Cambiando el futuro de la educación y el trabajo

El World Economic Forum bajo el título ‘Shaping the Future of Education, Gender and Work’ afirma: La tecnología y la globalización están transformando significativamente el trabajo. Sin embargo, los sistemas de educación y capacitación, que han permanecido en su mayoría estáticos y con poca inversión durante décadas, son en gran medida inadecuados para estos nuevos mercados laborales”.

¿Está haciendo un diagnóstico o simplemente una descripción? Si fuera diagnóstico, estaría analizando la transformación tecnológica, económica y social en sus primeros pasos. Pero lo que hace es una pincelada muy descriptiva de cómo está el panorama actual gracias a la globalización y la aceleración de la innovación tecnológica por un lado. La opinión en lo referente a que los sistemas de educación y capacitación han permanecido en su mayoría estáticos y con poca inversión durante décadas” es a nuestro juicio lapidaria.

La tecnología y la globalización están transformando significativamente el trabajo.

¿De quién o quiénes es la responsabilidad de que hayamos entrado en una aceleración del tiempo histórico y las metodologías educativas y la propia inversión en formación no se haya atendido como exigían las circunstancias? Desde ya que la exigencia presente de educación y training a la altura de los retos también está absolutamente devaluada.

No es cuestión de culpa; pero lo objetivo es que tanto a organizaciones como gobiernos, o líderes empresariales y políticos, el tren de alta velocidad les ha pasado por delante de las narices sin poder reaccionar antes o durante ni después. Esta es la descripción de una realidad que desde las más importantes plataformas y foros mundiales se denuncia y se proponen programas imprescindibles para subirnos a ese tren del desarrollo imparable de la tecnología que todo lo puede y transforma.

También dice el WEF que además se provoca un sesgo de género prevaleciente que está introduciendo una mayor ineficiencia y desigualdad”. Es un tema que hemos denunciado los autores en más de una ocasión. Sus consecuencias son no sólo éticas sino económicas, porque terminan perjudicando a las propias empresas al no tomarse en serio la política de igualdad de hombres y mujeres en cuanto a salarios percibidos y responsabilidades asumidas. Está probado que se pierde productividad y rentabilidad por no incorporar a más mujeres en los puestos de alta dirección.

Cuando el WEF sostiene que debemos repensar la forma en que el talento se desarrolla y despliega en el mundo. Esto requerirá romper viejos silos entre sistemas educativos y mercados laborales, enfoques de regulación más ágiles, nuevas formas de colaboración público-privada y nuevas normas y valores”. Nos preguntamos, en primer lugar, qué se entiende por talento, o mejor dicho ¿qué es lo que el WEF entiende por talento?

Partiendo de la base de que la definición de talento es la que compartimos, desde todos los foros, las habilidades de las personas no son las que tienen por nacimiento, ya que es el talento con el que nacen es el que facilita que sea un ingeniero o un bailarín de danza clásica. Las habilidades en las que se capacita, forma y entrena a lo largo de su maduración profesional, es la que más se aproxima a ese talento al que estamos compartiendo como definición por parte de los expertos.

Y este es el que más se está y estará viendo afectado en los próximos dos o tres años, si no se hace un giro drástico en los sistemas educativos y en las metodologías utilizadas para la capacitación personal. Esto implica a empresas, gobiernos, y desde ya, a una necesaria reactualización del concepto de liderazgo efectivo, que como hemos venido sosteniendo en los últimos años, además de ser tremendamente humanista, debe exigir que la tecnología y la acción humana se acompañen de manera sistemática. La finalidad sera que la brecha tecnológica no deje más desempleados en la exclusión; sino que les permita la transición hacia otros sectores de actividad económica.

Esta transformación horizontal que requieren las economías modernas, exige una formación y capacitación acorde con las demandas del mercado. Todo ello implica un ajuste permanente de cuentas entre medidas políticas para implementar los estudios secundarios, terciarios y cuaternarios; así como la transformación de los modelos educativos adecuados a este umbral que decimos estamos atravesando ya.

Además es imparable. No puede tenerse de pie sólo con programas formales pendientes de créditos y componentes curriculares que quedan vetustos por la inoperatividad de los mismos. Fuera de la realidad no están explicando, ni formando para deducir cuáles son, ni cómo se comportan, las variables actuales de los mercados y de entornos económicos, sociales, climáticos y políticos cada vez más hostiles.

Si la iniciativa del Sistema del Foro Económico Mundial se ha establecido para forjar el futuro de la educación, el género y el trabajo, también es lógico que esté en condiciones de garantizar que el talento se desarrolle y se despliegue para el máximo beneficio de la economía y la sociedad. Esto lo dice literalmente el WEF, pero la cuestión es cómo se logra.

