LA UNIVERSIDAD Y LA PROFESIÓN DEBEN CAMINAR DE LA MANO PARA LA MEJOR FORMACION DE LOS FUTUROS PROFESIONALES DEL PERIODISMO

 

Carmen Pérez de Armiñán

Primera Decana de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.

Profesora Titular de Universidad del área de Economía Aplicada.

En la actualidad imparte la asignatura de Economía Aplicada al Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información.

Especialista en Economía Mundial y de España.

Doctora en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid

Diplomada en Comunidades Europeas por la Escuela Diplomática de Madrid.

Miembro del Comité Externo de Evaluación del CIMJ (Media and Journalism Research Center) de la Universidad Nova de Lisboa

Autora de diversas publicaciones de temas económicos entre los que destaca el libro Economía para no economistas.

Como Decana de la Facultad de Ciencias de la Información es una satisfacción y para la Universidad una necesidad, celebrar jornadas como el II Congreso de Periodismo Autónomo y Freelance que pone en contacto el mundo profesional con el académico. Ambos tenemos que caminar de la mano para una mejor formación de nuestros estudiantes.

Hace unos años, Bolonia trajo nuevos aires a la Universidad. Para acercarnos a Europa, nuestras antiguas licenciaturas de 5 años se dividieron en 4 años de grado y uno de máster, como paso previo al Doctorado, cuyo diseño no ha terminado de implantarse pero que, tras un trabajo de investigación, culmina con la defensa de la tesis doctoral.

Las enseñanzas tradicionales impartidas a lo largo un curso académico se trocearon en periodos de formación más cortos; en semestres siguiendo el modelo anglosajón que nosotros, en el mejor de los casos, adaptamos a cuatrimestres.

Las cinco o seis asignaturas por curso se han multiplicado por dos. En ellas los alumnos deben adquirir habilidades, competencias y destrezas que han sustituido a la adquisición de saberes y conocimientos tradicionales que el estudiante maduraba y sedimentaba durante nueve meses.

La lección magistral se ha incrementado con actividades prácticas, conferencias y seminarios impartidos en grupos más pequeños. La enseñanza a través del campus virtual complementa la docencia del aula. Las tradicionales tutorías presenciales mejoran la atención personalizada al alumno gracias al contacto a través del teléfono, el correo electrónico y el campus virtual. Los exámenes parciales y finales han sido sustituidos por la evaluación continua que exige un permanente conocimiento de la evolución del alumno.

La necesidad de verificar cada título que se implanta, de crear nuevas estructuras de gestión para hacer un seguimiento exhaustivo del mismo, asegurar su funcionamiento y comprobar su calidad; la realización de fichas, encuestas de satisfacción y un largo etc. ha desbordado en muchos casos las actividades de los docentes sin que todo este proceso haya estado acompañado de un apoyo administrativo o de un aumento del profesorado. Todo se ha hecho a coste cero. Los vientos de crisis llegan a la universidad.

Mientras tanto, nuestro país se ha convertido en líder de desempleo juvenil y nuestro sector de la comunicación arroja cifras de paro dramáticas. El último año solo en Madrid se destruyeron 3000 empleos. Los grandes grupos de comunicación, ante el descenso vertiginoso de la publicidad, adelgazan plantillas cuando no cierran directamente algunos de sus medios.

Desde la Facultad analizamos esta crisis, y contemplamos con preocupación la evolución del sector de la comunicación.

Las Facultades de Comunicación han proliferado por todo el país, y cada año se licencian demasiados alumnos que salen a competir por un trabajo cada vez más escaso.

En estas difíciles circunstancias la necesidad de una formación de calidad, adaptada a las cambiantes realidades del mercado laboral es más importante que nunca.

Por ello, debemos formar y motivar a nuestros alumnos desarrollando su espíritu emprendedor. El modelo laboral del trabajo fijo y estable hasta la jubilación, ha desaparecido. La alternativa para los futuros profesionales se encuentra en el fomento de la actitud emprendedora, en el autoempleo y en las tecnologías que hoy son la mejor herramienta para facilitar distintos espacios y posibles servicios en el nuevo mercado que se está configurando.

Las nuevas y más directas salidas profesionales se empiezan a perfilar hoy en los medios sociales, donde Facebook, Linkedin o Twitter tienen más fuerza que nunca. Las redes sociales son en estos momentos medios de comunicación fundamentales.

Las facultades no son escuelas profesionales. Hace 40 años que esta formación llegó a la universidad y desde entonces el periodismo se enseña en centros superiores de formación que capacita a quienes estudian en ella para ofrecer soluciones imprescindibles en un entorno competitivo. De nuestros centros salen profesionales bien preparados para afrontar el futuro y para competir con éxito en un mercado muy difícil.

En los últimos meses el huracán de la crisis se ha adueñado del sector público. Rebajas de sueldo y recortes imposibles de asumir en las nominas de las universidades conforman el día a día. En esta difícil circunstancia, sin inversión en formación ni en investigación, los docentes tendremos que hacer un nuevo esfuerzo para mantener la calidad de nuestras enseñanzas, para trasmitir formación e ilusión a nuestros jóvenes, para establecer vínculos y colaboraciones con las empresas del sector, y sobre todo, para enfrentarnos con el temor de estar formando una extraordinaria generación cuyo mejor horizonte en estos momentos pudiera ser la emigración mas allá de nuestras fronteras.

 

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