El Lobo: “ETA sigue viva”

Mikel Lejarza, alias ‘El Lobo’, concede una entrevista exclusiva a ‘ECOFIN, La Otra cara de la Economía’ para hablar de su historia, presente y futuro: de cómo se infiltró en la banda terrorista, de su vida actual oculto por vivir bajo amenaza y de su futuro y el de España.

La entrevista, con Javier Rodrigo para hablar del pasado y del presente y con Salvador Molina para hablar del futuro, no deja ningún tema fuera: cómo un joven que se vio envuelto, sin quererlo, en uno de los conflictos más graves que ha vivido Europa en su historia decidió hacer algo por frenar la deriva en la que se estaba metiendo el País Vasco. “Me daba yuyu ser un simple colaborador”, explica Mikel Lejarza en una impactante entrevista en la que explica con pelos y señales su decisión: infiltrarse en la banda terrorista ETA.

Lejarza entró en la banda en 1972 fingiendo ser uno de esos jóvenes carcomidos por el odio, y que perseguían una quimera que muchos de ellos ni siquiera sabían explicar o justificar. En apenas dos años en ETA, se convirtió en jefe de su infraestructura. Un puesto que cumplía perfectamente con sus propios objetivos: tener acceso a mucha información sin tener que ‘actuar’. Porque ‘actuar’, en ETA, implicaba matar a algún inocente, despojado de su condición de persona humana bajo el yugo del odio. “Tienes que intentar aparentar ser uno de ellos”, explica en la entrevista al relatar cómo consiguió ganarse la confianza de los otros miembros de la banda sin llamar la atención ni desvelar su verdadera razón de estar en ella.

Una filtración casi le cuesta la vida

Su papel en ETA se desarrollaba bien, pero un tiroteo con la policía madrileña en el que se vio envuelto el infiltrado terminó llegando a la BBC, que informó de que existía una persona que, desde dentro, trabajaba para poner fin a la banda terrorista. ETA llegó a sospechar de Lejarza, pero el espía pudo librarse.

Además, en la entrevista también desvela que, según piensa, durante una etapa de vida de ETA no había un interés real en acabar con la banda. Y también asegura que podría haber llegado a ser jefe de ETA si los terroristas le hubieran hecho caso.

¿Y el futuro?

ETA despareció oficialmente en 2011, después del acoso policial y judicial al que se vio sometida la banda terrorista, y cuando una nueva generación de vascos entendió que la violencia no era el camino. Sin embargo, en la entrevista con Salvador Molina, Lejarza reconoce que “el gran problema que tenemos es que esa división para romper España sigue. Estamos viviendo ese momento de la fractura”. Algo que califica de “momento difícil”. Y da las claves para entender por qué la sociedad vasca todavía no se ha recuperado del todo de las heridas que dejaron décadas de terrorismo.

“Muy pocas veces, en más de 40 años de profesión, he podido estar delante de un héroe”, destaca Salvador Molina sobre una entrevista disponible en dos partes, a continuación:

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