¡Trágala!, Grecia

No es la primera vez que pasa en la historia. Cuando la relación es asimétrica entre dos partes que negocian un contrato financiero ya firmado, sólo queda asumir, ratificar y… ¡trágala! Y esa es la historia que estamos viviendo con el nuevo Gobierno griego, donde en el teatro de las negociaciones, el ministro de finanzas griego parece más preocupado por las formas que por el fondo. Ha conseguido la estética de los eufemismos, llamando ‘instituciones’ a la ‘troika’ y convirtiendo en ‘prorroga’ un ‘rescate’ en toda regla. Pero si salvadas las formas, asume la letra del contrato en cuanto a aceptación del pago, plazos y montantes… pues que la pírrica victoria de los eufemismos juegue a su favor en la plaza del Sintagma y en el parlamento ateniense.

El caso es que en la tarde del viernes 20 de febrero se llegó a un principio de acuerdo. Fumata blanca entre el Eurogrupo, el BCE y el FMI (las instituciones) con los negociadores griegos a fin de prorrogar cuatro meses más el programa de rescate actual de Grecia, que expira el 28 de febrero. Sin embargo, el Gobierno griego deberá presentar antes de que acabe el lunes un listado de reformas reales. Recordemos que Grecia sigue sin un catastro fiable y sin un sistema real de pago de impuestos. Mientras que en Grecia ya venden el éxito de que dejarán fuera los recortes de pensiones y el desempleo. Este podría ser el tercer rescate de Grecia.

El entendimiento es principalmente político y está condicionado al listado de reformas que deberá presentar Grecia y que deberán estar “basadas en el actual acuerdo”, según el comunicado publicado ayer por el Eurogrupo. Además, deberán ser validadas por las instituciones garantes (la troika).

La prórroga evita que Grecia pierda la posibilidad de acceder al préstamo de 1.800 millones de euros a cuenta del beneficio del BCE con la compra de bonos griegos y a otros 10.900 millones en bonos del primer fondo de rescate europeo para recapitalizar la banca griega.

Así pues, “Grecia pasa por el aro”, como tituló Graciano Granja en TVE,  o “Grecia se deja rescatar”, como titula ‘El Periódico’. En todo caso, en España resuena aquel eco decimonónico del ‘trágala’ que un rey borbón tuvo que asumir una vez por imperativo de una ley (la Constitución de 1820). El Reino de España se jugaba 29.000 millones de euros prestados a los griegos y que Luis de Guindos, el ministro de Economía, ha defendido con uñas y dientes por el bien de todos los españoles. Así que bienvenido este ‘trágala’ de los helenos.

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