Peter Drucker, habituarse a pensar

Por Salvador Molina, presidente del Foro ECOFIN.

 

Decidir, delegar y actuar es lo que más habitualmente hace un directivo en su día a día. Peter Ferdinand Drucker añadió un punto en ese listado que para algunos era obvio, pero que el día a día de las organizaciones pone de manifiesto que no es así: ¡pensar! Lo más relevante de las aportaciones de este profesional nacido austriaco y recriado en Estados Unidos ha sido precisamente impulsar a los responsables de las organizaciones a dedicar tiempo a la reflexión.

Entre sus primeras propuestas se encuentra que la autoridad y la responsabilidad han de ir siempre unidas. El segundo de los elementos hacía referencia a la necesidad de que las empresas actúen de modo socialmente satisfactorio. Drucker fue, también en esto un pionero, al señalar la relevancia indiscutible de que las empresas sean socialmente responsables. De no ser así, recordaba muy mediatizado por el momento en el que escribía, a nadie le debería sorprender que los gobiernos decidiesen entrar en el control de la economía.

Influenciado por el pensamiento de Rathenau, Drucker propuso que los empresarios tenían obligación de implicarse más con los asalariados, contribuyendo a sacarles del desempleo cuando éste se extendiese.

Con una mentalidad muy proactiva, animó a ocuparse de lo que la gente podía hacer y lograr, más que –obsesión de los sindicatos- en lo que los empleados no tenían obligación de hacer según los convenios. Contribuyó a poner a los clientes en primer lugar, aunque en ocasiones las solicitudes de estos no fueran particularmente racionales. Como sucede con frecuencia, los académicos no contemplaron de manera amistosa las propuestas revolucionarios de Drucker, y se vio obligado a abandonar la American Political Science Association. Todo, ¡por apoyar la relevancia de las personas!

Drucker ha insistido en la relevancia de la adaptación a las diversas circunstancias. Es más, la mentalidad correcta de un directivo debería ser siempre anticiparse a los tiempos, tratando de preparar el futuro no limitándose a ser un contemplativo de los sucesos. Observar la propia organización ya es algo para Drucker, pero más importante es analizar el entorno cambiante para buscarle oportunidades. A todo eso es a lo que denominó ‘Management by Objectives and Self Control’.

Definió así lo que un dirigente debe hacer:

1.- Establecer objetivos

2.- Organizar

3.- Motivar

4.- Medir

5.- Comunicar multi direccionalmente, no sólo de arriba hacia abajo.

Hay que leer a Drucker para conocer las raíces del significado de palabras que leemos y escribimos a diario, como ‘sociedad del conocimiento’, ’emprendimiento’, ’empleado’, ‘privatización’, ‘gestión por objetivos’…

Algunos libros a releer podrían ser: ‘La dirección por objetivos’, ‘El ejecutivo eficaz’, ‘El concepto de Corporación’, ‘La Era de la Discontinuidad’, ‘Innovación y Emprendimiento’ o ‘Gestionar en tiempos turbulentos’. No obstante, para quien no haya leído a tan generoso autor, lo mejor será leer los 26 capítulos de su última obra recopilatoria de su pensamiento: ‘The essential Drucker’ (2001). Es el resumen esencial de 40 años de pensamiento y bibliografía (1959-1999).

Drucker también realizó interesantes aportaciones al mundo del marketing, resumiéndolo en la necesidad de un empresario de atraer clientes y lograr que abonen lo que compran.

Desde que naciera en Viena en 1909, mucho es el camino que recorrió Peter Drucker hasta convertirse para muchas personas, años antes de su muerte, en un referente mundial del Management.

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