Del Management al Growth Management

El profesor Ignacio Bernabé es un visionario y, también, un investigador que dedica una gran parte de su tiempo a estudiar, analizar y concluir desde distintos enfoques en los patrones naturales de comportamiento del ser humano en el seno de las organizaciones. Paradigmas inconscientes de actitud y acción individual y colectiva que, como él mismo dice, trae a la conciencia social metodologías prácticas para la dirección y el desarrollo de empresas.

Ignacio Bernabé

Ignacio Bernabé.

Bernabé es un autor prolífico: dos disciplinas, seis modelos de desarrollo, ocho modelos y herramientas de diagnóstico, así como los diversos conceptos de interés creados a favor de la comunidad empresarial.

Sus investigaciones hacia finales de la década de los 90, rompieron los moldes sobre el concepto de talento que entonces se venía desarrollando a nivel internacional por diversos expertos: “Dejemos de decir que el talento es lo que no es”, manifestaba por aquel entonces. “El talento no nos garantiza el éxito pues es sólo una capacidad que no sirve de nada si no la ponemos en valor, cuando lo hacemos le llamamos competencia que en realidad es lo que genera resultados extraordinarios”.

Su visión no sólo cambió el concepto de talento, sino también el modo de gestionarlo y desarrollarlo: “Ahora lo que tenemos que hacer es aprender a transformar el talento individual en alta competencia organizacional”, afirmaba el profesor en foros y congresos, mientras diseñaba metodologías para hacer posible esa alquimia.

Desde esa base científica y empírica, y con el marco del Capital-Humanismo como telón de fondo, Bernabé explica que “la transformación sólo será posible desde una nueva visión, con nuevos modelos, herramientas y técnicas convertidos en el obligado criterio que sólo la experiencia, el estudio y la investigación pueden aportar, y con la pasión necesaria para que este se inicie con fuerza y sea sostenible en el tiempo, pese a las circunstancias”.

Crecer, caminar y amar, se erigen como elementos claves de esa nueva mirada capital-humanista, transgresora, valiente y retadora, que incita, sin tapujos, a desechar la visión tradicional de la empresa mantenida desde el siglo XVI y potenciada más tarde como mero instrumento capitalista hasta nuestros días.

Liderazgo, talento y equipo, son los pilares sobre los que habrá que construir, haciendo uso de esos nuevos paradigmas y útiles de uso directivo, pues “sólo los líderes apasionados, pueden aflorar y poner en valor el talento de sus equipos, al servicio de toda una organización”.

Y compromiso, competencia y felicidad se postulan como los factores desencadenantes y sostenedores de esa pasión contagiosa y transformadora.

Una vez el cambio se ha producido, las organizaciones deberán seguir en permanente adaptación a ese “entorno oceánico, impensable tan sólo hace unos años”, en el que las empresas inevitablemente deben competir, pues “el dinamismo es lo único que seguirá inalterable”.

Su interés en este sentido, le lleva a pensar desde un paradigma psicobiológico, introduciendo como innovación a primeros de los 2000, una visión psicofísica de las empresas como entes con cuerpo y mente, a partir de la cual define el perfil de las organizaciones, las comprende mejor, las explica mejor y las gestiona mejor en esa dinámica de cambio en la que estamos envueltos: “Debemos conocer la relación entre ambos elementos porque la influencia de lo psíquico en lo somático, no sólo se da en las personas; sino también en las organizaciones, y ello afecta a su capacidad de adaptación al cambio y por tanto a su supervivencia”.

Para el profesor Bernabé, las organizaciones son auténticos seres vivos. Inspirándose en el concepto de Bruce Lipton, afirma: “Si la célula es el ser viviente, y la persona un conjunto de células que se relacionan intercambiando materia y energía; las organizaciones son seres vivos pues sin lugar a dudas son un conjunto de personas que cuanto menos intercambian energía entre sí”. Y esta energía se da en forma de pensamientos, que son “las diferentes interpretaciones que cada cual hace de la realidad y que terminan por determinar el modo en el que las organizaciones crecen a partir del cambio que estos, cuando se producen desde la libertad y con la profundidad suficiente, producen en las personas”.

