Arranca hoy este blog dentro de Ecofin. Agradezco mucho a Salvador Mollina el ofrecimiento de acoger reflexiones mías en tan prestigioso entorno y con tan ilustres compañeros de viaje.
Todos los tiempos son de incertidumbre, aunque sólo en ocasiones seamos conscientes de que lo son.
La percepción de la inestabilidad a la que estamos sometidos personal y colectivamente es lo que denominamos crisis. Sin embargo, también cuando juzgamos que los cimientos están bien apuntalados la inseguridad es paredaña a nuestra existencia.
Semanalmente propondré una reflexión para quienes son directivos y aspiran a ser líderes. Servirá igualmente para quienes sin ocupar puestos de mando anhelan convertirse en líderes. Pues no es preciso gobernar a otros para poder ser calificado como líder, ya que el liderazgo bien entendido arranca en el auto liderazgo.
Un directivo es para mí quien logra que otros hagan lo que tienen que hacer. Un líder, por el contrario, es la persona que logra que los demás quieran hacer lo que tienen que hacer. Empezando, repito, por uno mismo.
Ojalá fuésemos capaces cada uno de ordenar bien nuestra casa –es decir, ser coherentes en nuestro modo de actuar, siendo éste decente- antes de agredir verbalmente a otros por comportamientos que muchas veces son iguales a los nuestros.
Preparación técnica, habilidades comportamentales y decencia son los tres elementos esenciales del liderazgo y sobre los que procuraré detallar algunos aspectos en los sucesivos post.