Antonio Alonso: “Es inadmisible que estemos a la cola de Europa en formación”

La Asociación Española de Escuelas de Negocio (AEEN) celebrará el próximo jueves 30 de junio su II Congreso Nacional. Se trata de un encuentro dirigido a directivos y gerentes de Escuelas de Negocios.

En vísperas del encuentro, ECOFIN entrevista a su presidente, Antonio Alonso.

Después del éxito de la primera edición, ¿qué se espera en 2016?

Los resultados del primer congreso nos ha animado a celebrar un segundo encuentro con profesionales del sector, porque estamos en un momento crucial sobre el futuro de la formación de postgrado en España.

Como presidente de AEEN, ¿cómo ve la formación de postgrado en España?

Hay factores como los costes que a menudo están ocultos, pero que existen. Esta situación muestra dos facetas: la interior, en cuanto a los ajustes de estructuras societarias, fusiones, compras, así como la adecuación de programas a las realidades del mercado y necesidades de aprendizaje; y la exterior, que es la que nos condiciona, ya sea por la feroz competencia por los alumnos o porque parece que en la formación de postgrado no terminamos de salir de la crisis. Tampoco hay que olvidar las consecuencias que emanan del poder político en su lógica capacidad regulatoria.

De hecho, ¿existe un conflicto abierto sobre la fórmula de retribución a los formadores?

En este último punto tenemos un problema muy serio. Se quiere considerar que los profesores son empleados profesionales que deben estar en plantilla y cotizar en el régimen general de la Seguridad Social. Esta situación desvirtuaría totalmente la capacidad económica ya resentida por la crisis porque se sumarían costes no inferiores a un 30% que con los márgenes actuales de beneficio debido a la competencia, forzaría la expulsión de más de una escuela del mercado. Pero fíjese, ha tenido que ser el Banco de España en un informe reciente sobre la formación de los empresarios y trabajadores en general, quien nos demuestre la gran contradicción en la que se encuentra España: somos la cuarta economía de la UE, pero en materia de formación de directivos estamos a la cola de Europa, sólo por delante de Grecia. Esto es inadmisible y pasa factura a nivel macro en la competitividad como país.

Antonio Alonso ok

Usted postula la necesidad de hacer más sólida, solvente e importante la identidad y estructura corporativa de las escuelas de negocio a través de la AEEN. ¿Puede explicar cómo?

Las sociedades evolucionan y se adaptan de manera natural a los cambios que nos toca vivir. Siempre la legislación va por detrás de la realidad, porque hay que regular todos aquellos aspectos que son nuevos o que no se habían dado en el pasado. Por ejemplo, el derecho aeronáutico surge a partir del desarrollo de la aviación civil y no antes, porque lo único que existía al respecto era el derecho marítimo.

Lo que el estado español pretende con esta medida que no compartimos, lo nos exige al sector, y por ende a la AEEN, es que nos plantemos de manera sólida y contundente para hacer valer nuestros derechos, al mismo tiempo que hacer comprender a la clase política la importancia que las escuelas de negocio tienen en la economía de un país.

Sólo a título de ejemplo, imaginemos lo que representa este sector en el PIB de la Comunidad Autónoma de Madrid. No se cuenta con esta información, pero en otros países como Reino Unidos sí se tiene. Este impacto es muy relevante porque la formación de postgrado no sólo beneficia al candidato sino a la empresa en la que trabaja. La eficacia de la persona contratada forma parte de una eficiencia acumulada en esta empresa y a nivel macro, en todo el tejido empresarial. Cuánto más formados estén los directivos, profesionales y empresarios, más fuerza de conversión en riqueza tendrán sus respectivas contribuciones.

¿Cree que a la larga salida de la crisis se le suma algún otro factor que pueda estar comprometiendo la salud del sector?

De la misma manera que la transformación digital está afectando a todo el tejido empresarial, las escuelas de negocio también tienen que tener en cuenta este profundo y acelerado cambio. Sólo con capacidad de anticipación podremos mantener garantizado un nivel razonable de gestión en beneficio no sólo de nuestro sector, sino de toda la economía.

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