Cambia, reforma o adapta tu espacio

Las personas vivimos mejor nuestra vida cuando nuestro espacio personal, ese tan privado como es tu casa, está hecho a tu imagen y semejanza, porque lo que necesitas cuando llegas del trabajo es estar en tu especial templo de relajación. Una especie de retiro imprescindible.

Estos lugares, más pequeños o más grandes, con mejor o peor decoración, se convierten en indicador intangible de tu bienestar mental y emocional.

¿Puede considerarse a este espacio personal como algo tan importante?

¡Por supuesto que sí! Porque se convierte en ese refugio antiestrés en el que te alejas de la contaminación del ruido, y también la ambiental por la propia polución que existe en las ciudades. Te proteges del polvo en suspensión y de los ruidos de la calle, también de la tremenda actividad en la oficina, encontrando por fin en ese espacio el refugio que necesitas para liberarte del estrés y el ruido de la vida cotidiana.

Y son importantes para las personas porque les permiten recargar energías en soledad, pero además se produce un fenómeno importante con doble vertiente: es lo que da ese espacio que es la capacidad para fomentar la creatividad y mantener su salud mental.

Ya hay muchos estudios e investigaciones en el campo de la psicología que han demostrado que tener un espacio donde uno pueda retirarse y sentirse cómodo es una especie de neutralizador natural (no es una medicina que tienes que tomarte) para reducir significativamente los niveles de estrés, potenciar esas ganas de reflexionar que al mismo tiempo te facilita esa capacidad creativa que el día a día te inhibe de realizar y/o demostrar de lo que eres capaz. En suma, se incrementa ese nivel de felicidad razonable al que todos aspiramos.

Pequeños momentos de alegría que, encadenados con buenas costumbres y hábitos de vida, son los que hacen de nuestro medio y largo plazo, uno que nos haga sentir bien, cómodos con nosotros mismos y los demás, felices porque estamos bien con los nuestros (los de nuestro núcleo duro y los demás), porque nuestro ánimo está condicionando nuestra actitud; o sea, hemos sido capaces de crear una dinámica positiva, que contagia y que nos hace caminar siempre hacia un lugar de éxito en cuanto a nuestras relaciones interpersonales y especialmente, cómo nos sentimos respecto de ellas.

Cada hogar tiene su personal potencial que impones tú mismo/a

Quizás te preguntes si está tu casa en condiciones de que puedas lograr ese espacio personal que deseas. Desde ya que siempre hay tiempo para acomodarlo y mejorarlo. La buena noticia, es que en todas las casas es posible hacer un cambio, aunque no lo estés viendo en este momento. Y no lo ves porque estás cerrado en esa cápsula de estrés y pensar en todo momento en tu trabajo y responsabilidades. Tu nivel de exigencia parece que te hace menospreciar algo tan simple como redecorar o reordenar tu espacio íntimo.

Ya sea que estás en un estudio en el centro de la ciudad en la que vives, o estás en un chalet adosado en las afueras, siempre hay un rincón que puede transformarse en un retiro personal. No es que tienes que transformar todo el piso o una casa entera. Se trata de encontrar ese pequeño espacio para convertirlo en tu especial retiro.

Cómo adaptarlo a tus necesidades

No requieres recurrir a la ciencia para crear tu buen espacio personal y que lo sientas como el retiro al que referíamos. La clave para que puedas crear y disfrutar de ese espacio especial que te exige tu privacidad, que te están imponiendo tus sentimientos en respuesta al estrés diario que soportas, debe reflejar tus necesidades y gustos personales. Si quieres estar rodeado de libros o son otras las aficiones, como, por ejemplo, pintar, terminarás adaptándolo todo en aras de poder cumplir ese deseo.

También cuando estás a gusto en él, te ayuda a desconectar y poder meditar, algo que forma parte también de esa calidad de vida que quieres darte y que además sabes que es posible lograr.

La manera en que lo ordenes o redecores estará directamente vinculado a las actividades que quieras hacer y la comodidad que requieran, caso de que estás terminando de escribir un libro que te comprometiste con la editorial a entregarlo a fin de mes. Quizás este fue el detonante que te hizo redecorar tu espacio.

Por ello, además de lo que necesites, caso de esa comodidad para escribir y leer, todo lo que termines colocando y reordenando tiene que tener un toque personal, porque quieres (tienes la necesidad) de que este espacio te de vibraciones positivas, que te aleje del ruido y de los elementos que distorsionan nuestra comprensión de las cosas, que es más habitual de lo que puedas suponer. Requieres de elementos que estén a tu alrededor que además de redecorar, te ayuden a inspirarte, por ejemplo, porque has puesto un poster que tenías guardado y corresponde a Sankt Moritz, el complejo alpino de Suiza, del que guardas gratos recuerdos. Sin duda, te da energía y positividad.

