¿Tendrán efecto las políticas monetarias expansivas de Estados Unidos y la UE sobre la economía real o ya se han agotado?

Vamos a desgranar los últimos acontecimientos en las políticas monetarias mundiales para analizar sus posibles efectos.

1º ataque: el del BCE

Jueves 6 de setiembre de 2012

Draghi (Presidente del Banco Central Europeo) no defrauda y hace el anuncio del programa Outright Monetary Transactions (OMT), bautizado en español Transacciones Monetarias Directas (TMD); es un quantitative easing (relajamiento cuantitativo) por el cual el BCE está facultado a adquirir ilimitadamente bonos del mercado secundario (en moneda euro) de países de la periferia preferentemente, a los fines de bajar la prima de riesgo elevada, que constituye un obstáculo para la transmisión adecuada de la política monetaria en todos los países de la Eurozona.

2º ataque: el de la FED (Federal Reserve System)

Jueves 13 de Setiembre de 2012

Bernanke (Presidente de la Reserva Federal de los EEUU) anuncia el inicio de una ronda de expansión cuantitativa (QE3), con desembolsos de $ 40.000 millones de dólares mensuales, que utilizará para comprar Mortgage Backed Securities (MBS), esto es bonos respaldados por hipotecas (un cuasi “banco malo”) y amplió el período en el que mantendrá las tasas entre 0 y 1/4% hasta mediados de 2015.

A una semana de diferencia, ambos Bancos Centrales toman medidas diríamos que idénticas, pero a poco de conocer los detalles, verificamos que existen algunas sutiles diferencias que los mercados han ponderado en su real dimensión.

1a) La Reserva Federal de los EEUU no puso tope al programa: serán $ 40.000 millones mensuales hasta verificar que el objetivo de incentivar la economía y mejorar los niveles de ocupación laboral, lleguen a los valores deseados o proyectados en las simulaciones de objetivos propuestos.

1b) El BCE dice que el programa les permite comprar “ilimitadamente” bonos soberanos en el mercado secundario, pero todos sabemos que por sus Estatutos el BCE debe velar por mantener la estabilidad de precios en la zona euro, es decir, mantener la inflación en niveles bajos (menos del 2%), y cuando detecte que el índice de inflación se perfile al alza, ese programa tendrá sus días contados.

2a) La Reserva Federal de los EEUU utilizará el dinero para comprar bonos respaldados por hipotecas (títulos privados) y ello implica que el dinero que se destinará a tal fin, tendrá por destino instituciones y entidades financieras de todo tipo y tamaño, con lo cual la capacidad de prestar de esas entidades, se multiplicará en la medida que aumente su liquidez.

2b) El BCE puede únicamente asignar ese dinero a adquisiciones de bonos soberanos que se oferten en el mercado secundario (siendo los actuales tenedores de esos bonos los grandes Bancos alemanes y franceses, a los cuales se les asigna riesgo sistémico); ello restringe los destinatarios del dinero que se emita y por ende, la posibilidad de incrementar su capacidad de ofertar créditos a tasa razonable, y que los mismos estén disponibles en lugares cuya motorización de la actividad sea un objetivo.

Pareciera un contrasentido que la flexibilización cuantitativa implícita en el programa denominado OMT provea liquidez, por ejemplo a Bancos Alemanes y Franceses, pero no aporte monetización a las economías periféricas con problemas de prima de riesgo excesivas y -para colmo de males- por igual magnitud de inyección de fondos – a cambio de los bonos – se restará en otras partidas una suma equivalente de efectivo, para neutralizar el quantum del circulante: la llamada esterilización, para evitar cualquier rebrote inflacionario.

Así que si España (pero podría ser Irlanda, Portugal, etc.) aceptase las exigencias del BCE para que sus bonos sean elegibles para ser adquiridos por el programa OMT, los Bancos Alemanes por fin podrían quitarse de encima unos cuantos bonos soberanos españoles y convertirlos en euros líquidos, mientras que España se beneficiaría de la disminución de la prima de riesgo, además de que los tenedores de deuda pública a corto también resultarían beneficiados.

Nos preguntamos: ¿en qué se parecen las relajaciones cuantitativas europea y estadounidense?

3a) La Reserva Federal de los EEUU en ningún momento ha dicho que esterilizará los $ 40.000 millones que destinará al programa QE3, esto implica que esa suma de dinero se adicionará mes a mes a las existencias monetarias de la economía. El riesgo de provocar inflación existe, aunque los analistas monitorearán la situación periódicamente para evitar que si se produce un brote inflacionario, sea de carácter leve y siempre estarían en posibilidades de modificar el rumbo del programa, si el objetivo pudiera desnaturalizarse.

