El sueño, el arma oculta de los que triunfan en la red

Anoche tuve un sueño… y un dulce despertar. Descubrí que la economía digital tiene un secreto oculto: el sueño. El placer onírico de la ensoñación no es sólo sueño reparador, almohada consejera, descanso del guerrero y fuente de inspiración descabellada. Además de todo eso y mucho más, el sueño se ha convertido en una fórmula secreta de reseteo del big data que acumulamos durante las horas de vigilia. Y en el secreto tiempo de las tinieblas nocturnas, la magia del sueño desfragmenta, compila, resetea, reinicia y resuelve los enigmas del ocaso para proponer un alba lleno de luz, visión, emoción, esperanza y soluciones nuevas.

La explicación tiene mucho de poesía; pero si no les gustan estas razones, tengo otras más científicas. Un neurólogo Jeffrey Ellenbogen, director del laboratorio del sueño del Hospital General de Massachusetts y profesor de la Harvard Medical School, asegura que las personas que duermen bien tienen un tercio más de posibilidades de conectar ideas no relacionadas en apariencia.

“Cuando aparece un gran sueño, atrápalo”, aconseja Larry Page, el mago de Google que tuvo su sueño una noche en la Universidad de Stanford en los años 90. Su visión se hizo realidad con el famoso algoritmo de Google (y sus 200 variables). Un sueño que puso en marcha la más grande empresa del mundo, la mayor de la economía digital y la mayor de la economía convencional.

Si los sueños se cumplen, la realidad se transforma. Durante las distintas fases del sueño, nuestro cerebro se resetea y se transforma en inteligencia disruptiva capaz de resolver los más complejos puzles con las más inverosímiles variables aleatorias que durante el día nos parecerían opciones disparatadas. Decía Arianna Huffington en su manifiesto “La revolución del sueño”, como la comprensión de la estructura de las moléculas y de la tabla periódica de elementos fueron el resultado de un sueño. Por ello, “durante el sueño las neuronas del cerebro se reorganizan, por lo que podemos encontrar soluciones donde antes solamente había obstáculos.”

La ilusión, el proyecto o los ideales son los sueños nocturnos que arrastramos a la vigilia; pero siempre detrás de cada gran hombre -empresario o poeta- existe ese placer de que anoche tuve un sueño, y esta mañana tengo la voluntad de hacerlo realidad.

La economía digital tiene mucho de friquismo tecnológico, pero siempre detrás de cada gran idea que triunfa existe un soñador que forjó una fórmula mágica acrisolada en un sueño real y nocturno.

No basta con soñar, pero no se puede correr como pollo sin cabeza si no existe detrás un magnífico sueño que edificar. Porque detrás de cada unicornio, hay un jinete que sueña.

Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN y consejero de Telemadrid

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