Cuando sales del metro o estás metido en un atasco, estás deseoso de llegar para aligerarte de ropa y dejarte caer en el sofá. No hay excepciones, ya que todas las personas tenemos una necesidad innata de contar con una burbuja muy especial y privada, que nos de simultáneamente comodidad y seguridad.

¿Es importante que así lo sintamos?

Sin duda, ya que es lo que eleva sustancialmente nuestro bienestar, ese sentirse bien con nosotros mismos y con los demás. Una sensación de placer por poder disfrutar de esos instantes, de recargar baterías por la energía que nos hemos dejado durante la jornada en el trabajo, y porque queremos desconectar. Para esto, no hay mejor cosa que escuchar música o leer un libro, o también vernos un documental en la tele.

Hemos hecho referencia en varias ocasiones desde esta tribuna a lo que significa nuestra zona de confort, para lo bueno y lo malo. Para ayudarnos a tomar decisiones o para inhibirnos de hacer cambios. No se trata solo de límites físicos sino también de límites emocionales.

Hemos dicho también en artículos sobre aspectos emocionales y en el ámbito de la felicidad, la alegría y nuestra forma de conducirnos en la vida, que las personas sin darnos cuenta establecemos barreras invisibles con las que nos sentimos protegidos de lo extraño, de cualquier cosa que altere nuestra privacidad y que podamos entonces regular nuestras interacciones sociales en función de las apetencias de ese día. Pero, sin duda, cómo lo hagamos dependerá de la manera en que seamos capaces de entrelazar nuestro espacio personal con nuestro sentido de seguridad y protección.

Nuestro espacio personal en la oficina

Si en nuestro día de trabajo en la oficina no tenemos ese sentido de privacidad y sentimos que continuamente se nos está violando este espacio, por ejemplo, en la relación con miembros del equipo y/o departamento, se pueden desencadenar sentimientos de ansiedad e incomodidad.

La manera en que te asegures tu espacio personal en tu lugar de trabajo, aunque no sea un despacho individual, juega un importante papel en nuestro bienestar mental y emocional.

Mantener ese control sobre nuestro espacio, tener la sensación que estamos controlando nuestra área personal de influencia en la empresa, mejora esa sensación de comodidad, relajación y satisfacción general.

No hay que olvidar que muchas son ya las organizaciones punteras a nivel mundial que se han preocupado en hacer de determinadas áreas de la superficie de oficinas, lugares que sean zonas tranquilas que estén destinadas ya sea para un simple lugar para estar sentados, o también con la finalidad de gimnasio, lugar para hacer uso de juegos electrónicos, etc. Todo ello contribuye a crear una atmósfera positiva y armoniosa.

Y teniendo en cuenta en la sociedad y era digital en la que convivimos a diario, el espacio personal incluye espacios virtuales además de la cercanía real. De ahí que la importancia de establecer límites en las interacciones virtuales haya aumentado con el auge de las redes sociales y las plataformas de comunicación online.

Estamos hablando de salud mental y bienestar personal. Cualquier injerencia en nuestro espacio privado cruzando esa línea que marca nuestra seguridad y comodidad, puede provocarnos ansiedad y estrés, desde ya que afectar nuestro rendimiento.

No es ninguna broma referirnos a la importancia de la psicología del espacio personal, ya que es un componente intrigante del comportamiento humano que afecta nuestro sentido de salud emocional y nuestras interacciones sociales.

Algunos consejos finales

Nos hemos referido a cambios y reformas, así como a adaptación de tu espacio. Por tanto, debes de tener en cuenta que:

– Es importante hacer que ese entorno sea algo dinámico, no estático.

– Que sepas que uno de los métodos más fáciles, económicos y poderosos para cambiar la forma en que piensan las personas, es cambiar los estímulos, tanto físicos como sociales, que las rodean.

– Que todos estos cambios en tu entorno tanto privado como laboral, son beneficiosos para tu bienestar personal y salud mental.

– Tienes que mejorar también, aunque con pequeños detalles en tu escritorio en la oficina, por ejemplo, poniendo un cartel que diga “Nuevas ideas son bienvenidas aquí. Si tienes una buena idea, escríbela aquí”, con la finalidad de que los demás vean en ti una persona absolutamente flexible, empática y con sentido de colaboración para trabajar en equipo.

– Las nuevas ideas surgen en la cabeza de los individuos, y a veces los grupos pueden inhibir esta creatividad. Tu actitud y tu espacio puede favorecer el surgimiento de otras formas de ver las cosas, que, con frecuencia, pueden ser decisivas para resolver un problema que no había sido previsto.

 

Artículo coordinado por José Luis Zunni, presidente y CEO del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL), director de ecofin.es, vicepresidente de Foro ECOFIN y autor del libro recién publicado ‘El Cubo del Líder’ (Ed. Kolima; disponible a la venta pinchando aquí), en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN y presidente honorario del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL) y también autor del libro ‘El Cubo del Líder’.

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