Lecciones de Liderazgo “Un día sin una sonrisa es un día perdido”. Charlie Chaplin.

José Luis Zunni, Coordinador académico red e-Latam, Director Edición Online ECOFIN, Miembro de la Junta Directiva de Economistas Críticos y profesor de la Escuela Europea de Negocios.

 

Eduardo Rebollada Casado, miembro de la Junta Directiva de Economistas Críticos

 

Es casi una regla no escrita, que los líderes efectivos tienen un buen sentido del humor, especialmente una dosis de aguda ironía. Como diría el gran cineasta norteamericano Woody Allen: “la ironía es un humor para gente inteligente”. Y cuando afloran las sonrisas en las caras de la gente, no hay negociación que se resista. De ahí la importancia de gestionar el buen humor en las organizaciones y en la vida en general.

 

Cuando en una entrevista por motivo de su tercer libro “A funny thing happened on the way to the future: twists and turns and lessons learned”, le preguntaron a Michael J. Fox por qué se decidió a escribirlo, respondió: “Por fin he llegado a un punto en que puedo dar algunos consejos sin perder la seriedad”. Demuestra que la esencia de su carácter está en su sentido del humor, el que en definitiva nos hace sentir felices.

 

En su libro afirma que la clave del éxito de su matrimonio es “la capacidad de dejarnos en paz y de darnos cuenta de que no es la forma en que nuestras similitudes se combinan, sino la forma en que las diferencias funcionan juntas”. Está claro que el humor es la naturaleza de la cual está hecho Michael J. Fox, a pesar de sufrir una terrible enfermedad como es el “mal de Parkinson”.

 

Michael J. Fox

Michael J. Fox

Su apreciación de cuál debe ser la fórmula para el éxito en el matrimonio, es una lección de inteligencia emocional y trabajo en equipo. Deberían reflexionar todos los matrimonios, parejas y por supuesto, los jefes y directivos con personal a cargo. ¡Ah!…desde ya también los líderes políticos.

 

Michael J. Fox sostiene la importancia de tener la actitud de “dejar pasar las cosas y no discutir por nimiedades”. Lo que habitualmente referimos como “discutir por cosas sin importancia”, que lamentablemente son las que jalonan el día a día de nuestra vida profesional y también, con más frecuencia de lo deseado, la personal.

 

Michael J. Fox reflexiona en que debemos preguntarnos si el asunto es tan importante como para enfurecerse. Y agrega una interesante perla: “Cuando dices de alguien: ¡Si tan sólo supiera!… pues no puede saber. Porque no es uno. Tienes que aceptarlo y darte cuenta de que alguien puede quererte y no entender cada uno de tus motivos, emociones, necesidades y deseos”. Esto lo hemos explicado reiteradamente en el control de las emociones y el buen liderazgo, que nos enseña a empatizar y ponerse en el lugar del otro.

 

Por eso cree Michael J. Fox, y lo suscribimos al 100%, que las personas que más miedo dan son las que carecen de sentido del humor. Recomienda que en el día a día apliquemos un test: “Si tienes dudas acerca de alguien, hazle un par de bromas. Si nada le parece gracioso, ¡alerta roja!”.

 

Son conocidas hace años las aplicaciones terapéuticas de la risa, especialmente en colectivos de ancianos y enfermos. Los que mantienen aún un grado importante de lucidez, que los sigue manteniendo vivos como personas que están luchando aferrándose a este mundo, reciben en las sonrisas de sus monitores y enfermeras, como una especie de impulso eléctrico que recarga una batería de coche. Porque los que durante años hemos “lidiado” con organizaciones, conocemos la importancia del buen humor y ambientes de trabajo libres de tensiones, así como que también sabemos lo terriblemente dañino que es para la gente y su entorno la presión constante de los jefes, no dar respiro y la ausencia de sonrisas.

 

Es ya parte del anecdotario real de cómo gestionar bien los recursos humanos, la experiencia de una directiva de una empresa de seguros estadounidense, que cuando fue nombrada jefa de su departamento, pudo transformarlo y convertirlo en el más eficiente de la organización, partiendo de la simple regla del “menú de la sonrisa”, que consistía en una especie de cartel con una cara sonriente a la entrada de la oficina, para que cada uno recordara que dejara el mal humor en la puerta. Esto les hizo subir la productividad como la espuma.

 

Como hemos venido haciendo a lo largo de año y medio en este Blog de la EEN, creemos en la importancia de recordar a nuestros lectores que antes que expertos en Management y liderazgo, queremos y exigimos que en las organizaciones lideren y trabajen juntas personas con un alto grado de humanidad, sensibles, empáticas, rigurosas, pero muy especialmente, que transmitan en sus palabras, gestos y actitudes, un sentido del humor que automáticamente contagiará al resto. Aquella frase mágica de Chaplin de que un día perdido lo ha sido porque no hemos podido siquiera esbozar una sonrisa, supone una gran enseñanza en nuestro día a día. La sonrisa genera entre las personas, una especie de resonancia límbica similar a la que tienen madre e hijo.

 

Debemos tener en cuenta que la sonrisa es, junto con otras expresiones corporales, incluyendo la mirada, la puerta hacia el camino que conduce a la confianza entre las personas. Se trata de una comunicación no violenta que permitirá manifestar un entusiasmo compartido en una organización, reforzando las cualidades del equipo y el reforzamiento de la relación entre sus miembros, sin contar que constituye un recurso de primer orden para encauzar la resolución de conflictos.

 

Dice Tony Robbins, autor de “Poder sin límites”, que nuestra calidad de vida depende de la calidad de nuestros pensamientos. Una sonrisa es el reflejo de nuestro pensamiento, una mente libre, abierta y verdadera y definitivamente humana. Es gratuita, produce felicidad en nuestro entorno y nos devuelve aún más felicidad. Todo es visto de manera positiva y, en definitiva, nos ayuda. Los líderes saben perfectamente cuál es su poder. Tanto en la faceta privada como en la pública el sentimiento positivo es en sí  mismo inteligente, produce mayor y mejor rendimiento en las personas y en los equipos aún más, por un proceso sinérgico.

 

Acabamos hoy con Stephen Covey, el reconocido “filósofo del Mangement”, quien decía que las cosas se crean dos veces, primero en nuestra mente y después, físicamente. La sonrisa sería el botón de muestra de la visión de nuestros objetivos individuales o en las organizaciones. Desde luego, al menos, la actitud nos facilitará el camino para la consecución de proyectos fructíferos, que es lo mismo que decir “proyectos inteligentes”.

 

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