Alejandro Vesga: “Montar una empresa no es un gasto, es una inversión”

Alejandro Vesga dirige la revista ‘Emprendedores’ desde su creación en 1997. Especialista en materia de creación y gestión de empresas, este periodista económico ha trabajado en ‘Cinco Días’ y ‘Expansión’. Alejandro compagina su cargo en ‘Emprendedores’ con la de conferenciante de Thinking Heads y la de profesor del MBA Internacional de la escuela de negocios La Salle de Madrid. Además, es coautor del libro “La buena suerte en los negocios” y se ha convertido en uno de los personajes más destacados en materia de emprendimiento en nuestro país, siendo conferenciante habitual en numerosos foros sobre creación de empresas. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y PDG por IESE Business School de la Universidad de Navarra.

¿Qué cambios ha supuesto la aparición del emprendedor en nuestro país? ¿Está de moda ser emprendedor?
Pienso que, desde luego, los medios ahora prestan mucha más atención al mundo del emprendimiento. Es cierto que el panorama está cambiando bastante, como resultado del cambio social que estamos atravesando. Es decir, en España, hasta hace muy pocos años, el autoempleo, la creación de tu propia empresa, era algo que muchas personas ni siquiera se planteaban. Esta nueva visión, debida a las circunstancias actuales, creo que también ha supuesto que la figura del empresario sea ahora mucho más respetada. El prestigio social que tiene el emprendedor está aumentando muy rápido y equilibrándose con la existente en otros países. Hasta hace muy poco tiempo, muchos sectores de la sociedad encontraban que el empresario estaba mal visto y eso por suerte está cambiando muy rápido.

Pero, ¿ha sido un cambio de mentalidad o una necesidad?
Pienso que existen dos tipos de emprendedores, los que lo son por vocación y los emprendedores por necesidad. Es cierto, que los emprendedores por necesidad están aumentando mucho y, generalmente, tienen un índice de fracaso más alto que los vocacionales. En la actualidad, hay una masa de personas que ve imposible trabajar por cuenta ajena y se plantea montar su empresa o crearse su propio puesto trabajo. Ahora hay mucha más gente interesada en ello.
¿Cómo es el emprendedor español?
Aunque hay claros ejemplos de personas que emprenden a la desesperada, no soy pesimista respecto a cómo es el emprendedor español. En España, cada vez hay más personas muy preparadas, sobre todo jóvenes, y con un enfoque comercial bueno; sobre todo, gente joven que decide montar su propio negocio.

Ahora póngase en el papel de ese emprendedor, ¿a qué ventanilla acudiría para informarse?
Primero, pienso que si quiero emprender por primera vez, debería informarme. Para ello, existen varias instituciones que te pueden ayudar bastante como: las cámaras de comercio, las asociaciones, la CEOE o las asociaciones de jóvenes empresarios. También existen agencias de desarrollo regional y/o local. En los ayuntamientos, especialmente, en los de las grandes ciudades, estás agencias están siendo muy activas: Barcelona Activa, Madrid Emprende, sin olvidar otras en ciudades como Zaragoza o Murcia.

 

¿Cómo se financian las nuevas empresas?
En realidad hay pocas vías, pero sí sabemos que nadie consigue financiación si no pone él mismo parte del dinero. Eso es una regla básica que algunos emprendedores no tienen en cuenta. Si no apuestas por tu propio proyecto, jamás conseguirás que lo hagan los demás. Esto significa que entonces si tú no tienes dinero, debes justificarlo. No obstante, lo que tienes que conseguir es las llamadas ‘tres efes’: Family (familia), Friends (amigos) and Fools (tontos). Tienes que ir con una aportación de tus FFF antes de ir a un tercero, sobre todo, si éste es un inversor profesional.

