De base, una brecha nos informa sobre una rotura y la creación de un espacio consecuente que suele derivar en quebranto para una de las partes. En el mundo físico nos sobran ejemplos cotidianos de brecha que asumimos como «normales»; sin embargo, cuando la brecha se diseña sobre variables como el conocimiento y las personas, ¿cómo se percibe y se gestiona?
¿Y qué sucede cuando ese entorno relacional se sustenta sobre herramientas tecnológicas que son acusadas de ser las responsables de la misma? ¿Nos encontramos, de nuevo, en un escenario #techmotions? Poca duda cabe que volvemos a hablar de personas, emociones y entornos tecnológicos y digitales.
Comentar en previo que la masificación actual de conceptos innovadores que nosotros mismos provocamos y después sufrimos, conduce a dos escenarios contraproducentes.
Primero, que al normalizarse el hablar mucho de ellos en muy poco tiempo y de forma tan voraz, se relativiza y etiqueta el escenario con objeto de poder manejarlo rápido y de forma muy superficial.
Y segundo, que la pérdida de consciencia sobre su esencia nuclear debido a esa relativización y velocidad de tratamiento genere, curiosamente, un retraso importante en el tiempo de desarrollo e implementación del nuevo escenario por problemas de comprensión.
Transformación digital
Uno de los conceptos que tampoco ha podido escapar a ello es la transformación digital, donde cada persona interpelada sobre ella ofrecerá una explicación diferente y al aparecer en la ecuación la palabra digital, se enfocará a potenciar herramientas y entornos digitales.
Sin embargo, si apelamos a la simplicidad -que no sencillez- del concepto podemos postular sin mucho riesgo de equivocar el punto de vista, que la transformación digital nace, en esencia, desde la conciencia de acción entre las personas y los procesos, con la tecnología y los entornos digitales como herramientas.
Y esa especificidad relacional nos sumerge en la tan manida brecha digital, que a su vez se ha convertido en otro concepto relativizado y enquistado en lugar de comportarse como necesitamos, un sistema de alerta sobre el posicionamiento del profesional y la empresa respecto del ecosistema digital y de cómo su adaptación al medio redunda en rendimiento y productividad para su estructura organizacional.
¿Y por qué es tan problemática esta brecha digital?
En genérico, las brechas son resultado de la interacción de dos medios cuya consecuencia es una nueva situación de quebranto para una de las dos. En el caso que nos ocupa, la brecha digital no genera un espacio físico sino un espacio competencial, ya que los factores que la provocan son cognitivos y temporales.
Por una parte, la falta de conocimiento ante una innovación nos deja frente a dos opciones: formarse o desistir.
Y, por otra parte, que la urgencia funcional de las empresas y sus estrategias de competitividad, condicionan los tiempos en contra del desarrollo mismo de las empresas.
Uno de los ejemplos que mejor grafía la brecha es el de un profesional recién incorporado a una empresa que, por necesidad, se le convoca a aprender el funcionamiento y manejo de una herramienta digital, como por ejemplo, un CRM.
Formación y capacitación
Por regla general, la formación se reduce a unas horas en compañía de alguien que conozca la herramienta y que, manejándola delante de él, dará por entendido, no solo que entenderá todo lo que le ha explicado sino que habrá aprendido todo lo ejecutado.
Quienes llevamos décadas dedicadas a la capacitación ejecutiva sabemos que no existe peor forma de enseñar que hacer tú mismo lo que otro necesita aprender ya que esta procedimiento se salta todos los cánones de la formación.
Con esta acción estamos generando una brecha, donde el recién llegado sigue sin saber de qué va el CRM, consecuencia de ello ha añadido la ansiedad a su mochila de recién llegado y sabe que tendrá que «molestar» muchas veces a quienes lo saben manejar para cumplir él con su tarea, mientras está interrumpiendo y desestabilizando las tareas de los demás.
¿Percibimos, de nuevo, el grado de #techmotions en que nos manejamos?
