Rajoy y Sánchez en el banquillo de la Historia

Los jueces están de moda. Imponen el ritmo informativo y sus investigaciones abren los telediarios. Pero sobre todos ellos, el Juez de la Historia es quien sienta en el banquillo desde el 20 de Diciembre a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, dos líderes españoles en busca de destino. ¿Es el momento de la grandeza a través de la renuncia?

Occidente toma nota

En ocasión de una entrevista que le hiciera la televisión argentina al filósofo Julián Marías en una de sus habituales visitas a Buenos Aires, el entrevistador le preguntó:

– Don Julián, ¿puede decirme qué es Occidente?

La respuesta dejó atónico al veterano periodista por la explicación sencilla e inesperada del gran filósofo español: “Occidente se inicia en el mismo momento histórico en que Jesucristo es crucificado en el Gólgota”. No podía defraudar el discípulo predilecto de Ortega y Gasset. Su afirmación sobre lo que era Occidente, la fundaba en el necesario nexo que los hombres han tenido siempre con los momentos claves de la historia.

En España estamos ante uno de esos momentos. El mundo desarrollado nos mira, especialmente los socios europeos; pero no menos cierto es la preocupación con la que nos observan todos los países iberoamericanos en los que amén de los profundos lazos históricos y lengua común, las inversiones españolas también han jugado un papel importantísimo.

Si bien siempre nos hemos sentido orgullosos de nuestro clima y que los europeos del norte piensen en nuestras playas y sol, no deberíamos de ser identificados de manera peyorativa porque formamos parte de la Europa del Sur, galardón que compartimos con Grecia, Portugal e Italia, aunque no precisamente dicho en el sentido de una alabanza.

De hecho, durante los años de la crisis teníamos el dudoso honor de ser llamados PIGS (cerdos), en alusión a los países más dañados por la crisis financiera: Portugal, Italia, Grecia y ‘Spain’.

Lo que sí se está demostrando y es de agradecer es que los jueces y la Justicia están actuando de manera implacable. Se tiene que llegar a las últimas consecuencias de esta cruzada nacional contra la corrupción, porque en ello nos va si somos o no capaces de torcer la historia a nuestro favor, consolidando la capacidad de resiliencia de España y nuestra capacidad de recuperación, como siempre ha hecho nuestro pueblo en los momentos más difíciles; y como en las últimas series dramáticas de TVE vemos que hicieron castellanos y aragoneses durante siglos desde mucho antes de los Reyes Católicos y Carlos V.

Rajoy y Sánchez en Moncloa

El imperio de la Ley

Es un momento histórico. No debe haber paliativos. Sólo la aplicación de la ley.

Por estas razones tan elementales en una democracia, aunque la Justicia haya estado como ausente por el lamentable proceso de dilación de las causas que lleva a prescripciones injustas o procesos que no terminan en nada, finalmente estamos siendo testigos de una catarsis que era más que necesaria.

Desde este Foro no vamos a cuestionar ninguna causa judicial en particular, porque justamente está en las buenas manos de los jueces, fiscales y cuerpos de seguridad del Estado que están actuando con diligencia. Lo que sí planteamos es la necesaria toma de consciencia del momento en el que la sociedad española se encuentra y la incapacidad aparente en la conformación de un gobierno estable; pero peor aún según nuestro criterio, la prevalencia de los intereses personales de los líderes políticos por encima de los generales.

Los grandes líderes políticos fueron aquellos que respondieron a las expectativas de los que le siguen. ¡Hay que estar a la altura del reto del Destino!

No parece que esto este preocupando hoy a los líderes políticos españoles, porque una fuerza centrípeta se está apoderando de todos ellos, arrastrada por el egoísmo, cierto aire de caudillismo inaceptable y la presuntuosidad de que cada uno de ellos es la única vía de salida de la encrucijada en la que nos encontramos.

Justamente, una de las maneras de explicar los llamados tics autoritarios es creer que la única alternativa válida es la que ese líder representa y los medios que proponen para llevar a cabo su gesta particular, cueste lo que cueste, especialmente al país, que siempre es el que termina pagando la factura.

No es sólo cuestión de economía, que es evidente que las demoras en la conformación del Ejecutivo terminará pasando factura en empleo y PIB, sino también de imagen de país serio, con una democracia consolidada y que tiene que seguir siendo la cuarta potencia dentro de la Eurozona y la quinta de la UE, cuando computamos a Reino Unido.

Esta posición de privilegio hay que demostrarla con hechos, con liderazgo. Es una apelación al liderazgo de los grandes líderes, que se caracteriza por la renuncia y el necesario sacrificio cuando sea indispensable. No vemos en el horizonte próximo ese sacrificio de líderes políticos españoles en beneficio de un bien mayor.

La ética va de la mano de la acción y la renuncia. Se requiere más valor y grandeza en dejar paso a otros que en mantenerla y no enmendarla. Sobre todo, cuando se está acostumbrado a ser el que dirige y ostenta el poder, sea en el gobierno o en la oposición. Aquí y ahora, la capacidad de sacrificio debe ser demostrada por unos políticos a los que la historia les está golpeando a sus puertas.

Señores líderes políticos españoles: la Historia no espera a nadie y cada uno tiene su particular cita con el destino. Saber si se debe persistir en el enroque, o tirar el rey para dar paso a otro jugador de equipo es parte de la solución sólo al alcance de los grandes líderes estadistas.

España tiene una cita histórica con su destino y la va a cumplir. La cuestión es quiénes de los líderes políticos actuales estarán a la altura del actual momento que la historia nos ha puesto delante. Podrán querer neutralizarla o evadirla, pero no podrán cambiarla sin un sentido de grandeza que es el que exigen las actuales circunstancias.

José Luis Zunni, editor de ECOFIN.es

 

 

 

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