Es cierto que también hay alguna institución como ENISA, dependiente del Ministerio de Industria, que están dando financiación a empresas innovadoras. No obstante, en el caso de la banca, insisto que es un momento muy difícil. Por ello, estoy notando que hay mucha más gente que está emprendiendo con recursos propios o con inversores informales, ni siquiera business angel. Al final, es mucho más sencillo conseguir medio millón de euros si tú ya tienes medio, que conseguir 200.000 que si no tienes nada.
¿Se está fomentado el emprendimiento desde las universidades? ¿Cómo?
Las universidades están haciendo un buen trabajo, especialmente en las áreas técnicas y en comunidades como Cataluña, País Vasco y Madrid. En esta última, destaca el caso de la Universidad Politécnica, con empresas desarrolladas por alumnos como proyectos de final de carrera –técnicas, en su mayoría- que al final encuentran apoyo y salida. El modelo de la Politécnica es el de Silicon Valley. Tenemos un mini Silicon que está empezando a funcionar, muy modesto todavía comparado con EEUU, pero bueno.

Pienso que en España tenemos que trabajar mucho en la captación de talento, pues es la manera de conseguir que nuestro país sea más potente en el desarrollo de empresas tecnológicas, y que seamos así capaces de atraer ingenieros, médicos o biotecnólogos, por ejemplo, de todas partes del mundo para montar su empresa aquí. Ahora está pasando. Desde España se puede emprender con multinacionales potentes, como desde cualquier otra parte del mundo ya que, además, ahora mismo el mundo es un solo mercado. Existen muchos ejemplos en este sentido: Irlanda, aunque ha perdido pulso, e Israel, un país sin ningún interés desde el punto de vista económico o geográfico, pero con un modelo de generación de ‘start-ups’ absolutamente bestial. En Israel crean ‘start-ups’, las hacen crecer rápidamente y las venden.

 

¿Y las instituciones privadas?
En asesoramiento, sí que hay consultoras y empresas que te ayudan. Hay iniciativas privadas que tienen un enfoque público, como Wayra o Repsol, con programas de apoyo al emprendedor. Hoy en día, son muchas las corporaciones que están tratando de enfocarse hacia el apoyo al emprendedor. Otro ejemplo sería Banesto, con su programa Yuzz para jóvenes emprendedores. También existen algunas organizaciones de co-working y de integración de proyectos que pueden ser interesantes. En Madrid, por ejemplo, está HUB, un centro de conexión de proyectos, con varias sedes en distintas partes del mundo y cuyo objetivo es integrar pequeñas empresas para que trabajen entre ellas.

 

¿Lo importante es ‘la idea’?

Me parece curioso que todavía en España se enfoque demasiado el emprendimiento a la idea de negocio. No creo que sea muy razonable, pues en realidad, la idea no es tan crítica a la hora de tener éxito en el desarrollo de una nueva empresa. Te encuentras con mucha gente que viene con una idea que puede ser razonablemente buena, pero que luego no es capaz de ponerla en marcha. Hay poca atención también a quienes tienen un planteamiento que es el contrario, es decir, gente capaz de desarrollar empresas, pero sin ideas. Yo haría dispensarios de ideas y pondría en contacto –y esto se está haciendo muy tímidamente todavía- a gente con capacidades técnicas con gente con habilidades comerciales. Esto es, te encuentras con que muchos proyectos en España todavía se montan con tres compañeros que han hecho la carrera de biológicas y son excelentes ingenieros genéticos, pero no saben de marketing. No tiene sentido que ellos tres, de igual su perfil, trabajen juntos. Tiene sentido que trabajen con alguien que tenga capacidad de gestión empresarial y de ventas, para complementarse.

 

¿Qué peso tiene el ‘business angel’ en España?

Mi impresión es que todavía es muy incipiente en España. Están empezando a organizarse ahora. Esta conexión es tal que, si tu proyecto no capta su atención a la primera, lo tienes muy difícil. Es muy común ver proyectos que dan vueltas por todos los foros de ‘business angels’ y que no consiguen atraer a ninguno; pero también, al contrario: algunos que dan vueltas por todos los foros y consiguen dinero de todos. Por eso es necesario convencer a uno y que ése te abra la puerta.

