Por Salvador Molina, presidente del Foro ECOFIN.
Enrique Sueiro aspira a ser un humanista de la comunicación del siglo XXI. Confiesa beber de la sabiduría de los clásicos, en general, y de dos figuras clave del management de nuestro tiempo: Peter Drucker en EE.UU. y Javier Fernández Aguado en Europa. Sueiro es el sucesor de Enrique Alcat como director ejecutivo del Programa Superior en Gestión Empresarial y Dirección de Comunicación del IE Business.
A partir de su investigación doctoral en comunicación médica, publicada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Dr. Sueiro trasplanta al mundo de las organizaciones conceptos y aplicaciones de las mejores prácticas médicas: desde la escucha como principio activo de terapia de comunicación para las patologías en las empresas hasta el concepto de “verdad soportable” a la hora de comunicar bien las malas noticias.
Peter Drucker aseguraba que el “el 60% de los problemas en la empresa son consecuencia de una mala comunicación”. Esta cita del considerado padre del management suscita reflexión y análisis práctico sobre la relevancia de la comunicación directiva.
Fruto de dos décadas de estudio y trabajo de campo como director de Comunicación y consultor en diversas organizaciones, Enrique Sueiro alumbra el modelo de gestión communicagement. Se trata de una suerte de fusión fértil de Communication y Management que el autor suele traducir como “diriges si comunicas”.
Esta síntesis, entonces no bautizada pero ya esbozada conceptualmente por Drucker, se enriquece de forma sustancial con el quinto de los siete hábitos de Covey. “Procure primero comprender y después ser comprendido” ayuda a discernir que comunicar empieza por escuchar. En este sentido, Enrique Sueiro abunda en el desarrollo de habilidades directivas que se fundamentan en cualidades entrañablemente humanas y que conducen a gestionar de manera adecuada las percepciones.
Algunos problemas de organizaciones emblemáticas hunden sus raíces en liderazgos con déficit de gestión de percepciones que, entre otras debilidades, carecen de la capacidad de asumir que, en comunicación, lo decisivo no es lo que uno dice, sino lo que el otro entiende. En el caso de la Alta Dirección, además, suele olvidarse que la percepción, coincida o no con la realidad, es la que determina la acción. De ahí la prioridad de la escucha.
Cuando escuchar se convierte en hábito, la comunicación directiva fortalece el liderazgo que aúna voluntades, detecta a tiempo los rumores –considerados tumores por el Dr. Sueiro– e inyecta ilusión para crecer juntos.
Este paradigma de comunicación directiva tiene efectos terapéuticos, al menos, en cuatro enfermedades de las empresas detectadas a partir de la obra ‘Patologías en las organizaciones’: miopía, sordera, esquizofrenia y depresión.
Frente a estos males, Enrique Sueiro desarrolla cuatro impactos positivos de la escucha directiva: previene, ahorra, anima y vende. Como efecto secundario, pero prioritario para organizaciones sostenibles, escuchar fideliza talento.
Lo primero es antes, así que escuchar bien permite hablar mejor. Tras el conocimiento viene la acción y su comunicación. En congruencia con este modelo, los mensajes han de ser pocos, claros, amables, a tiempo y creíbles. En sintonía con el modelo antropomórfico de management de Fernández Aguado, la proyección pública es creíble cuando se prioriza la comunicación interna. Por eso Enrique Sueiro considera que “las redes sociales son fecundas si las raíces personales son profundas”.