Cuando el poder e influencia del Imperio Romano se fue debilitando, el declive y caída duró unos cuatrocientos años. Los síntomas de debilitamiento de los grandes imperios también pueden aplicar a un caso contemporáneo como es el del Imperio Británico. Llegó a abarcar durante su época dorada de dominio y posesiones una población de 458 millones de habitantes, con una superficie de casi 30 millones de kilómetros. Estas dimensiones imponían respeto, representaban un tercio de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas. Tan vasto imperio comprendió los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por Reino Unido entre los siglos XVI y XX, hasta el año 1949.
¿Qué hubiese opinado Benjamin Disraeli (1804-1881) sobre la decisión de Cameron de poner puentes a la desconexión de Reino Unido con Europa? Disraeli, conocido también como conde de Beaconsfield, fue un escritor cuya fama se debe a que ejerció dos veces como primer ministro de Reino Unido y está considerado como uno de los políticos más destacados de los últimos doscientos años de la vida británica. Como suele decirse coloquialmente: si se levantase de su tumba volvería a meterse en ella.
Obviamente, grandes han sido los acontecimientos del siglo XX en los que Reino Unido ha estado involucrado de lleno: las dos Guerras Mundiales, la descolonización de las colonias en África y Lejano Oriente, los protectorados en Oriente Próximo y una indudable influencia política y económica a través del Commonwealth of Nations.
Durante la llamada Guerra Fría surgió un nuevo concepto que reflejaba cómo se habían dividido en bloques los países del orbe partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Por un lado el primer mundo, compuesto por los estados miembros de la OTAN y los aliados de Estados Unidos; el bloque llamado de los países del este o del telón de acero, eran los estados miembros del Pacto de Varsovia y los aliados de la Unión Soviética como Cuba, Mongolia, China y los estados comunistas asiáticos como Vietnam, la República Popular Democrática de Corea, Camboya y Laos; el término tercer mundo quedó para aquellos países que no pertenecían a ninguno de estos dos grandes bloques, y por eso se les llamó países no alineados. Reino Unido siempre ha formado parte del primer mundo gracias a su desarrollada economía y su avanzada sociedad de profundo carácter democrático. También ha sido un referente mundial en el concierto nuclear del mapa político mundial. Una potencia en toda regla.
El viejo imperio flaquea
Fareed Rafiq Zakaria (1964) es un escritor y analista indio-estadounidense, especializado en temas de relaciones internacionales, al que la revista Esquire le ha llamado el consejero más influyente en política exterior de su generación. Llegó a afirmar que con el Brexit se evidencia la clara intencionalidad de Reino Unido de renunciar a seguir siendo la potencia influyente que fue en el pasado. Ninguna potencia quiere renunciar a su condición de tal, excepto que sea arrastrada por los errores en el liderazgo que le haya llevado a decisiones poco acertadas y, a veces, de consecuencias inmedibles, como es el caso del Brexit.
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Artículo escrito por José Luis Zunni director de ecofin.es y vicepresidente de Foro ECOFIN y Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN.
