La tormenta perfecta

En octubre de 1991, una enorme y profunda borrasca saltó el Océano Atlántico desde los Estados Unidos, juntándose a un potente camino de aire frío proveniente de Canadá y chocando con los restos del huracán Grace. Como resultado, se formó un ente meteorológico que culminó en un auténtico ciclón tropical de dimensiones y potencia increíbles con vientos sostenidos de 120 a 160 kilómetros por hora, lluvias torrenciales y olas jamás observadas que provocaron miles de viviendas destrozadas, playas que desaparecieron, muelles destruidos y cierre de aeropuertos.

Se le llamó la tormenta perfecta. Desde entonces utilizamos ese término para denominar un cúmulo de circunstancias que se van concentrando hasta provocar un hecho extraordinario que conlleva efectos disruptivos. ¿Se encuentra la banca y el sector financiero en su tormenta perfecta?

La Banca vive su tormenta perfecta

Desde la crisis financiera, y durante la última década, se han juntado variables que han llevado al sector a un momento que quizá podemos denominarlo así: un entorno de bajos tipos de interés, incluso negativos, que dejan poco espacio a lograr los márgenes de antaño. Unas exigencias regulatorias imparables que parecen de nunca acabar. Un proceso de concentración continua de la banca tradicional en búsqueda de escala y rentabilidad que no acaba de finalizar.

Un nuevo mapa hipercompetitivo que se ha conformado con innumerables nuevos players que van desde pequeñas empresas FinTech a BigTech, y desde neobancos a grandes plataformas. Una tecnología que ha conformado nuevas experiencias del cliente, lo que ha llevado a cambiar radicalmente sus exigencias en cuanto a precio, canal, confianza y servicio. Y, para colmo, una crisis del coronavirus que va a provocar miles de millones de pérdidas de créditos y un fuerte impacto negativo en los ingresos para la banca europea.

En esta tormenta perfecta quizá sea conveniente mirarla con una visión algo diferente. No solo mirando el microscopio, sino también mirando a través de los prismáticos.

La tormenta perfecta, aderezada además, por conceptos tan de moda que lo envuelven absolutamente todo, como son la sostenibilidad y ESG.

Ahora o nunca

Ante ello, parece que ha llegado un ‘ahora o nunca’ para entrar en transformaciones realmente efectivas que permitan a una entidad financiera llegar al futuro y salir de la tormenta bien preparado para competir durante no solo los próximos años, sino durante las próximas décadas.

Externalizar actividades, adquirir o fusionarse con otras entidades y digitalizar las formas de hacer las cosas son vías de transformación conocidas y las cuales son utilizadas en mayor o menor medida por casi todos los players del sector, entre otras.

Sin embargo, en esta tormenta perfecta quizá sea conveniente mirarla con una visión algo diferente, pasando de una visión de reducción a una de ampliación. No solo mirando el microscopio, sino también mirando a través de los prismáticos. Observando sin duda los costes, pero apreciando cómo cada transformación puede generar mejoras de la posición competitiva, adquisición de nuevas capacidades y competencias, obtención de innovación y conocimiento, entrada a nuevos segmentos de mercado o creación de valor para el cliente.

Y es que la visión, ahora, debe contemplar una transformación positiva y real del negocio bancario, buscando que mejoren sus resultados en la relación con los clientes, innovación, impacto en la sociedad u otras áreas críticas del negocio; partiendo, eso sí, de la base de que, además, seremos capaces de reducir costes.

Rafael Moreno Prieto, director de Consultoría Estratégica y Negocio de Vector ITC, a Softtek company; y director del informe ‘New Banking: ahora o nunca’, presentado en el InnoDay FinTech 2021.

Sin duda, es hoy. Ahora es el momento para profundizar en transformaciones que nos lleven a cambiar. Repensar cómo son los productos y los servicios financieros, cómo son diseñados, producidos y vendidos, así como la forma en que la relación con los clientes es generada, creada y sostenida en el tiempo.

Y, para lograrlo, un enfoque estratégico es clave, ya que nos lleva a pensar de forma holística en términos de negocio, de tecnología y de cultura, lo que conllevará maximizar las opciones de éxito y minimizar los riesgos asociados a cualquier proceso de transformación, evitando las frustraciones cuando vemos que lo que queríamos lograr se aleja de lo que realmente estamos logrando.

El poder de una transformación ganadora en el sector financiero viene de alinear estratégicamente ese triple eje, comenzando con el para qué (negocio), siguiendo con el cómo (tecnología) y finalizando con el quién (adopción por parte de la organización, la cultura y los stakeholders, desde clientes o proveedores a empleados, de las nuevas formas de hacer las cosas).

En la medida en que sepamos alinear estos tres ejes en este proceso de transformación en el cual la banca navega hace ya tiempo, en esa medida recordaremos aquella tormenta perfecta -que pasamos hacia 2020- como el momento del renacimiento o el momento del hundimiento.

Rafael Moreno Prieto

Director de Consultoría Estratégica y Negocio de Vector ITC, a Softtek company; y director del informe ‘New Banking: ahora o nunca’, presentado en el InnoDay FinTech 2021.

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