Con la pandemia hemos sido testigos de cómo el confinamiento global ha venido a cuestionar nuestra superioridad como especie viva en este planeta Tierra y hemos visto cómo un virus de laboratorio, que ni siquiera vemos, ha puesto en solfa nuestra supervivencia haciéndonos consciente de nuestra vulnerabilidad.
Ante semejante situación no todo el mundo se ha adaptado igual de bien. Esta falta de adaptación está generando un problema de salud mental o por lo menos así se divulga a través de los medios de comunicación. Ahora bien, ¿alguien ha valorado que en lugar de un problema de salud mental se trate más bien de una cuestión de salud emocional?
Si realmente cuestionáramos la situación como un problema de salud emocional de repente nos sentimos aliviados y nos decimos: “¡Bueno, si es de las emociones esto es otra cosa! Al fin y al cabo, mis emociones yo las puedo controlar. Me hago un par de meditaciones, me voy al gimnasio, correré hasta la extenuación, me tomo una copa, me fumo un cigarrito/puro, me tiro al sofá en modo cerebro plano o, simplemente, me las guardo, aprieto los dientes y tiro hacia delante”.
Si reflexionamos sobre nuestro método para controlar nuestras emociones, quizás y solo quizás, podríamos concluir que hemos adoptado técnicas que nos han enseñado otros que, a su vez, han aprendido de otros pero que, en realidad, no sabemos cómo intervienen en nuestro organismo para generar estados emocionales de bienestar.
Es decir, nos creemos que esas técnicas son la panacea aun cuando en muchos casos no sean tan resolutivas como querríamos que fueran. Y, dado que nos cuentan que a otros les funcionan, caemos en lo que se denomina un “optimismo cruel”.
El optimismo cruel se basa en el mito de que si nos esforzamos más todo irá mejor y, como no es verdad, cada vez que te esfuerzas y no avanzas crees que es por tu culpa, lo que te lleva a esforzarte aún más. El problema es que te centras cruelmente en pensar que tú no lo haces bien o suficientemente bien en lugar de cuestionar que tal vez la técnica a ti no te funcione, sea insuficiente o que necesitas poder medir si la aplicas correctamente.
Siendo todo parcialmente cierto, lo importante es encontrar un punto en el que a cada uno de nosotros nos permita aprender a cuestionar cómo damos los pasos para incrementar consciente y progresivamente nuestros estados de bienestar físico, emocional y mental.
Hasta ahora, todo lo que nos han enseñado era especulativo aun cuando la enseñanza fuera a través de la práctica. En estos momentos, salimos de la fe ciega en lo que nos cuentan para adentrarnos en lo que sucede en nuestros organismos.
Los seres vivos, y nosotros como humanos, somos un sistema de sistemas que interaccionan entre sí y fruto de esa interacción surge un resultado, la calidad de nuestra vida.
Como seres humanos nuestros sistemas internos: el cardiaco, el respiratorio, es nervioso, el digestivo, el urinario, el reproductor, el locomotor, el endocrino y otros intervienen de forma integrativa para generar la fuerza vital que disfrutamos a lo largo de nuestra existencia.
Lo que marca el paso para que estos sistemas funcionen como un todo es el latido del corazón y no la capacidad para poner la mente en atención plena. La ventaja de aprender a gestionar el latido de nuestro corazón es que logramos poner la mente en atención plena.
¿Y cómo lo aprendemos? Sencillamente con sistemas de biofeedback dinámicos que midan el latido del corazón y calculen parámetros mientras estamos realizando determinadas tareas con el fin de que podamos aprender ad hoc a controlar el pulso y su impacto sobre el resto de los sistemas orgánicos.
El mayor impacto del latido del corazón se produce sobre el cerebro y es ahí donde este latido influye en el funcionamiento de nuestra mente que según se active o se inhiba generará una respuesta motora que al llegar al cuerpo producirá mayor o menor bienestar.
La tensión muscular, la sexualidad, la inmunidad, el metabolismo, el descanso, las capacidades cognitivas, la afectividad cuando están en situación de estrés se ven mermadas y cuando están armonizadas funcionan como un todo flexible, inteligente, amable, atento, alegre y sereno.
Luego la salud mental depende de la salud emocional y la salud emocional del latir del corazón.
En un estudio cardiológico completo no se puede saber el impacto del latido del corazón sobre nuestro rendimiento. Para ello es imprescindible aprender a generar un equilibrio interior sistémicamente en el que el latido marque un paso ultra productivo para el cerebro y que éste genere una respuesta motora que se traslade a través de los nervios a todo el cuerpo.
El cerebro tiene un papel importante, nadie lo niega, es el centro de procesamiento de la información que llega de todo el cuerpo no solo del corazón, pero será el latido el que marca el paso porque al tiempo que toda la información llega al cerebro, pasa por la sangre y la sangre que llega al cerebro sale del corazón.
En un estudio que se hizo observando el proceso embrionario de un pollo, los científicos se dieron cuenta que antes de que se formaran los tejidos del cuerpo del pollo la vida ya latía a pesar de que el corazón no se había formado todavía.
Este latido se debía a un principio de dinámica de fluidos que movía e impulsaba el desarrollo del organismo. También descubrieron que el primer órgano en crearse es el corazón y que tenía su lógica. A medida que la dinámica de fluidos fuera insuficiente para asegurar el desarrollo, se necesita que hubiera un mecanismo que reforzara y sostuviera la dinámica de los fluidos hasta completarse un organismo vivo integrado e independiente.
