Las coincidencias y diferencias entre Hollande y Merkel

Por José Luis Zunni: Director de ECOFIN edición online

Europa siempre está pendiente cada vez que Alemania y Francia se reúnen.

El líder francés urge a Merkel a resolver la cuestión de la “supervisión bancaria” a la brevedad, aunque la canciller alemana ha afirmado que “no estaban lejos las posiciones de ambos”, prefiere ir más despacio. Elije la calidad.

Para Merkel, la puesta en marcha de la “supervisión bancaria” es una condición para que los bancos que están con dificultades, puedan ser asistidos directamente por los fondos de rescate.
Otro de los problemas que ya se había planteado desde Berlín a instancias de la propuesta de la Comisión Europea, de que el BCE controlara los 6.000 bancos del sistema financiero europeo, Merkel no está por la labor, diciendo que debe estar circunscripto únicamente a las mayores entidades, que son las que tienen el mayor riesgo sistémico.

Lo que sí es evidente que el eje Paris-Berlín de la etapa Sarkozy-Merkel se ha suavizado con el actual liderazgo de Hollande. En principio debería ser bueno si hay más participación del resto de socios. Pero pareciera que con Hollande, Merkel a su vez encuentra menos frenos para el planteamiento de todas las cuestiones y la forma de implementar las soluciones.

Quizás lo necesario es menos encuentros y más Europa, en interés de todos, o sea, que los países periféricos más expuestos formen parte de las ruedas de consulta. Y esto no necesariamente es así.

Transmitir siempre el mensaje de que el eje francés-alemán es vital para que el proyecto europeo mantenga toda la vitalidad y romper de esta forma la incertidumbre respecto a su viabilidad y consecuentemente, la del euro sigue siendo importante. Pero más aún es que los mercados vean que la UE es un bloque compacto política y económicamente, sensación que obviamente no está dando.

Ya el pasado mes de junio, el titular de economía, Pierre Moscovici, adelantó que el Gobierno presentaría un paquete de medidas destinado a acelerar “la reorientación de Europa”, en clara referencia a una “unión bancaria que devuelva la confianza a los mercados”.

Además, París sigue insistiendo en que se pongan sobre la mesa los 120.000 millones de euros previstos en el pacto por el crecimiento acordado por todos los estados miembros. Declaraciones que impactan y que luego se diluyen porque no se terminan de implementar, es lo que recibe antes o después el castigo de los mercados.

Francia tiene para este año 2012 una previsión de de crecimiento del 0,3%, aunque se espera un PIB de entre el 1 y 1,5% para 2013.

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