En este momento, acaba de nacer una brecha relacionada con entornos digitales cuya naturaleza es competencial, ya que dicho profesional acaba de bajar unos peldaños profesionales al no ser capaz de manejar una herramienta digital irrenunciable para su día a día ya que está directamente relacionada con su rendimiento y productividad.
¿Y qué sucede cuando esta problemática se extrapola a cualquier persona física; es decir, cómo se gestiona cuando las aplicaciones van dirigidas a todos?
En verdad, la situación es la misma en la forma aunque diferente en el fondo, ya que la brecha sigue siendo cognitiva y de tiempo pero aquí el tema del acercamiento del conocimiento al usuario se complica ya que, por necesidad, debe ser a través de los mismos medios tecnológico-digitales sobre los que ese usuario en potencia tiene problemas, es decir, el aprendizaje será vía tutoriales y por práctica, escenarios que el inductor del cambio no puede controlar.
Recordemos que si en empresa, donde se tiene el control, se sigue generando brecha competencial, imaginemos en entornos sociales que abarcan prácticamente al total de la población, como puede ser una aplicación bancaria o una web de contratación de seguros.
No cabe duda que el ser humano reniega de cualquier modelo innovador que altere su intocable zona de confort aunque después, como ocurrió con los móviles, con las plataformas de streaming de ocio o con el juego online, ellos mismos sean defensores acérrimos de lo antes renegado, es decir, han sido capaces de romper la brecha digital.
Entonces, en estos casos, ¿cómo se venció la brecha? Pues por una vía muy simple y a la vez, terriblemente compleja: la activación de la voluntad propia.
Estamos hablando de problemas de conocimiento, – el aprender es voluntario y decisión exclusiva propia de cada uno -, y de problemas actitudinales de adaptación al medio, – no sé manejar mi aplicación de banca pero sí juego a la primitiva desde el móvil –
Y aunque parezca una verdad de Perogrullo, el querer hacer algo es la forma inequívoca de conseguirlo.
Si un empresario diseña una formación en CRM de 25 horas para sus nuevas contrataciones, está evitando conflictos posteriores y potenciando las competencias de sus profesionales lo que redunda, sin duda, en el desarrollo de su propia empresa.
Por igual y al dirigirnos a la sociedad en general, debemos apelar a las emociones (personas) y a la usabilidad (procesos) para conseguir un grado satisfactorio de penetración y acercarnos al grado buscado, si queremos romper la brecha digital.
Y aunque empresa y sociedad parezcan entornos diferentes, ambos dos están formados por personas y procesos y a la hora de prevenir o deshacer una brecha digital, me permito acercaros una serie de tips a modo de esquema de flujo, que nos permita gestionarnos mejor en dichos escenarios:
1.- CONCIENCIA
Es el principio de todo ya que si no tenemos conciencia sobre nuestras limitaciones y no somos capaces de aceptarlas y asumirlas, nos será muy difícil percibir nuestras necesidades y viviremos estancados en la mediocridad.
La conciencia es el alimento de la voluntad y, con ella, nuestra palanca de cambio. El primer impulso para vencer la resistencia al cambio que tanto nos atenaza es adquirir conciencia.
2.- COMPRENSIÓN
Más que un tip diferente, en realidad forma parte del pack del primero ya que cualquier proceso de detección y asunción pasa, irremisiblemente, por la comprensión de la situación.
Percibir el escenario que está generando la brecha para comprenderlo y ver qué tengo que cambiar en mí para adaptarme a ese flujo pasa por la comprensión de dónde estoy.
Y ojo con la diferencia entre entender y comprender porque hay personas que entienden un hecho, como que no se pueda cruzar un semáforo en rojo y sin embargo y al verlo como una norma, no comprenden que no hablamos de cumplirla sino de prevenir un quebranto de vida y por ello siguen cruzando en rojo siempre que pueden o quieren.
3.- CONOCIMIENTO
Por contra a lo que muchos piensan, el desconocimiento no es un hándicap sino una palanca de cambio.
Muchos lo llaman ignorancia, sin embargo, desde un punto aséptico y minimalista podemos aportar que el desconocimiento es no conocer algo mientras que la ignorancia podemos definirla como saber que existe ese conocimiento y no querer atenderlo.