Dan una solución que compartimos, porque al menos persigue como fin la movilización de líderes de empresas, gobiernos, la sociedad civil y otros a través de nuevas perspectivas, agendas comunes y acciones de colaboración. Ya sabemos lo que significa la construcción de puntos de encuentro mundiales, caso del cambio climático de París, que más bien fue un desencuentro entre las potencias. Pero sin duda, hay que abordar la necesidad de un mejor conocimiento, previsiones y métricas mediante la difusión de análisis y perspectivas.

Preparándose para el futuro del trabajo

A medida que la tecnología se desarrolla a un ritmo acelerado, las máquinas y las habilidades cognitivas y las tareas que antes se pensaban que estaban reservadas a los humanos se están convirtiendo cada vez más en una preocupación creciente por el impacto en los empleos y los riesgos subsiguientes para el gobierno, las empresas y las personas.

La globalización, la demografía, el cambio climático y las transformaciones geopolíticas ya están teniendo un impacto significativo en el panorama laboral.

¿Estamos frente a una nueva ventana de oportunidad cuando casi se está cruzando el umbral del llamado horizonte 2020? Todo depende de cuál es la forma tanto de organizaciones como de gobiernos, esta transición que hace que el futuro esté cada día más cerca y que casi no se pueda descifrar con mucha frecuencia los cambios que son en sí mismo parte de este mañana. A su vez, lo más tremendo, es la aceleración exponencial a la que estos cambios se producen.

El Proyecto ‘Preparing for the Future of Work’ busca brindar claridad a un debate a menudo polarizado y mal informado sobre el futuro del trabajo a través de la difusión de conocimientos accesibles, equilibrados y específicos del sector.

Esto requiere programas educativos y training específicos para gestionar un cambio que como bien señala el informe se puede convertir en dramático.

Esto nos obliga a comprender cuáles son los futuros escenarios. No sólo definirlos, sino ver cómo se integran en cuanto a los recursos disponibles entre nueva fuerza laboral. También hay nuevos estilos de liderazgo convergiendo junto a la reestructuración organizacional desde el ángulo de la digitalización y el impacto de la transformación digital en todos los procedimientos y especialmente, en la forma en que se toman las decisiones.

Hacia una revolución revitalizadora

Surgen vías de solución como:

– Propuesta de vías de recuperación para el capital humano en industrias y trabajos interrumpidos para migrar a empleos o industrias en crecimiento.

– Colaboración con una amplia gama de proveedores de datos, para ofrecer una visión realista y específica de las oportunidades de calificación y mejora de calificaciones.

Las hojas de ruta incluyen:

Perfiles de la industria y los países derivados del informe de futuro de empleos.

Mapas de vías viables de transición de empleos por parte de la industria.

– Una revisión de las mejores prácticas para la recuperación de personal y el desplazamiento responsable de trabajadores.

Recomendaciones para la transición a un nuevo mundo laboral.

Cerrando la brecha de habilidades

El término en inglés es Closing the Skills Gap, que tiene la pretensión, no poco ambiciosa, de que los los sistemas de educación y capacitación sigan el ritmo de las nuevas demandas de los mercados laborales. Se enfrentan continuamente a la interrupción tecnológica, al cambio demográfico, los cambios en los modelos de negocios y la naturaleza cambiante del trabajo.

Esta transformación debe abarcar tanto el corto plazo, el 35% de las habilidades demandadas para empleos en todas las industrias cambiará para el 2020, como las necesidades a largo plazo de manera urgente; pero sostenible.

Compromisos empresariales globales

Con la habilidad, la preparación de habilidades y la mejora de la capacitación, se han convertido en un claro movimiento sin arrepentimiento para abordar el flujo en los mercados laborales. Hay un movimiento rápido de empresas multinacionales hacia tales esfuerzos para sus empleados, comunidades y una audiencia más amplia. Gestionado estratégicamente, puede ser impactante y beneficioso, tanto para las empresas como para los trabajadores. Como primer paso, el Foro está consolidando los compromisos comerciales globales con el objetivo de llegar a 10 millones de personas para enero de 2020.

Para muestra basta un botón

Alanna Cotton, vicepresidente senior y gerente general de Samsung, cree que pronto estaremos trabajando desde cualquier lugar. De hecho, visualiza un mundo en el que la realidad virtual y aumentada, la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas y la 5G pronto nos brindarán una libertad inimaginable, incluso facultando a los médicos para que puedan realizar cirugías remotas desde lejos. Por ahora, sin embargo; ve que la tecnología móvil nos ayuda de una manera más inmediata, como hacer nuestros vuelos a tiempo.

Este artículo continuará desarrollando estas ideas en una segunda entrega. Siga leyendo…

 

Artículo coordinado por Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education); y José Luis Zunni, director de ecofin.es y vicepresidente de Foro ECOFIN.

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