Etimológicamente, la palabra ‘cambio’ viene del latín “cambium”, la cual hace referencia a la acción de hacer trueque, dar una cosa por otra. En nuestro entendimiento y uso del lenguaje también le damos una interpretación a la palabra “cambio” para hacer mención al reemplazo, sustitución o modificación.
El “I Ching: libro de las mutaciones” de origen chino, es considerado el más antiguo de la humanidad, del 1.200 a.C. y justamente el principio fundamental del I Ching es: lo inmutable es la mutación. Recordamos que inmutable es lo que no puede ser cambiado o alterado. Esta extraordinaria obra de la China antigua, nos introduce antes que nadie el concepto de que “el mundo está en un perpetuo cambio y esta complejidad tan absoluta genera una cantidad infinita de posibilidades”.
Pasemos ahora al tiempo actual, que desde ya que está tremendamente ligado e influenciado por la historia de la filosofía, especialmente la que corresponde a la historia del pensamiento económico, político y social. Los investigadores actuales, si bien los hay en la paleontología, la arqueología y tantos otros campos de conocimiento, no son tan populares como los que investigan en los ámbitos de la política, la economía y la sociedad.
Es evidente que todos los ámbitos del conocimiento humano conforman nuestra especie con el grado de desarrollo que actualmente tiene, pero parece que lo que más ha preocupado recurrentemente a lo largo de las décadas, es cómo hemos sufrido el cambio, de qué manera nos hemos ido adaptando a él, pero muy especialmente, en el ámbito del Management y el liderazgo actual, cuál es la forma en la que los líderes pueden influir en el cambio. O sea, toda la doctrina coincide en la importancia que tiene la capacidad de anticipación del líder, como uno de los aspectos más relevantes de la personalidad en liderazgo.
Una primera pregunta que nos viene a la mente es ¿qué significa influir en el cambio? Según la doctrina imperante, el significado pasa por producir cambios sin ningún esfuerzo directo o aparente. Por tanto, teniendo en cuenta que al líder efectivo se le sigue, es creíble, genera confianza y siempre se le quiere emular, la forma de cómo se comporta y se conduce en su vida, la manera en que establece las relaciones interpersonales en todos los niveles de una organización, provoca la inmediata inspiración en el resto de personas, por lo que terminan haciendo lo que el líder les ha pedido, a veces con solo una sugerencia respecto, por ejemplo, al cambio de un procedimiento para la mejora operativa.
Y este cambio que hacen las personas, ha sido directa o indirectamente influenciado por el líder, que para él no representa ningún esfuerzo directo porque realmente quieren hacerlo porque se sienten identificadas con él y al mismo tiempo, comprometidas con la organización.
También saben estas personas, que estén más o menos a gusto con lo que se supone tienen que modificar, el cambio, antes o después, terminará siendo inevitable, aunque no todo cambio es para mejor.
Influenciar para lo mejor y neutralizar lo peor
No es ninguna novedad que existen procesos de cambio que no agradan, o que incluso muchas cosas que están cambiando en el mundo actual es para peor.
En otros términos, los líderes empresariales, especialmente los del ámbito político, deben estar muy consustanciados con aquellos signos de evidente decadencia que también el cambio ha producido, por ejemplo, por la simple desigualdad en la distribución de la riqueza a escala global. Este es un tema recurrentemente tratado en todos los Foros, como el de Davos, pero que si bien año tras año son muchos los políticos y líderes que prestan atención al fenómeno de la desigualdad económica como una de las perores consecuencias de los procesos de cambio y crecimiento de los países, termina siendo guardado en un cajón, para que, a lo mejor, en otro encuentro internacional de líderes, alguien se anime a tratarlo.
Para mejorar, el cambio debe resultar en un beneficio positivo para todos los involucrados, tanto a nivel de una organización como de un país. Esto no es sencillo de gestionar, de ahí que son pocas las organizaciones en el mundo que realmente van por delante del cambio, y que, debido a su liderazgo indiscutible en el mercado en su sector, en vez de estar adaptándose al cambio, lo que hacen es influir en él, propiciarlo y amoldarlo a esa visión que tiene la organización de cómo debe comportarse el mercado en el futuro.
Tanto las personas como las organizaciones estamos todas obligadas a cambiar, es ley de vida. Amoldarnos a nuevas circunstancias, adaptarnos a los cambios dentro de los cambios, porque el error más grande que puede cometerse, es no interpretar que el cambio es una sucesión de hechos entrelazados que se van produciendo, algunos de ellos bajo nuestra esfera de influencia porque depende de nosotros, pero otros están lejos de nuestra posibilidad de gestión, ya que corresponden a aspectos legales, de mercado, de decisiones políticas, etc.
