La morosidad empresarial cerró el pasado 2014 con el registro más bajo del año, cayendo hasta los 94,2 puntos y tras descender seis décimas en el cuarto trimestre del año, mientras que el período medio de pago se redujo a 81,5 días entre octubre y diciembre, según el Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial de Cepyme.
Antonio Garamendi, presidente de Cepyme, dijo en la presentación del informe que los plazos medios de pago entre empresas privadas “aún están lejos de los 60 días que marca la ley”.
El crédito comercial en mora representó a finales de 2014 el 70,8% del total de facturas pendientes de pago, lo que refleja que todavía 7 de cada 10 facturas se pagan con retraso.
El coste financiero de la deuda comercial entre las empresas fue de 1.611 millones de euros el pasado año, una cifra que equivale al 0,1% del PIB y que, según José Antonio Herce, autor del informe y director asociado de Analistas Financieros Internacionales (Afi), “no es despreciable”.
Respecto a la morosidad de dudoso cobro, el estudio desvela que se mantiene en niveles muy elevados y en el último trimestre del año se situó en 1.086 días, lo que supone un crecimiento de 84 días. Los comportamientos entre comunidades autónomas son heterogéneos y también varían según el tamaño de las empresas.
Aragón fue de octubre a diciembre la comunidad que menos demoró sus pagos, con una media de 68,5 días, mientras que Comunidad Valenciana, Andalucía y Canarias fueron las que más se excedieron, llegando casi a los 90 días.
Respecto al tamaño de las empresas deudoras, las pequeñas empresas presentan plazos medios de impago de alrededor de 88 días menos que las grandes y 123 días por debajo del registro de pago de las empresas medianas.
La mayoría de los sectores de actividad redujeron sus periodos medios de cobro. El sector químico bajó en 8,2 días, el de la madera y el mueble lo hizo en 3,6 días y el del papel y artes gráficas bajó en 2,6 días, mientras que los sectores del textil y agroalimentario han registrado incrementos en los periodos medios de cobro de 4,4 y 1,8 días respectivamente.
El informe también recoge que las operaciones de nuevo crédito de hasta un millón de euros respecto a 2013 se acercan a una normalización, por lo que se espera que en el primer trimestre de 2015 presenten registros positivos.
No obstante, las pymes españolas siguen afrontando un coste de financiación superior al de las europeas en lo que a nuevas operaciones se refiere.
“La morosidad y las dificultades de acceso a la financiación son dos de los factores que más inciden en la capacidad competitiva del conjunto de las empresas, especialmente en las pequeñas y medianas empresas españolas”, destacó Garamendi.
Garamendi aprovechó para solicitar medidas adicionales a las ya tomadas con el fin de corregir “los defectos que existen en la normativa actual”, como los distintos regímenes jurídicos que establecen distintos plazos de pago, y la posibilidad de establecer calendarios que permitan ir más allá de los plazos legales establecidos.