Sus trabajos, estudios e investigaciones en el ámbito de esta nueva área de estudio ofrecen una visión innovadora para el entendimiento de las empresas, y para su eficaz dirección y desarrollo.

Este paradigma psicobiológico le ha permitido crear la Psicomotricidad Organizacional, como una nueva disciplina que estudia el movimiento inteligente del ser humano aplicado al mundo de la empresa, pues como afirma: “En un entorno oceánico, lo inteligente es aprovechar eficazmente la energía en lugar de luchar contra ella”.

Esta idea se convirtió hace más de una década en su principal motivación para desarrollar esta nueva ciencia que ha ido evolucionando de su propia mano a partir de una pregunta clave que antaño se formulase: ¿para evolucionar en un entorno oceánico, qué capacidades necesitan desarrollar las organizaciones?

El reto estaba servido. Había que ser capaces de identificarlas y desarrollarlas. Y para ello, en el marco de su paradigma psicofísico, se inspiró en la Psicomotricidad, cuyo origen se dio a conocer en 1920 en un Congreso en París por el doctor Ernest Dupreé, quien la aplicaba con un enfoque terapéutico.

¿Quién le iba a decir a Dupreé que 85 años después, alguien se inspiraría en su ciencia para llevarla al Management en forma de disciplina? En 2005, el profesor Bernabé definió la Psicomotricidad Organizacional (PSMO) como la ciencia que estudia y aplica a las organizaciones los mismos principios de movimiento inteligente del cuerpo humano, con el objetivo de mejorar su capacidad dinámica. Con ello introdujo un nuevo concepto: el crecimiento armónico de las organizaciones, y nuevos enfoques para su gestión: corporal, cognitivo, social y afectivo.

La PSMO concibe a la organización como un todo, y se ocupa de la interacción que se da entre los distintos elementos que componen el cuerpo y la mente organizacional y su importancia para el desarrollo integral: su capacidad para expresarse, relacionarse y crecer adecuadamente en el entorno. Se abre así un nuevo campo para el desarrollo.

En este sentido, el Diagnóstico de la Capacidad Dinámica desarrollado por el profesor bajo el paradigma Psicobiológico Organizacional, permite identificar el perfil psicomotriz de un equipo u organización así como su nivel de capacidad dinámica, identificando a su vez sus capacidades físicas básicas y coordinativas. Capacidades que pueden entrenarse desde un ámbito preventivo, educativo o terapéutico, para desarrollar y conseguir mantener y crear nuevas ventajas competitivas. Sin duda, una aportación excepcional.

Gracias a los estudios de Bernabé en el campo del Management así como al trabajo previo realizado por Dupreé en otra área, la de la medicina, podemos advertir desde entonces que en las organizaciones no sólo es necesario el qué:  rápido, fuerte, flexible y resistente; sino también el cómo: equilibrado, coordinado, rítmico o diferente, variables que nunca antes habían sido siquiera imaginadas y medidas.

Como explica Bernabé: “Ahora por fin, en un entorno más dinámico y cambiante que nunca, podemos hablar de potenciar las capacidades físicas y psíquicas organizacionales que van a permitir a una organización mantener y crear nuevas fuentes de ventaja competitiva con cada cambio”.

La capacidad dinámica, expresa el grado de adecuación de la organización para moverse inteligentemente en el entorno. Y el movimiento inteligente “es la capacidad de moverse en un entorno cambiante de la mejor forma y con el mínimo coste; se trata entonces de entender y mejorar la capacidad de adaptación al cambio de las organizaciones, lo cual está directamente relacionado con su supervivencia, competitividad y proyección”.

De este modo las organizaciones podrán desarrollar sus capacidades psicomotrices, y así mejorar su capacidad dinámica; es decir, su capacidad de moverse inteligentemente en relación a ese entorno inquieto y en permanente cambio del que el profesor nos habla, pues es la base de la supervivencia y de la competitividad empresarial, un auténtico desafío para el siglo XXI.

Ignacio Bernabé es un pensador inquieto y un imprescindible del Management de ECOFIN.

Por Salvador Molina, presidente del Foro ECOFIN

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