En tiempos de incertidumbre conviene llevar bien sujeto el cinturón de la seguridad afectiva para prevenir posibles accidentes emocionales.
Pudiese parecer que hablar de felicidad, en los tiempos que corren, es demasiado pretencioso, utópico o incluso, superficial. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, hay mucho que se puede hacer para decidir la calidad de tus emociones, la calidad de tus pensamientos… la calidad de tu vida.
Podemos definir la felicidad, en palabras de Sonja Lyubomirsky (2009), como la experiencia de alegría, satisfacción o bienestar positivo, combinada con la sensación de que nuestra vida es buena, tiene sentido y vale la pena. Ser feliz no es algo banal o superficial, si no es la capacidad de otorgar sentido a nuestras vidas. Dado que somos parte ineludible de diferentes sistemas, en los que adquirimos diferentes roles y, por tanto, cada uno de ellos tiene un sentido para nosotros, no debemos olvidar el estudio y desarrollo de la Felicidad Organizacional, esto es, la capacidad de una organización para coordinar recursos y gestión, para hacer una oferta de valor para los trabajadores que balancee su salud financiera y el bienestar psicosocial del integrante.
Conscientemente o no, cada día, cuando nos despertamos, todo lo que decimos o aspiramos, debe estar relacionado con un profundo deseo de bienestar. Cada uno de nosotros tenemos una idea de la felicidad y creemos que si no podemos conseguir esto o aquello, o si no podemos cambiar tal o cual cosa, unido al fenómeno tan actual del deadline, no seremos felices. Hasta el punto que, en ocasiones, tenemos tal elevado nivel de expectativas, que seguimos buscando ahí fuera, atribuyendo nuestra infelicidad al tener o al hacer, y no al SER.
Este punto, se torna de vital importancia, cuando vivimos situaciones extraordinarias como la que estamos experimentando en estos momentos, como consecuencia de la pandemia global sanitaria y la post pandemia económica y social, aprovechar la oportunidad que tenemos para la reflexión y el crecimiento personal, que no debemos dejar escapar. Tenemos la oportunidad de aprender una gran lección de vida.
Desde hace ya meses, estamos expuestos a una gran cantidad de estímulos amenazantes, que atentan contra nuestra propia vida, salud, economía, libertad personal, familia, entre muchos otros. A esto se añade al bombardeo diario de noticias e información, no siempre veraz y contradictoria en muchas ocasiones, que nos llega a través de los medios de comunicación y redes, produciendo la sensación de alarma e inquietud, ante un mundo incierto, y desencadenando el fenómeno conocido como la ‘infoxicación’.
Somatizar el estrés
La reacción fisiológica de nuestro cerebro ante este tipo de situaciones está ampliamente estudiado y recogido por la Psiconeurología. Concretamente la fisiología del estrés explica el conjunto de reacciones del organismo, como respuesta a la amenaza.
La causa de la reacción de estrés se la debemos a un conjunto de estructuras cerebrales, situadas en la parte medial del lóbulo temporal, como la amígdala y el hipocampo, que son las encargadas de despertar el conjunto de reacciones en cadena, como la segregación de adrenalina y cortisol, que nos ayudan a responder ante ciertas amenazas, preparando nuestro organismo para recibir un extra de energía; pero que resultan eficaces cuando nos exponemos momentáneamente a esos estímulos. En ningún caso puede soportarse ese estado de forma permanente o durante periodos dilatados.

Ofelia Santiago, coach internacional y co-autora del Manual de Felicacia editado por Foro Ecofin.
Por otra parte, se encuentra una estructura, perteneciente al sector más evolucionado de nuestro cerebro, la corteza prefrontal, que tiene un papel regulador de la conducta y las emociones. A través de ella, los seres humanos analizamos cada uno de los eventos que acontecen, confiriéndonos la capacidad de comprender, tomar decisiones, planificar, seguir una serie de valores, normas, etc. Podría decirse que el córtex prefrontal, otorga al ser humano todas aquellas capacidades que lo hacen HUMANO.
Uno de los retos más importantes, dada la situación actual, es la de poner a trabajar a nuestra corteza prefrontal, para evitar que sea secuestrada por las intensas emociones, que, si bien tienen una función adaptativa, debemos mantener bajo unos niveles estables y controlados, para evitar el bloqueo y el comportamiento impulsivo, fruto de la desesperación.
Esto sólo podremos lograrlo con un alto nivel de consciencia, que nos otorgue el poder de actuar desde la calma y la razón. Reconociendo primero que estamos vivenciando estos estados, Comprendiendo cómo funciona nuestro cerebro y nuestra psique, y Actuando ante ello diseñando acciones que comiencen por elevar nuestro nivel de consciencia y adquirir las mejores herramientas que nos acompañen hacia la afrontación positiva y el bienestar psicosocial.
Esto pasa por comprender que somos artífices de nuestra propia experiencia, en la medida en que construimos e interpretamos todo lo proveniente del exterior.
Por el simple hecho de ser protagonistas de nuestras situaciones, no somos capaces de contemplar todas las posibilidades o alternativas de acción. Sin embargo, cambiando el observador que somos, nuestro Mindsight, adquiriremos la ventaja que nos otorga el poder observar nuestro propio pensamiento y por ende, cambiar de perspectiva, elevando nuestro nivel de consciencia para contemplar el territorio desde un punto más elevado ,y desde allí, seremos capaces de establecer la mejor hoja de ruta con nuevas soluciones creativas. Si a lo anteriormente explicado, unimos las enseñanzas de la física y mecánica cuántica donde el propio observador modifica lo observado:
Contemplando desde otro punto de vista esa otra realidad y con el poder de la intención, podremos crear nuestra realidad.
Porque la felicidad no es una meta, es una decisión personal, un estado mental, un viaje que se construye día a día y que requiere la voluntad de querer ser feliz, practicando hábitos como el ser agradecido, perdonarse y perdonar, compartir, abrazar lo positivo y buscar aquello que confiere sentido a nuestras vidas.
Otro hábito que es bien útil es la meditación. Esa técnica milenaria que nos brinda la posibilidad de detenernos por un instante y reconectar con nuestro Ser y sin la que personalmente no podría hablarles como lo hago, tomando consciencia de cada una de nuestras sensaciones y emociones del aquí y ahora, y aportándonos la calma que necesitamos para conferir significado a nuestro entorno.
Desde la psicología y el coaching trabajamos profundamente con una gran cantidad de técnicas poderosas, como la meditación, que nos ayudan a RE-DESCUBRIRNOS, para encontrar aquellos valores personales que dan sentido a nuestras vidas.
Ofelia Santiado, coautora de Manual de Felicacia (Ecofin, 2019) y presidenta de Santiago Consultores.
Santiago Consultores lo componemos un equipo de consultores, coaches y psicólogos con dilatada experiencia y vocación personal, para ayudarte a emprender este viaje, desde el estado actual hacia la FELICIDAD. Esto lo conseguimos con una serie de actividades de diversa índole, dedicada para su aplicación a nivel individual y personal como para empresas, instituciones gubernamentales, entre otros. Algunas de ellas son:
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Webinars, Masterclass, Talleres y Cursos Formativos enfocados a la comprensión personal y la búsqueda del bienestar y la felicidad
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Coaching personal, ejecutivo, político y organizacional para ofrecer un acompañamiento personalizado hacia el desarrollo personal u organizacional.
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Atención psicoemocional para resolver todas aquellas dificultades psicológicas derivadas de la situación de incertidumbre provocada por el covid-19, la gestión de la incertidumbre y crisis económica y social.
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Felicidad Organizacional y Gestión de Bienestar y Felicidad Pública.