Robot, el mejor amigo del hombre

¿Quieres un socio o un amigo? No te confundas. El mejor amigo y socio del hombre no es ya otro hombre (ni una mujer). Nuestro mejor aliado en el mundo de la empresa empieza a ser el robot. La unión de la informática, las telecomunicaciones y la robótica están creando una nueva generación de aliados para la empresa. Podrán gestionar máquinas y cadenas de montaje, gerenciar equipos humanos y proyectos, y hasta tomar decisiones en nuestros consejos de administración. Parece cosa de Julio Verne, pero podemos poneros algunos ejemplos de hoy y de ayer.

El proceso de innovación tecnológica en el mundo de la robótica es uno de los que a más velocidad se mueve, y día a día nos sorprenden nuevas investigaciones, diseños e inventos que prácticamente están redefiniendo la relación hombre-máquina y el diseño de una sociedad futura. Hoy damos réplica a dos científicos del MIT, en primer lugar a Andrew McAfee, co-director de “Initiative on the Digital Economy”.

En la actualidad, personas y ordenadores conviven de múltiples formas. Por ejemplo, la combinación de inteligencia humana y artificial en el ajedrez es capaz de superar a los maestros internacionales de mayor nivel, y cada vez es más habitual que robots con apariencia humana trabajen junto a personas en las fábricas y almacenes. En algunos casos, está claro lo que cada uno (humanos y robots) aporta a esta forma de colaboracionismo profesional. Los seres humanos todavía tienen una mayor destreza manual, por lo que les toca realizar las tareas que requieren más precisión y delicadeza al manipular piezas y/o determinados elementos.

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El desarrollo de la robótica es tal, que una empresa en Hong Kong acaba de nombrar a un “algoritmo” miembro del consejo de administración. Se trata de una empresa farmacéutica, dedicada a proyectos de medicina regenerativa. El programa, denominado VITAL, puede hacer recomendaciones de inversión sobre las empresas de ciencias de la vida, estudiando minuciosamente grandes cantidades de datos. Al igual que los demás miembros de la junta, el algoritmo forma parte de la decisión de si la empresa hace una inversión en un proyecto particular o no. Por tanto, no debemos sorprendernos, ni tampoco resistirnos a esta evolución. Es más, lo mejor es que definamos cuál va a ser el papel del ser humano en las organizaciones del futuro y cuál será nuestra contribución.

Los científicos que trabajan en este programa, creen que el objetivo en realidad es llamar la atención sobre este desarrollo matemático, como si fuera un tomador de decisiones independientes mediante el escaneo de posibles financiaciones, los ensayos clínicos, la propiedad intelectual etc. Un científico de la categoría de McAfee, cree que la química entre el ser humano y las máquinas es una combinación mucho más efectiva que cualquiera de las partes actuando por separado. La pregunta que Andrew se hace, y que constituye la parte esencial de su visión sobre el tema, es esta: ¿por qué los seres humanos seguimos siendo imprescindibles? Los ordenadores superan claramente a los humanos en la capacidad de gestión y en la búsqueda de grandes cantidades de datos, por lo que la cuestión se mantiene: ¿qué estamos aportando los humanos?

Se trata de una pregunta difícil de responder con un mínimo de precisión, ya que según señala McAfee, cuando la tarea es muy abierta y hay que enumerar todas las posibilidades que puedan darse, no cabe duda de que las capacidades humanas son superiores. El cerebro humano continúa siendo mejor jugador, porque en ambos casos hay demasiadas posibilidades, incluso para una red de superordenadores que pretenda tratar tal caudal de información.

McAfee se pregunta: “¿Qué hacen nuestros cerebros en estos casos?, ¿cómo llegar a mejores respuestas?” Inmediatamente responde: “Por lo que yo puedo decir, no estamos seguros, aunque estamos haciendo algo que nuestros mejores técnicos digitales (los robots) todavía no han sido capaces de dominar”.

Esto también se cumple en otros ámbitos de la vida, tales como el sabor de los alimentos, la creatividad y el amplio espectro de los componentes emocionales. Aquí los robots poco o nada pueden aportar, al menos hasta hoy. Aunque los científicos tienen una expresión que es ley: “Nunca digas nunca”.

McAfee mantiene la esperanza de que las personas puedan jugar un papel importante en nuestras sociedades y economías en el futuro. Las máquinas todavía son vistas por los científicos como colaboradores, y no como entes que reemplacen a los humanos de manera definitiva.

Oussama Khatib, jefe de robótica en la Universidad de Stanford, dice que las personas pondremos el cerebro y los robots el cuerpo. Las decisiones importantes deberán ser tomadas por los humanos, gracias a nuestra capacidad cognitiva.

Daniel Bayón, CEO de Jugetrónica, afirma que estamos a las puertas de un cambio radical en la sociedad, ya que los robots serán de gran utilidad en un futuro inminente en labores de atención al cliente, marketing, e incluso teatro.

Julie Shah, profesora adjunta de la cátedra “Boeing Career Development of Aeronautics and Astronautics” en el MIT, sostiene por su parte, que las fábricas del futuro podrían albergar seres humanos y robots que trabajarán codo con codo. Ayudándose en uno al otro en tareas comunes, especialmente en este sector de industria aeronáutica.

Julie sostiene, que el robot puede proporcionar herramientas y materiales para que la persona no tenga que desplazarse para recoger las piezas y regresar a su puesto, reduciendo significativamente el tiempo de inactividad de la persona, aumentando así la productividad global de la empresa.

Cuando un robot trabaja de manera autónoma, le basta con seguir una serie de instrucciones programadas para realizar una tarea repetitiva, pero cuando lo hace junto a seres humanos, el es asunto muy diferente. Por ello la tendencia que nos está marcando el MIT, es que el asistente robótico tendría que adaptarse sin esfuerzo al estilo particular de cada una de las personas que están trabajando junto a ellos, para lograr realmente un uso práctico y mejorar la eficiencia global de la organización.

En la actualidad los científicos del MIT han desarrollado un algoritmo, que permite a un robot aprender rápidamente las preferencias de una persona para una tarea determinada, y adaptarse a ella para ayudarle a completar la tarea. Shah dice que en un entorno de fabricación de la vida real, ella imagina robots y seres humanos sometidos a una sesión de formación inicial de la planta de la fábrica. Una vez que el robot aprende los hábitos de trabajo de una persona, su homólogo de fábrica puede ser programado para reconocer dicha persona e inicializar el plan de tarea adecuado.

En el caso de España, Carlos Balaguer, vicerrector de la Universidad Carlos III, a propósito de la convivencia cada vez más cercana del hombre y la máquina, reclama la intervención de la legislación para que se establezcan leyes que la regulen.

Artículo elaborado por Salvador Molina, presidente de ECOFIN, José Luis Zunni, director de ecofin.es, Javier Espina Hellín, miembro de ECOFIN Business Schools Group, y Eduardo Rebollada Casado miembro del blog Management & Leadership de ECOFIN.

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