(Artículo publicado por ‘La Razón’ el domingo 24/04/16)
“¡Me duele España!, también”. Es una expresión cada vez más en boga que recuerda los pasados errores de gestión política de España en los albores del siglo XX. TVE está trayendo a la memoria colectiva aquellos últimos de Filipinas y los desastres de Cuba, donde se escuchaban frases tan poco acertadas como: “Más vale honra sin barcos, que barcos con honra”. Pues de aquellos barros, estos lodos. La armada invencible se hunde.
Una generación perdida que anhela políticas y políticos a la altura de una recuperación de España que repuntó con alegría en 2015 por impulso de autónomos, empresarios, multinacionales, inversores internacionales y administración pública. Burbuja de optimismo, fin de año 2015.
Pero el tren se encalló en la vía del 20D para ya nunca más volver a cruzar estaciones de tránsito. Inactivos, egocéntricos y partidistas. Los líderes de España se muestran indolentes con su ‘vuelva usted mañana a las urnas’. El suspenso de diciembre lo revalidaremos en los exámenes de fin de curso de junio; para luego quizá tener que volvernos a examinar en septiembre y con los mismos mimbres e igual fortuna.
¿Dónde está ese 3,2% de crecimiento del PIB de 2015?, ¿esa locomotora exportadora que asombro Europa?, ¿ese polo de tracción de inversión extranjera?… Ahora los inversores chinos y de Oriente Medio rehacen el equipaje en sus proyectos estrella de Madrid y Barcelona. El discurso político causa escepticismo. La sombra de la abstención recorre las colinas del Mordor patrio. ¿Podemos?
¡Podremos!
Optimista convencido soy de que la Generación Z y el Gen16 promete sobreponerse a sus líderes.
Salvador Molina, presidente del Foro ECOFIN y de ProCom
@SalvaMolina_COM