sombra.

    5.- El Mito del Dinero se desvanece. Las criptomonedas dieron el jaque mate a las divisas tradicionales; pero están provocando la propia reconversión de éstas a la vez que tambalean el modelo conceptual del patrón oro, el patrón PIB o el patrón reservas (deuda, bonos, emisones, etc.).

    Y mientras la divisa se convierte en una facility fuera del control del Estado y los Bancos Centrales, el dinero parece haber dejado de ser un bien escaso bajo el control de unos pocos banqueros y fondos de inversión en todo el mundo. Ahora, el crédito puede llegar de inversores privados, business angels, fondos, crowdlending, neobancos, etc., etc.

    Más aún, la propia banca tiembla porque los servicios financieros pasan a ser un servicing prestado por cualquiera: FinTech, NeoBank, AsianBank, EFC, medios de pagos on line o servicios de las BigTech. El dinero fluye y los actores se multiplican.

    Algo parecido surge con la tokenización (más allá de la criptomoneda) y con el dinero electrónico (basado en divisas reales). Más accesibilidad y disponibilidad.

    En fin, estamos construyendo un nuevo modelo empresarial híbrido que recoge lo mejor de la Economía Digital y de la economía analógica de la que venimos. En ese mestizaje está el éxito de lo que ya llamamos Empresa 5.0 y hacia ese camino tenemos que dirigir los pasos de la gestión del cambio de nuestras compañías. ¡Mucho ánimo y a liderar!

Salvador Molina, autor de ‘Talentocracia. El poder de la Colaboración en la Era Digital’ y presidente del Foro ECOFIN

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