Ya todos somos clientes de CaixaBank

20 millones de españoles somos clientes de la nueva CaixaBank. Y si quitamos a niños y excluidos financieros, ¿qué hogar queda fuera de CaixaBank? Nace así el mayor banco de España. La fusión de CaixaBank y Bankia se ha materializado en tiempo récord: menos de un año desde el inicio de las conversaciones. Estas son las cifras y derivadas de un movimiento que no va a ser el último del sector bancario.

En marzo de 2020, la pandemia paralizaba el mundo de un día para otro y obligaba a replantearse el futuro. También para el sector financiero y bancario, que ya arrastraba su particular crisis desde 2008. Fue en aquel verano de incertidumbre tras la desescalada cuando todo comenzó a acelerarse en el seno de Bankia y CaixaBank.

En junio, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, aseguraba a ‘El País’ no tener en mente ningún movimiento de concentración, aunque puntualizó que eran “un incentivo” y “un camino para ser más eficientes”. Es decir, no cerraba la puerta a ello, pero sí a hacerlo durante esta crisis. Tres meses después, la entidad madrileña y la catalana anunciaban estar en conversaciones para fusionarse. Justo un año después del estallido de la pandemia, en marzo de 2021, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) daba luz verde a la creación del mayor gigante financiero de España.

Las cifras de la fusión

Con este movimiento, la marca Bankia desaparece bajo CaixaBank, tras algo más de una década de vida, cuando se inventó para dar identidad a la concentración de Caja Madrid y Bancaja derivada de la reordenación del sector.

Icónica, por lo llamativo, ha sido la desaparición del rótulo de Bankia de la torre izquierda de Puerta Europa en la Plaza Castilla, sustituida por la popular estrella azul de la entidad catalana. Aunque para muchos madrileños el cambió ha sido directamente de Cajamadrid por Caixa, ya que muchos clientes no llegaron nunca a borrar de su mente y sus recuerdos la imagen del oso de la caja madrileña que vio nacer y señorear la Plaza de Castilla.

Sin embargo, imágenes aparte, la realidad se vislumbra en cifras. La fusión de estas entidades crea la décima entidad bancaria de Europa, con más de 664.000 millones de euros en activos y más de 20 millones de clientes. La plantilla supera los 51.000 empleados y las sucursales rondan las 6.300.

El próximo y doloroso paso será reorganizar la estructura de la entidad resultante de la fusión: algunas fuentes estiman en un 20% el cierre de oficinas (algo más de 1.100 sucursales) y en un 10% el recorte de plantilla, que principalmente será con salidas voluntarias y bajo un marco que buscará “habilitar nuevas capacidades para los que salgan”, como han explicado recientemente a ‘El País’.

¿Y cómo afecta a los clientes?

Hay más incógnitas sobre las consecuencias de la fusión. La primera es el papel que jugará el Estado, quien ostentaba el 16% del capital de Bankia tras la inyección de 24.000 millones de euros en 2012. El anuncio de la culminación de la fusión ha revalorizado esa cantidad en 1.600 millones de euros, en línea con la propia revalorización de las acciones de las entidades fusionadas. Pero también supondrá diluir ese peso estatal en la entidad resultante, ya que el 74 % del capital de la nueva CaixaBank lo aporta la entidad catalana.

La otra incógnita ha sido el papel de los clientes de ambas marcas. Por el momento, su operativa diaria no variará en lo sustancial, e incluso han ganado sinergias al poder aprovechar los mutuos cajeros de la red; algo que beneficiará principalmente a los actuales clientes de Bankia, que ya pueden operar en los cajeros de CaixaBank sin costes adicionales.

Algunos cambios serán relativamente menores, como el que afectará al inicio de la numeración de las cuentas. Otros afectarán a marcas relacionados con productos, algunos de los cuales podrían sustituirse. Como en toda fusión, los próximos meses serán clave para determinar estos cambios y las nuevas opciones a las que accederán los clientes.

Por la parte empresarial, la nueva CaixaBank estará presidida por José Ignacio Goirigolzarri; mientras que Gonzalo Cortázar será consejero delegado y primer ejecutivo de la nueva entidad.

En resumen: la fusión Bankia-CaixaBank puede que sea la primera de una sucesión de movimientos de concentración bancaria en un sector que se encuentra en pleno proceso de adelgazamiento para adecuar sus estructuras al mundo digital y a un escenario de tipos bajos que, previsiblemente, se mantendrán más tiempo del esperado. Todo ello en medio de una crisis sanitaria sin precedentes acompañada de una crisis económica de magnitud desconocida. Puede que la ‘nueva normalidad’ de los bancos sean movimientos como el que estamos observando.

, ,

Pin It on Pinterest

Share This