Una cadena es tan débil como el más débil de sus eslabones, de ahí la importancia que todos estos tips, convertidos en eslabones de la cadena de superación de la brecha digital.
No cabe duda que el conocimiento es un eslabón esencial en esa cadena ya que, atendiendo a lo cognitivo como uno aspectos generadores de la brecha, se relaciona indefectiblemente con la rotura de la zona de confort y la resistencia al cambio.
No dudo que muchos habréis tenido la experiencia que con conocimiento, la resistencia deja de ser resistencia para ser cambio.
4.- CONFIANZA
Poco que comentar de la confianza como valor y sí mucho que decir de ella como adhesivo de las dos partes que forman la brecha.
Si empiezo a atesorar conocimiento estoy venciendo la resistencia cognitiva del proceso lo que me lleva a poder gestionar con mucha mayor diligencia y seguridad las tareas lo que afecta, sin duda, a los tiempos, aportando así una nueva visión sobre lo que, en su momento, fue una brecha digital.
Y en este sentido quiero hacer hincapié en que hablamos de autoconfianza, una de las premisas de la inteligencia emocional, que viene de serie en el ser humano y que tan olvidada está.
5.- COMPROMISO
Como otro de los valores esenciales del ser humano vinculado a las relaciones y el desarrollo personal y profesional.
Obvia comentar que una vez se ha vencido la brecha, uno debe comprometerse firmemente con el mantenimiento de los aspectos cognitivos y funcionales que nos permitirán ir cumpliendo con los tiempos.
Un hecho a destacar en el compromiso es que se relaciona íntimamente con la planificación, es decir, que si tenemos claras las tareas diseñadas sobre los tiempos que tenemos, seremos mucho más propensos a comprometernos, a sabiendas de que seremos capaces de acometerlas.
¿Alguien ve viable que pueda superarse una brecha digital si no existe una planificación previa sobre el aprendizaje y unos tiempos coherentes con los desarrollos que se necesitan?
6.- CONTINUIDAD
Con la maquinaria armada, es tiempo de mantenerla en las mejores condiciones para que siga en funcionamiento, siendo el análisis y los puntos de corrección, factores de mejora y proyección.
De ahí el valor de la continuidad, un proceso relacionado directamente con el tiempo y el conocimiento que se convierte en predictor y protector de nuevas brechas digitales ya que una de las características de los ecosistemas dinámicos y evolutivos es la aparición continua de nuevos procesos que pueden inducir a nuevas brechas.
Con ello se significa el valor de la capacitación continua en empresa y también hacemos referencia a la inquietud y curiosidad por aprender que todos, como seres humanos, deberíamos tener, y no para ser mejores que los demás, sino para ser mejores mañana que nuestra versión de hoy.
Y así podríamos seguir ya que cada uno de los tips citados se disgregan en partes a analizar y eso podéis hacerlo cada uno de vosotros.
Esquema de base
La idea de estas líneas es tener un esquema de base para construir un flujo que nos permita entender de forma simple, qué es la brecha digital y cómo podemos, con algo de atención e intención, acometerla.
Un hecho determinante de todo ello es que la transformación digital llegó para quedarse y que cualquier batalla que quiera iniciarse en contra de su desarrollo no va acabar nunca en guerra, ya que la intensidad y repercusión del ecosistema digital evoluciona hacia delante de forma inalterable.
Comprender por qué existe la brecha digital cuando todos deberíamos estar inmersos en el flujo de este ecosistema de desarrollo de personas y organizaciones, es básico para comprender nuestra posición y determinar cuál es nuestro posicionamiento.
Y como siempre, #techmotions, tecnología y emociones, procesos y personas, lo online y lo offline.
Porque, ¿a estas alturas, alguien duda que se necesitan dos partes opuestas y complementarias para un desarrollo consciente, equilibrado y coherente?
Seguiremos atentos a #techmotions.
Guillermo Llofriu Cañellas
Comunicación & Desarrollo Digital
Responsable de Comunicación y Marketing de la Confederación Empresarial Veterinaria Española – CEVE