Los secretos de Nieves Herrero para hablar en público

Nieves Herrero cuenta sus secretos en su prólogo ‘El Método de mis 5 Maestros: Jesús Hermida, José Mª Iñigo, Tico Medina, Javier González Ferrari, Danie Carnegie”. Es parte del libro ‘Conferenciantes Imprescindibles’ que ha editado Foro ECOFIN y puede adquirirse pinchando aquí. Y dice así…

Hablar en público es un arte que se puede ir moldeando a lo largo de la vida. De hecho, he visto a grandes tímidos convertirse en ‘animales televisivos’ y a grandes expertos y conocedores de diferentes materias, que no sabían transmitir su conocimiento a través de los medios de comunicación.

Fundamental: la sencillez en el mensaje. Elegir de todo el conocimiento que uno tiene, un único mensaje sobre el que centrar la participación en los medios. Decían mis maestros en la carrera de Periodismo que la clave está en aplicar bien eso de “sujeto, verbo y predicado”. Todo lo que sean subordinadas ya emborronan la comunicación.

Intervenciones cortas por aquello de “lo bueno si breve, dos veces bueno”. Yo siempre explicaba a mis alumnos de Periodismo que el comunicador tiene que ser como el boxeador que, en un determinado momento, busca el golpe certero.

También mi maestro televisivo, Jesús Hermida, hablaba de llegar en la primera frase al corazón del espectador televisivo o radiofónico, y después contar todo lo demás.

Jesús Hermida nos decía: “Intentad hablar para que os entienda vuestra madre”.

Si debemos ser sencillos en lo que decimos, también debemos ser naturales. El artificio genera rechazo en televisión. Hombres y mujeres transparentes frente a la cámara.

Personas que hablan sintiendo lo que dicen y contando con naturalidad aquello que desean transmitir. La naturalidad se adquiere olvidándote de que pueda haber miles de personas escuchándote o viéndote a través de la radio o la televisión.

Hermida, vuelvo a él siempre, nos decía: “Intentad hablar para que os entienda vuestra madre”. En la televisión si vas de listo generas rechazo y si vas de tonto, todavía peor. En esto lo ideal es intentar ser el vecino que siempre está dispuesto a prestar la sal.

Si ya tenemos dos claves: la sencillez en el mensaje y la naturalidad frente a los micrófonos y las cámaras, vamos a añadir una tercera clave que me parece fundamental: la pasión. Sí,  contar las cosas con la misma energía que lo hacía Félix Rodríguez de la Fuente hablando de los animales; o la fuerza que le ponía Freddie Mercury al cantar, que no dejaba indiferente a nadie.

Ponerle ganas a lo que uno dice, creyendo lo que dices y apasionándote con aquello que cuentas. Todo menos ser un comunicador de mármol frente al micrófono. De esos que dejan adormilado al espectador o al oyente. Con pasión es imposible adormecer al que te escucha.

Vamos avanzando: para hablar en público hace falta sencillez, naturalidad, pasión…y otro elemento que aprendí de la mano del gran Tico Medina, otro de mis maestros de Periodismo: la tenacidad.

Uno acaba hablando bien en público de aquello que controla, que conoce, que estudia previamente. Por lo tanto, antes de ponerse frente a un micrófono hay que trabajar, cuánto más mejor. Es imposible hablar sin haber leído previamente de aquella cuestión que uno quiere transmitir. El mejor trabajo frente al público es aquel que parece improvisado.

Tampoco hay que olvidarse del golpe de efecto, de lo inesperado, de la sorpresa. Eso lo hacía muy bien José María Iñigo, también tuve la suerte de trabajar con él. Que suceda algo que nadie espera en la mitad de tu discurso. Sacar un documento y señalarlo; una foto que significa algo en el relato; un elemento que le dé más sentido a lo que estás contando. Eso lo saben hacer muy bien los políticos en campaña. Refuerza aquello que uno está diciendo. No necesariamente uno tiene que sacar un conejo de una chistera, a veces, una frase de un clásico aplicada en tiempo y forma es suficiente.

Si a la sencillez, la naturalidad, la pasión, el trabajo previo y lo inesperado… le añadimos sentido del humor, si se presta el tema a ello, entonces nos habremos ganado a nuestra audiencia.

Es fundamental hacer un guiño, hablar de alguien que nos acaban de presentar, fijarnos en todo lo que están diciendo las personas antes de que nos den la palabra, saber sus nombres y dirigirnos a ellos con simpatía. Si logras hacer reír o sonreír a la audiencia, inmediatamente te habrás ganado al público.

Hablar delante de la gente con eficacia se consigue con el tiempo. No conozco a nadie que a fuerza de ponerse frente a un micrófono no haya ido mejorando su discurso. Vencer al miedo, enfrentándote a él con conocimiento de aquello de lo que vamos a hablar, con sencillez y naturalidad, con pasión a la hora de narrarlo y con una pizca de sentido del humor…Como decía otro director con el que tuve la suerte de trabajar: Javier González Ferrari: “El rigor no es el rigor mortis”.

“Te pido que leas este libro porque nada se aprende en un día. El camino dependerá de ti; pero aquí tienes las herramientas para recorrerlo con menos miedos y menos obstáculos”.

La clave está en ser uno mismo y no intentar parecer aquella persona que no somos.  Además, mejorar en nuestras habilidades comunicativas tiene un impacto inmediato no solo a nivel profesional sino a nivel personal. Eso lo aprendí de un gran profesor del método americano “Dale Carnegie para una comunicación eficaz”.

Al final, todo radica en que sepamos que nos dirigimos a personas y que nuestra actitud hacia ellos debe ser de máximo respeto. Hablar con el corazón y ser sinceros. Mezclar en nuestro discurso alguna experiencia personal. Eso hace que todo aquello que contamos refuerce el interés por lo que estamos narrando.

Nos faltaba esa clave: Somos personas hablando a personas. Lo que nos ha sucedido también interesa a nuestra audiencia. Formamos parte de la misma comunidad. Si te ha pasado algo con tu hijo pequeño y lo cuentas en tu discurso, inmediatamente se hará un silencio en el plató de televisión o en el auditorio en el que te encuentres.

No te pierdas, al final, la verdadera clave no está exclusivamente en el conocimiento que tengas en la materia, en la sencillez de tu discurso y en la pasión que le pongas al contar las cosas con naturalidad. Lo más importante para que esa comunicación sea eficaz, está en ti mismo. No busques fuera, busca dentro de ti. Intenta saber si va todo bien en tu interior. Cuando no hay ningún conflicto que arreglar, las cosas fluyen.

Y dejo para el final: la diferencia. Es fundamental no ser como todo el mundo. Hay que intentar potenciar aquello que nos hace únicos y exclusivos.

Ahora, te pido que leas este libro porque nada se aprende en un día. El camino dependerá de ti; pero aquí tienes las herramientas para recorrerlo con menos miedos y menos obstáculos.  ¡Bienvenido al apasionante mundo de la comunicación!

Nieves Herrero, periodista, presentadora de televisión y escritora.

Prólogo ‘El Método de mis 5 Maestros: Jesús Hermida, José Mª Iñigo, Tico Medina, Javier González Ferrari, Danie Carnegie”. Es parte del libro ‘Conferenciantes Imprescindibles’.

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