Es decir que si las existencias de dólares billetes aumentan, sin que se hubiesen incrementado las existencias de oro, platino, petróleo, etc., será inevitable un ajuste en dichos valores, por el simple hecho de que su valoración internacional se expresa en dólares; allí pesará el cociente de más cantidad de dinero respecto de igual cantidad de materia prima, lo que genera como resultado una variación de precios al alza.

Esta circunstancia no parece preocuparle a la Reserva Federal de los EEUU porque el objetivo de activar y fomentar una expansión económica tiene más peso, que cualquier desvío transitorio de los índices de precios. En otros términos: si se tiene que provocar cierto nivel de inflación para impulsar el crecimiento, la FED no duda en utilizar este camino. Lo contrario del BCE.

3b) El Banco Central Europeo esterilizará el dinero “ilimitado” que utilice para comprar bonos soberanos en el mercado secundario (condición impuesta por el Bundesbank alemán) para evitar que los índices de precios al consumidor se proyecten al alza.

Esta esterilización implica que los créditos del sistema bancario que aún no “bajan” a la economía (disponibles para el público), no se reforzarían por esta vía, porque los montos excedentes serían inmediatamente neutralizados.

4a) La Reserva Federal de los EEUU al lanzar el QE3, está aceptando que su moneda se DEPRECIARÁ contra otras divisas, porque emitirá más dinero mes a mes, y ello contrastado con existencias estables de otros signos monetarios, inexorablemente se producirá un ajuste, que en la práctica constituirá una devaluación, pero este es un precio que los EEUU está dispuesto a pagar para reactivar su economía.

4b) Si el Banco Central Europeo como lo señaló en su comunicado, esteriliza los desembolsos absorbiendo dinero en igual proporción, el euro NO SE DEPRECIARÁ con relación a otras divisas (a excepción del dólar estadounidense, por la razón expuesta anteriormente, que aumentará la emisión monetaria sin reabsorber dicha monetización), pero esta circunstancia no fortalecerá la posición de las economías débiles de la eurozona, porque se les hará más difícil la tarea de generar bienes y servicios a niveles competitivos, que pudieran ser potencialmente exportables.

Veamos la cotización euro-dólar

– 6 de septiembre de 2012: para comprar un euro hacían falta 1,2632 dólares.

– 14 de septiembre de 2012: para comprar un euro hacían falta 1,3128 dólares.

Se produce una depreciación en una semana 3,93 %

Es una depreciación y no una devaluación, porque lo hace el mercado y no las autoridades monetarias. Es una consecuencia de la “facilidad monetaria” implementada por la Reserva Federal.

Si bien los productos que importa la UE provenientes de la extrazona, medidos en dólares USA, tendrán un relajamiento de precios del orden del 3,93 %, en esa misma proporción se habrá contribuido a empeorar la competitividad(se abaratan las importaciones en $ y se encarecen nuestras exportaciones en $ de las economías ligadas al euro.

Si este proceso continuara en esa línea directriz, ello atentaría contra una mejora en los niveles de empleo de la Eurozona en aquellas actividades ligadas con el comercio exterior (exportaciones), afectando en mayor medida a la periferia europea (porque importan lo mínimo y necesario pero necesitarían fomentar sus exportaciones para hacerse de divisas).

Por consiguiente, comparando ambos planes, tiene muchas más posibilidades de éxito en sus objetivos, el propuesto por la Reserva Federal de los EEUU; Bernanke no intentó ocultar su realidad: la economía estaba creciendo a un ritmo que no generaba empleos suficientes y entonces sin temerle a la inflación, instrumentó un plan más realista que el lanzado por el BCE que nunca termina de afrontar sus cuestiones de fondo, debido a desavenencias internas.

Bastaría para demostrar esta circunstancia, exponer las declaraciones de algunos altos funcionarios alemanes, que expresaron su posición mayormente contrarios a los anuncios de Draghi.

Diferentes posiciones respecto a los anuncios

-FDP “Liberales” Philipp Rösler

“La compra de bonos no debe verse como una solución a largo plazo”.

-Ministro Regional de Asuntos Europeos de Hesse Jörg – Uwe Hahn

“El Partido debería presentar una demanda ante Tribunales Europeos para frenar al BCE”.

-La CSU Bávara – Ministro

Economía Martín Zeil

Acusó al Banco Central Europeo en estar “convirtiéndose en un parque de bomberos”.

-Secret. Gral.CSU Alexander Dobrindt

“Peligro incendiario que encierra la decisión del Banco Central Europeo”.

-Portavoz Parlamentario para Asuntos Financieros Part. SPD Carsten Schneider

Acusó a Merkel de haber forzado esta intervención con sus errores políticos y de que Merkel ha roto su promesa de defender los intereses de los alemanes en la crisis

-Vicepresidente del Grupo Democristiano

CDU/CSU) Michael Meister

“Muy positivo porque la compra de bonos por parte del Banco Central Europeo estará sujeta a “condiciones muy estrictas”.

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