El Gobierno prevé crear la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial para “la minimización de riesgos significativos sobre la seguridad y salud de las personas, así como sobre sus derechos fundamentales, que puedan derivarse del uso de sistemas de inteligencia artificial”.
La Inteligencia Artificial es la mayor disrupción tecnológica a la que se enfrenta la Humanidad. Una disrupción que ya ha comenzado y que, en realidad, ya está entre nosotros. Desde ‘Alexa’ de Amazon hasta la cámara de fotos o el televisor, ya convivimos con centenares de dispositivos y plataformas equipados y alimentados con Inteligencia Artificial, concepto detrás del que, en realidad, ‘tan solo’ hay algoritmos.
Los algoritmos son programaciones informáticas que analizan en tiempo real inputs de información que reciben para responder conforme se hayan programado. Por lo general, detrás de un algoritmo ha habido una persona encargada de diseñarlo. Pero algunos algoritmos ya son capaces de mejorarse a sí mismos o de actuar ‘por su cuenta’, en un proceso conocido como Machine Learning.
Algoritmos peligrosos
El problema de los algoritmos, hayan sido diseñados íntegramente por un humano o cuenten con la capacidad de auto-mejorarse, es que pueden impactar de forma negativa en las personas. Se han dado casos de algoritmos con tendencias racistas y discriminatorias, y otros han demostrado su capacidad para ‘infoxicar’ a las personas bombardeándolas con fake news y contenidos de dudosa calidad informativa, creando una caja de resonancia en la que, a modo de bucle, el usuario únicamente recibe contenidos de un tema concreto y con un enfoque determinado.
Todo esto es lo que buscaría combatir el Gobierno de Pedro Sánchez con esta Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial. Un organismo independiente (aunque incrustada en la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos económicos y Transformación Digital) cuya creación se contempla en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2022.
¿Cuáles son sus objetivos?
La Agencia supervisará los proyectos que se desarrollen al amparo de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, una de las claves estratégicas del Gobierno en materia de transformación digital. Pero también se encargará de analizar los proyectos privados y los impulsados en la Unión Europea.
Por el momento se desconoce cualquier detalle sobre los objetivos de la Agencia, así como la forma en que supervisarán el impacto de la Inteligencia Artificial en la sociedad. Cabe destacar que no existe ninguna regulación específica sobre lo que puede o no hacer un algoritmo, más allá de las leyes actuales más elementales. Incluso eso está en entredicho si se tiene en cuenta que, al amparo de la libertad de expresión, una plataforma, gracias a un algoritmo, puede promocionar una noticia falsa, lo cual iría en contra de otro derecho constitucional: el de difundir y recibir información veraz.
Y resulta muy poco probable -e indeseable- que se vaya a imponer una especie de revisión previa de las capacidades y funcionalidades de cualquier algoritmo que se desarrolle o implemente en España.
Es necesario esperar hasta conocer todos los detalles de un movimiento que situaría a España en la vanguardia de la aplicación de la ética y el Derecho a la IA, pero que necesariamente debe ser complementado con el impulso al desarrollo de esta tecnología para no perder un tren que se antoja esencial para el futuro de cualquier industria y sector económico, e incluso para el propio funcionamiento de la sociedad a todos los niveles.