En los humanos es igual con la diferencia de que estamos sujetos al latir del corazón de nuestra madre hasta que nos cortan el cordón umbilical. He aquí la necesidad de que la madre esté segura emocionalmente durante el embarazo para que el bebé se desarrolle y llegue a buen término.
Una vez que nacemos, nuestra mente está en blanco y es cuando nuestro corazón comienza a latir con fuerza dependiendo de la primera bocanada de aire que entra en nuestros pulmones. La respiración activa el corazón.
Así que para que nuestra mente sea brillante necesitamos respirar de una forma concreta que haga que el corazón, envíe latidos coherentes al cerebro para que éste integre la información que le llega del resto del organismo y genere la respuesta fisiológica más saludable posible, la respuesta emocional más adecuada y la respuesta mental más inteligente.
Cuando esto sucede somos ultra productivos, ultra efectivos y ultra humanos.
Es una cuestión emocional antes que una cuestión mental
Si quieres mejorar tu salud mental, vamos a impartir un taller en el que te enseñaremos cómo aprender a dinamizar con coherencia el latido de tu corazón para que tu inteligencia emocional suponga un antes y un después en tu satisfacción personal, en la mejora de tus relaciones y en tus resultados en términos de productividad, efectividad, eficiencia y rendimiento.
No se trata de aprender a respirar porque cuando tu cuerpo no vibra en su nivel óptimo, el latido que llega al cerebro hace que en tu mente se active, entre otros, un programa de respiración errática. Al producirse este patrón se afecta al corazón que comienza a alterar su ritmo lo que se traduce, cuando llega al cerebro, en estrés y ello refuerza la respuesta en un ciclo vicioso que hace que conductualmente nos comportemos defensivamente, luchando, huyendo, procrastinando o bloqueándonos víctimas del pánico.
La observación de estas conductas, la caída del rendimiento, la desmotivación y el sentir de frustración, impotencia, cansancio, depresión, ansiedad… es lo que denominamos un problema de Salud Mental.
Y a veces, acaba generando un serio problema que afecta a nuestra salud mental pero antes de llegar a ello trabajemos con la base: la Inteligencia del Corazón generadora de Resiliencia Emocional.
Por todo ello, este Workshop se titula:
RESILIENCIA EMOCIONAL para asegurar tu SALUD MENTAL
Consta de varios elementos:
- Un seminario presencial de 8 horas de duración, eminentemente práctico y con algunas pinceladas teóricas.
Cada asistente experimentará con su cuerpo el impacto de las técnicas y podrá medir durante el aprendizaje cómo cambian sus parámetros cardíacos a medida que progresa y logra el control de sus emociones y una mejora en su rendimiento mental.
Al mismo tiempo podrá tomar conciencia de cómo sus estados emocionales impactan sobre los demás anulando o reforzando sus capacidades, es decir, si son fuente de estrés y bloqueo para su entorno o fuente de capacitación y desarrollo para sus equipos.
- Al finalizar el workshop, los asistentes se llevarán un dispositivo de bio feedback dinámico y el método para que practiquen de manera individual y puedan medir su propio progreso.
- Durante tres meses cada participante podrá, si lo desea, recibir un proceso de seguimiento en diferido por parte de uno de los formadores, para evaluar conjuntamente la calidad de su progreso y recibir pautas para consolidarlo.
- Cada quince días, las personas que hayan requerido el seguimiento serán convocadas a una videoconferencia para resolver dudas y compartir los avances con el grupo.
- Acceso a una aplicación web para chequear si existen patrones mentales y emocionales que limitan su resiliencia emocional y su liderazgo interior y, en su caso, reprogramar la mente con patrones eficaces y eficientes que refuercen el desarrollo de estas competencias.
- Una vez finalizado este programa, se abrirá una nueva fase de aprendizaje en la que los asistentes que hayan alcanzado un nivel óptimo de resiliencia emocional opten a la posibilidad de iniciar un proceso de biohacking de su cerebro para que, junto a la mejora experimentada en resiliencia emocional, logren un mayor nivel de resiliencia mental y sistémica.
Para este primer nivel de desarrollo, se van a constituir dos grupos de un máximo de 18 personas cada uno, que tendrán lugar en mayo y en junio. Las fechas están por determinar y el lugar será en Madrid.
En cada grupo se conformarán 3 equipos de 6 asistentes cada uno para facilitar el aspecto práctico del aprendizaje, por lo que una vez se haya constituido el primero, comunicaremos en un plazo no mayor a una semana, la fecha y lugar de celebración del evento.
En cuanto al coste de la matrícula es de 1.350€ más IVA.
Las personas que reserven las primeras 9 plazas recibirán un descuento del 15% en el importe de la matrícula.
Si quieres reservar una de las plazas disponibles o tienes alguna pregunta que quieras que respondamos, por favor, indica el día y la hora que más te convenga para que el equipo de Atención al Cliente de ECOFIN se ponga en contacto contigo. El horario disponible lo encontrarás siguiendo este enlace: http://atencionclienteecofin.youcanbook.me/
El Workshop tendrá como ponentes a Cristina Osende, presidenta de la Comisión de Talento y Alto Rendimiento del IEEL, y José Luis Zunni, presidente y CEO del IEEL, autores de este artículo presentación del evento “RESILIENCIA EMOCIONAL para asegurar tu SALUD MENTAL”.