La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos y la habilidad para manejarlos. Su aplicación nos permite crear nuestra propia motivación y manejar las relaciones. El desarrollo de la inteligencia emocional contribuye a alcanzar los objetivos personales y profesionales con mayor eficacia y satisfacción. Utilizar la experiencia es la clave de trabajo en los talleres de inteligencia emocional que Olga Cañizares imparte.
“Predisponemos negativamente a nuestra mente para realizar la acción a la que nos enfrentamos, con lo cual nuestra energía es escasa” “Si todas las mujeres usaran el ‘quiero’ en lugar del ‘tengo que’, ¿cómo cambiaran las organizaciones?”
¡Éxito!, ¡tengo que tener éxito!… como mujer, como madre, como pareja, como ‘contribuidora’ social, como concienciadora. Siempre de moda. Pasa el tiempo y seguimos diciendo ¡tengo que tener éxito! Es como si, no tener éxito, nos devaluase, como si nos quedásemos sin nosotras mismas.
Luego, vamos abordando todas las áreas de nuestra vida: el amor, el trabajo, la familia, el ocio, la salud, la mente, el espíritu y nos damos cuenta de que la definición de éxito solo tiene que ver con aquello que alcanzamos cuando nos sentimos comprometidas, aquello que nos ha llevado algún esfuerzo, aquello que hemos perseguido con decisión.
Lejos de esta sensación, quedan todos aquellos “listones” impuestos: social, (amigas/os) laboral (empleo/remuneración), familiar (madre/pareja), psicológicos (gorda/delgada) que no sólo no nos devuelven la íntima sensación de “haberlo logrado” sino que nos dejan un poso amargo de la permanente carrera de obstáculos para la que nunca terminamos de encontrar los recursos necesarios.
Esta toma de conciencia, es una de las claves para desarrollar nuestro verdadero talento y por ende, una gran contribución a nuestro estado de felicidad. Además de acumular éxitos, necesitamos saber que se deben a nuestro propio esfuerzo y a nuestros propios deseos, a nuestros quiero, no a nuestros tengo que.
Piensen qué es lo que se dicen cuando desean hacer algo que les gusta: ¿’tengo que’ ir de vacaciones?, o un ¿‘quiero’ ir de vacaciones? Muchas veces, cuando no queremos hacer algo, pero nos sentimos obligados a realizarlo, entonces surge el ‘tengo que’. Predisponemos negativamente a nuestra mente para realizar la acción a la que nos enfrentamos, con lo cual nuestra energía es escasa y sin entusiasmo. Haga la prueba, diga ‘quiero’ en lugar de ‘tengo que’, ya me contará la diferencia…
Para esto necesitamos entrenarnos. Pongamos el ejemplo de un deporte. Si queremos correr 10 km diariamente, es posible que decidamos empezar poco a poco. Corriendo cada día hacia una meta concreta e incrementando en el tiempo nuestro recorrido, alcanzar los 10 km será un reto alcanzable. ¿Qué retos se ha puesto como mujer que quiere conseguir de inmediato? ¿Cuántas veces ha decidido entrenarse cada día para conseguirlo? ¿Usa el ‘tengo que’ o el ‘quiero’? ¿Quiere sentir la diferencia? ¡Hágalo! Pruebe y dígase a sí misma que es lo que quiere vivir, que es lo que quiere conseguir.
Sé que va a sentirse extraña, sé que tendrá la misma sensación que cuando aprendió a conducir. Hay que estar alerta, presente a tantos y tantos ‘tengo que’, pero, al igual que en la conducción, un día podemos ir pensando en otras cosas mientras el coche se desliza por la carretera sin necesidad de que tengamos en cuenta cómo y cuándo levantamos el pie del embrague o metemos la primera o la segunda marcha.
Piénselo, si todas las mujeres, las personas en general, usaran el ‘quiero’ en lugar del ‘tengo que’, ¿cómo cambiaran las organizaciones?, ¿cómo cambiarían las familias?, ¿cómo cambiaria nuestra contribución social?, ¿cómo cambiaria su vida?
Woman´s Week es un ‘quiero’. Ellas quisieron, lo organizaron, lo convocaron, lo celebraron y lo ofrecieron. Allí estuvimos muchas para ser testigos de un resultado espléndido, de un compartir para generar nuevas realidades.
¿Cuál es la que usted quiere crear para sí misma?