Purga en la calle Génova

Una victoria con final amargo es la que está digiriendo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Ser el partido más votado de España no sirve de nada, cuando se han perdido los feudos. Tener caballeros sin caballos y barones sin castillos no sirve para nada.  Por ello, casi todos los barones del partido acudirán a presentar vasallaje esta semana a la calle Génova cariacontecidos y pidiendo árnica para no ser sacrificados.

Mariano Rajoy no podrá hacer otra cosa que barrer la casa. Tiene que hacer leña del árbol caído. Y los barones que han perdido sus feudos regionales tienen que asumir su derrota: el balear José Ramón Bouzá, la valenciana Rita Barberá, el extremeño José Antonio Monago, el valenciano Alberto Fabra… y hasta la madrileña Esperanza Aguirre, con la que seguramente disfrutará en la vendetta.

Y eso son sólo algunos de los penitentes del PP. Porque la mayor de todas las vencidas es la manchega secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. Así que todos los enemigos de la Cospe están ya lanzando sus propuestas de alternacia en la gestión del partido en la Calle Génova. Hasta algún enemigo de Soraya Sáenz de Santamaría está postulando su nombre a fin de matar dos pájaros de un tiro: quitar a Cospedal del PP y a Sáenz de Santamaría del Gobierno. Es tiempo de renovación en Génova y, seguramente, en el Gobierno.

La derrota del PP está fundamentada en graves errores: dirigir una campaña local desde el centralismo de la calle Génova, apostar todo a un sólo caballo ganador: la recuperación económica, no tener en cuenta que la percepción del ciudadano de a pie es que no ha mejorado su vida y, sobre todo, que Rajoy no ha cambiado a ninguno de sus candidatos acusados de corrupción, prevaricación, uso inadecuado de bienes públicos y amiguismo. Así que sin renovación de caras ni de mensajes, el verdadero culpable de la derrota del PP reside en La Moncloa; pero como nunca será un gallego quien asuma el precio de la derrota, deberían ser los barones derrotados los que se hagan el hara-kiri político.

Y en toda esa debacle de resultados, bastiones como la Comunidad de Madrid -salvado in extremis por Cristina Cifuentes- se presentan como nuevos modelos a seguir: renovación en las caras y en el discurso.

Escrito por Salvador Molina, presidente del Foro ECOFIN.

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