Ángel Bonet: “El ser humano ya no tendrá por qué pensar”

La revolución que ha provocado la llegada de la tecnología disruptiva a las empresas y a la industria ha sido absoluta. Los directivos de nuestras compañías, que son personas como todos nosotros, empiezan a tener consciencia de que todo está cambiando, pero hay un alto desconocimiento de lo que va a ocurrir. Es lo que explico en mi reciente libro, ‘El Tsunami tecnológico’, con un lenguaje sencillo y llano.

Los directivos de pymes y grandes corporaciones empiezan a ver que las cosas cambian, pero muchos no están preparados, realmente como casi nadie en este mundo. 

Hoy nos parece impresionante que una máquina sea capaz de superar la capacidad que tiene el ser humano de crear o de pensar pero, según la Ley Moore, eso no sólo va a ocurrir de aquí a 4 ó 5 años, sino que para 2045 un solo smartphone tendrá la misma capacidad de procesamiento que todos los cerebros del planeta juntos. Eso lo cambia todo: el ser humano, por primera vez, ya no tendrá por qué pensar, no será necesario; lo van a hacer las máquinas y, sin duda, mucho mejor.

El consumidor ya demanda nuevos valores en las empresas, que tienen que tener una gran conciencia social, lo que denomino una doble contabilidad que sume a la tradicional información financiera su impacto social. Una contabilidad que mida su efecto en el medio ambiente, en la comunidad.

Ángel Bonet (Minsait): "Para las empresas, el riesgo de quedarse fuera del sistema es altísimo".

Ángel Bonet (Minsait): “Para las empresas, el riesgo de quedarse fuera del sistema es altísimo”.

Las empresas que no adopten las nuevas tecnologías como algo fundamental de su negocio, que no las incorporen en su ADN, están destinadas a desparecer. El consumidor demanda recibir un producto en horas, no en días, y la fabricación portátil, lo que ahora llamamos impresoras 3D, estará en todas las casas. Esto provocará un cambio drástico en las empresas de logística, donde el ecommerce les ha obligado a reinventarse en los últimos años para luego volverse a inventar nuevamente. Estos cambios constantes y rapidísimos ya son algo habitual en otros muchos sectores.

Robótica, internet de las cosas, inteligencia artificial, conectividad móvil, la nube, el vehículo autónomo, la biotecnología, la nanotecnología o las fábricas portátiles van a cambiar nuestras costumbres en los próximos años, y eso no es malo porque el fin es bueno. Todo se está creando para mejorar el mundo y no podemos mirar hacia otro lado.

Para las empresas, el riesgo de quedarse fuera del sistema es altísimo, y aunque cada uno ha de elegir su camino, no podemos esperar mucho para tomar la decisión. Otros ya han iniciado el camino hace años.

Artículo realizado por Ángel Bonet, Chief Sales & Marketing Officer en Minsait (Indra), autor de ‘El Tsunami tecnológico (¡y cómo surfearlo!)’ (Deusto, 2018) y ponente del ‘XII Congreso ECOFIN’.

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