Todavía se mueve poco dinero en comparación con el resto de Europa y Estados Unidos. En general, los ‘business angels’ son ejecutivos, pero sobre todo empresarios que han tenido éxito en Internet. Su labor está ligada a la inversión, pero también tiene un componente de responsabilidad, de volver a la sociedad la riqueza, porque como negocio, no es nada brillante ser ahora mismo ‘business angel’ en España. No tienes ninguna ventaja fiscal, los proyectos no son muy potentes ni muy ambiciosos, por lo general, y el rendimiento financiero, aunque hay excepciones, no está siendo muy alto.

Entonces, ¿qué necesita nuestro país para que despeguen sus ‘business angels’?
Necesitamos claramente media docena de Tuentis, por ejemplo, para que la gente se anime, para que funcione. Al final, todos nos movemos por referentes y, en España, hay muy poquitos todavía. Tenemos muy buenos ejemplos de emprendimiento, por suerte, y eso si que lo hemos notado muchísimo. Desde que nosotros comenzamos con la revista hasta ahora, nos resulta mucho más fácil llenarla, entre comillas, de ejemplos de buenos emprendedores. No obstante, casos de pelotazos, de éxitos como inversión, de momento, no ha habido muchos.

¿Son los microcréditos una opción viable para nuestros emprendedores?
Los microcréditos son un modelo que funcionó muy bien en Bangladesh, para solucionar la pobreza extrema de sus habitantes, especialmente de las mujeres. Realmente ha sido una transformación social muy importante. En España, el Banco de la Mujer lo estuvo desarrollando con el mismo enfoque, puramente social y bueno. Creo que es un recurso interesante para un emprendimiento en los segmentos más desfavorecidos de la población. Con un microcrédito, montar un negocio en Perú tiene un impacto enorme, pero comparado con los costes que tienes que atender en España, creo que es más complicado. Todas las ayudas son buenas y, para un segmento de la población especialmente desfavorecido, los microcréditos puedes ser un instrumento útil. No obstante, que con sólo estos cambie la situación, no lo creo tampoco. Todas las medidas de apoyo al emprendimiento tienen que ser una combinación, tanto desde el punto de vista financiero como también en lo que se refiere al fomento del espíritu emprendedor , para ayudar a la gente a tener ese acompañamiento cuando se lance. Es decir, que la gente no tenga ningún miedo a acercarse a la ventanilla a contar su idea y que técnicos de distintas organizaciones y administraciones les ayuden a enfocarlo. Cuantas más empresas haya en funcionamiento, más completa es la oferta y más posibilidades hay de que vaya bajando el paro y mejore el nivel económico en España.
¿Qué pasos hay que seguir para ser emprendedor?
Lo primero que tiene que hacer un emprendedor es un autoanálisis sobre si es capaz, sobre si tiene madera suficiente pare ello y, luego, con una idea determinada o una línea de trabajo pensada, si es interesante acudir a alguna ventanilla de cámara de comercio, de asociaciones de jóvenes empresarios o de otro tipo de organizaciones, para buscar el apoyo, la orientación y de la formación necesaria. A partir de ahí, ya puede comenzar con trámites, que en realidad son aburridos, pero no tan complejos ni extremadamente caros. En este sentido, una sociedad limitada en España asciende a 3.000 euros de capital social. También digo y, es curioso verlo, que el gasto medio de una comunión en España supera esa cantidad. Montar una empresa no es un gasto, es una inversión. Lo que, en cambio, sí me parece una aportación demasiado alta es la que se le exige los autónomos. Debería ser más sencillo y más barato. Si te das de alta como autónomo pagas 3.000 euros al año, factures lo que factures. Esto es una barbaridad y lleva a mucha gente al fraude. Pagando, por ejemplo, 50 euros, creo que bajaría el fraude y, muy probablemente mejoraría la recaudación. Bajarían los gastos sociales y subiría la retención fiscal. Igual que tomamos referencia de otros países para mil cosas, podría aplicarse el caso de Francia, con el Estatuto del Autoemprendedor, combinando la reducción de las cuotas, con la simplificación de las pautas para darse de alta

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