Amenaza u oportunidad
Siempre las personas y las organizaciones cuando estamos inmersos en un proceso de cambio, nos preguntamos si debido a éste nos haremos más débiles o más fuertes. Para nuestros lectores/as que buscan una respuesta, les decimos que todo depende de una elección crucial que hacemos todos los días de nuestras vidas. Porque si en nuestra mente vemos el cambio como un obstáculo, seguro que termina siendo una amenaza concreta para lo que tenemos entre manos.
En cambio, cuando lo vemos como una oportunidad, es que estamos presuponiendo que, aunque ya metidos en la vorágine del proceso, lo estamos mentalizando y también nuestras emociones responden en sentido positivo, como una auténtica oportunidad para que hagamos una transformación, de la cual se supone que vamos a lograr una mejora.
Aquí cabe la pregunta de por qué algunas personas y organizaciones sobresalen incluso en tiempos difíciles. Cualquier persona o empresa puede fracasar, porque, por ejemplo, se ha enfrentado a un reto que le ha superado, no lo tenía ni siquiera previsto en cuanto a la magnitud de lo que realmente ha acontecido. Ante situaciones de este tipo, además de las que fracasan están aquellas que (personas y organizaciones) terminan subsistiendo. Aguantan el tipo, aunque no necesariamente el aprendizaje de choque experimentado y el impacto del cambio, les esté garantizando éxitos en el futuro, ya que como se sabe, la cuestión de cambiar es tan natural como el respirar.
Como dice el I Ching, lo único seguro es que el cambio siempre se produce, es invariable y sus consecuencias casi siempre inesperadas. Justamente las personas y organizaciones que están mejor preparadas para enfrentarse a lo imprevisto, incluso pueden tener un crecimiento importante y crear las condiciones para nuevos éxitos futuros.
¿Cómo influye el liderazgo en el cambio organizacional?
Según Harvard Business Review, el liderazgo suele ser la mayor fuente de resistencia al cambio. Los líderes a menudo entienden la necesidad de un cambio y lo promueven, sin embargo, inconscientemente responden con comportamientos que revelan su lucha por adaptarse al mismo cambio que están defendiendo.
¿Cómo influyen los líderes en la eficacia organizacional?
También podemos preguntarnos cómo influye el liderazgo en la cultura organizacional. Aquí entra el liderazgo efectivo, ya que los líderes tienen que hacer un esfuerzo por reforzar los valores organizacionales al ayudar a todo el personal en cualquier nivel de la organización, a desarrollarse y crecer a través del establecimiento de metas, oportunidades y reconocimiento.
En cierto sentido, cuando hablamos de llevar a los empleados de mejor formación y experiencia al siguiente nivel, o sea, para tomar decisiones y dirigir personas, ha tenido que ocurrir previamente un proceso de intercambio de opiniones, retroalimentación permanente y de manera bidireccional.
Obviamente, cuando la comunicación interna, abierta, flexible, oportuna y transparente, provoca un diálogo abierto y continuo sobre el trabajo de cada una de las personas y equipos, se fortalece la confianza en el líder, crece la influencia y al mismo tiempo, se facilitan los procesos de cambio que se deriven del primero de los pasos que el cambio exigía.
¿Cuál es la influencia del líder en la organización y en cambio?
La influencia del liderazgo es la capacidad que tiene el líder efectivo para que las personas cambien y/o actualicen tanto sus principios y valores, como también cuáles son las actitudes (posiciones) que mantienen sobre determinada cuestión, por ejemplo, respecto a un tema candente hoy día como es el del trabajo remoto y presencial (su compatibilidad), así de cómo se ha llevado a cabo el proceso de distribución de horas remotas y presenciales, teniendo en cuenta la experiencia y formación de cada persona en su puesto.
Pero es que, además, hay ciertas cualidades que pueden modificarse (o sea, el cambio interior de la persona) que puede aprender a medida que adquiere más experiencia como posible líder potencial de un equipo y/o sección.
Artículo coordinado por José Luis Zunni, presidente y CEO del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL), director de ecofin.es, vicepresidente de Foro ECOFIN y autor del libro recién publicado ‘El Cubo del Líder’ (Ed. Kolima; disponible a la venta pinchando aquí), en colaboración con Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN y presidente honorario del Instituto Europeo Ecofin de Liderazgo (IEEL) y también autor del libro ‘El Cubo del Líder’.